/ martes 31 de julio de 2018

Una propuesta indecorosa

Indecoroso es lo carente de decoro y este implica la estima y el respeto a la dignidad propia. Pues bien, la propuesta de disminuir el financiamiento público a los partidos, de la manera que la presentaron los diputados de MORENA, incurre en una notable falta de decoro político puesto que, bien analizada, atenta contra la propia dignidad del partido ganador que ha pugnado por la honestidad.

Digo, bien analizada, porque en principio nadie podría estar en desacuerdo con la disminución del dinero destinado a los partidos. MORENA responde a un clamor generalizado contra elotorgamiento de miles de millones de pesos a las actividades partidistas cuando hay otras muchas necesidades por atender, así busca satisfacer la demanda de austeridad con la cual se hacomprometido.

Empero, la reforma encierra una trampa. Detrás de un propósito loable se esconde la intención de obtener ventajas políticas incompatibles con el régimen democrático que debe garantizar condiciones de equidad en la contiendalas cuales se verían muy afectadas de aplicarse el recorte en los términos propuestos,yaque a los efectos de la derrota electoral sufrida por los partidos contrarios a MORENA se agregaría un golpe económico brutal que pondría en condiciones de enorme ventaja a los vencedores.

MORENA recibió para sus actividades ordinarias durante 2018, 415 millones de pesos; de acuerdo con las estimaciones realizadas a partir del resultado de la reciente elección, si se aplicara el mismo criterio vigente, su ingreso para 2019 sería de 1557 millones. El PRI recibió en 2018, 1094 millones y su estimación sería de 800 millones para 2019 si no se modificase el método de cálculo. En esa misma hipótesis el PAN recibiría para 2019, 850 millones de pesos, habiendo obtenido el año previo 827. Como puede apreciarse el impacto de bajar a la mitad la cantidad destinada a los partidos implicaría que en vez de repartirse 4714 millones de pesos, se asignaran para ese efecto el año próximo, 2357 millones. Es evidente que merece aplauso el gastar menos en este financiamiento, pero importa para efectos de un sistema democrático que ello no conlleve el intento de destruir a los adversarios por la vía de privarlos de recursos a finde consolidar la posición triunfante.

Este objetivo va en contra de la evolución del sistema democrático mexicano basada en equiparar en la mayor medida posible las condiciones de la competencia. En la propia Iniciativa morenista se reconoce que:“El pluralismo y la alternancia se convirtieron en metas de la transición a la democracia en México. Una vía para alcanzar lo anterior fue inyectar dinero público al sistema electoral y de partidos.” En el tiempo en que el partido hegemónico era el PRI se hicieron reformas para incentivar la pluralidad y entre ellas se incluyó la asignación de recursos públicos a los partidos para que estos pudieran enfrentar mejor la competencia con el partido ultradominante.. El propósito fundamental era evitar el predominio de un solo partido y ahora parece que lo que quisiera promoverse es dicho predominio, puesto que MORENA en realidad, pese a la disminución de la mitad de los recursos; estaría recibiendo 778 millones, cerca del doble de lo que obtuvo el año anterior y con ello podría incrementar su estructura y desarrollo, en tanto que otros partidos, al aplicárseles una reducción de la mitad de sus ingresos sobre la ya de por sí disminuida recepción de numerario en virtud de su menor caudal de votos, estarían recibiendo: el PRI poco más de la tercera parte delo que percibió para sus gastos el año anterior, y el PAN menos de la mitad. Si consideramos la inercia de las organizaciones en cuanto a su personal, necesidad de instrumentos de trabajo y mantenimiento de oficinas, el impacto resulta demoledor, con la consecuente dificultad para mejorar su posición en las próximas elecciones.

Una reforma realmente equitativa tendría que ir acompañada no solo de la reducción del financiamiento a la mitad sino de un método de distribución distinto que no provoque el daño que se pretende causar a los partidos vencidos. Dada la evolución y madurez de la competencia entre las distintas fuerzas políticas, que pueden aumentar su presencia electoral o verla disminuida en sucesivas elecciones, sería tiempo de establecer el financiamiento público totalmente igualitario para todos los partidos de modo que la cantidad disponible, una vez hecha la reducción a la mitad, o incluso a proporciones, menores se distribuyera uniformemente entre todos los partidos para que su capacidad competitiva sea idéntica en todas las elecciones. Si hay un verdadero propósito de austeridad vinculado a la honestidad política, al juego limpio y al compromiso democrático, la disminución del financiamiento público —que es necesaria y conveniente— debe acompañarse de la modificación en el sistema de reparto, si no, parece un intento de aprovecharse malamente de los vencidos.

eduardoandrade1948@gmail.com


Indecoroso es lo carente de decoro y este implica la estima y el respeto a la dignidad propia. Pues bien, la propuesta de disminuir el financiamiento público a los partidos, de la manera que la presentaron los diputados de MORENA, incurre en una notable falta de decoro político puesto que, bien analizada, atenta contra la propia dignidad del partido ganador que ha pugnado por la honestidad.

Digo, bien analizada, porque en principio nadie podría estar en desacuerdo con la disminución del dinero destinado a los partidos. MORENA responde a un clamor generalizado contra elotorgamiento de miles de millones de pesos a las actividades partidistas cuando hay otras muchas necesidades por atender, así busca satisfacer la demanda de austeridad con la cual se hacomprometido.

Empero, la reforma encierra una trampa. Detrás de un propósito loable se esconde la intención de obtener ventajas políticas incompatibles con el régimen democrático que debe garantizar condiciones de equidad en la contiendalas cuales se verían muy afectadas de aplicarse el recorte en los términos propuestos,yaque a los efectos de la derrota electoral sufrida por los partidos contrarios a MORENA se agregaría un golpe económico brutal que pondría en condiciones de enorme ventaja a los vencedores.

MORENA recibió para sus actividades ordinarias durante 2018, 415 millones de pesos; de acuerdo con las estimaciones realizadas a partir del resultado de la reciente elección, si se aplicara el mismo criterio vigente, su ingreso para 2019 sería de 1557 millones. El PRI recibió en 2018, 1094 millones y su estimación sería de 800 millones para 2019 si no se modificase el método de cálculo. En esa misma hipótesis el PAN recibiría para 2019, 850 millones de pesos, habiendo obtenido el año previo 827. Como puede apreciarse el impacto de bajar a la mitad la cantidad destinada a los partidos implicaría que en vez de repartirse 4714 millones de pesos, se asignaran para ese efecto el año próximo, 2357 millones. Es evidente que merece aplauso el gastar menos en este financiamiento, pero importa para efectos de un sistema democrático que ello no conlleve el intento de destruir a los adversarios por la vía de privarlos de recursos a finde consolidar la posición triunfante.

Este objetivo va en contra de la evolución del sistema democrático mexicano basada en equiparar en la mayor medida posible las condiciones de la competencia. En la propia Iniciativa morenista se reconoce que:“El pluralismo y la alternancia se convirtieron en metas de la transición a la democracia en México. Una vía para alcanzar lo anterior fue inyectar dinero público al sistema electoral y de partidos.” En el tiempo en que el partido hegemónico era el PRI se hicieron reformas para incentivar la pluralidad y entre ellas se incluyó la asignación de recursos públicos a los partidos para que estos pudieran enfrentar mejor la competencia con el partido ultradominante.. El propósito fundamental era evitar el predominio de un solo partido y ahora parece que lo que quisiera promoverse es dicho predominio, puesto que MORENA en realidad, pese a la disminución de la mitad de los recursos; estaría recibiendo 778 millones, cerca del doble de lo que obtuvo el año anterior y con ello podría incrementar su estructura y desarrollo, en tanto que otros partidos, al aplicárseles una reducción de la mitad de sus ingresos sobre la ya de por sí disminuida recepción de numerario en virtud de su menor caudal de votos, estarían recibiendo: el PRI poco más de la tercera parte delo que percibió para sus gastos el año anterior, y el PAN menos de la mitad. Si consideramos la inercia de las organizaciones en cuanto a su personal, necesidad de instrumentos de trabajo y mantenimiento de oficinas, el impacto resulta demoledor, con la consecuente dificultad para mejorar su posición en las próximas elecciones.

Una reforma realmente equitativa tendría que ir acompañada no solo de la reducción del financiamiento a la mitad sino de un método de distribución distinto que no provoque el daño que se pretende causar a los partidos vencidos. Dada la evolución y madurez de la competencia entre las distintas fuerzas políticas, que pueden aumentar su presencia electoral o verla disminuida en sucesivas elecciones, sería tiempo de establecer el financiamiento público totalmente igualitario para todos los partidos de modo que la cantidad disponible, una vez hecha la reducción a la mitad, o incluso a proporciones, menores se distribuyera uniformemente entre todos los partidos para que su capacidad competitiva sea idéntica en todas las elecciones. Si hay un verdadero propósito de austeridad vinculado a la honestidad política, al juego limpio y al compromiso democrático, la disminución del financiamiento público —que es necesaria y conveniente— debe acompañarse de la modificación en el sistema de reparto, si no, parece un intento de aprovecharse malamente de los vencidos.

eduardoandrade1948@gmail.com