/ miércoles 26 de agosto de 2020

Una sopa de su propio chocolate

El “juego de los rehenes” se calienta. El video exhibido en Palacio Nacional –en el que un par de asistentes senatoriales llenan bolsas con dinero- tuvo respuesta. Carlos Loret de Mola difundió en su Latinus, al hermano Pío de López Obrador, recibiendo dinero de David León Romero, extitular de Protección Civil del gobierno ¡del cambio!

Las ancestrales prácticas persisten y quien falla a un “pacto de honor” (Concepto que ejercen al estilo mafioso), recibe su merecido. La respuesta a la campaña mediática exorbitante, que surgió del caso Lozoya, desde las entrañas mismas de las “Mañaneras”, rompió con lo que ahora se confirma, el compromiso de AMLO con Peña Nieto, a quien se le garantizó la impunidad de su corrupta gestión.

La tragedia del mal manejo de la pandemia del Covid, empezaba a quitarle puntos a un tlatoani, que no está dispuesto a perder el control absoluto -del que se ha hecho-, para lo que necesita arrasar en las elecciones del próximo año. A pesar de que insiste en que, el número de fallecimientos y contagios bajan, la realidad es que se llegó a lo que López Gatell pronosticó como catástrofe: 60 mil muertos…y contando.

Desbocado, echó mano del delincuente confeso, Emilio Lozoya, con lo que creyó desviaría la atención de la pandemia, la crisis económica y el desastre en la seguridad. Le salió el tiro por la culata.

La desmemoria nacional ya olvidó a la diputada veracruzana, Eva Cadena -1917-, a la que también se video grabó recibiendo medio millón de pesos para AMLO. El asunto se mandó al baúl de los olvidos, junto con los serios rumores del apoyo del exgobernador jarocho, Javier Duarte, a la causa del tabasqueño, con dineros constantes y sonantes.

El cuestionamiento sobre la financiación de 18 años de campaña, jamás ha tenido respuesta, aunque en los corrillos políticos se sabía a ciencia cierta, la procedencia de los recursos. Por poco que costaran los mítines diarios, había que cubrirlos: transporte, alojamiento, alimentación, lonas, sonido y el resto de la parafernalia que implican las giras. Si se hicieran cuentas reales la inversión podría ser superior a la porqueriza de Odebrecht y Lozoya.

Él mismo lo reconoce: “el pueblo bueno me pagaba el sueldo con sus aportaciones”. De ser así, ¿por qué se engañó al Instituto Nacional Electoral y no se registraron estos ingresos, lo que constituye un delito?

Los especialistas en materia electoral emitieron duros juicios contra quien, desde el máximo púlpito, se auto incriminó de delitos de esta índole. Su desdén por la legalidad tiene un límite, que lo es la misma ley, y ya basta de mandar al diablo a las instituciones, al ser el Presidente de esta República.

Sus “mecenas” deben tener constancias miles, de la cantidad de apoyos que le dieron. Desde los tiempos en que Manuel Camacho Solís era regente capitalino y Marcelo Ebrard su mano derecha, se supo de las fuertes dádivas que le hicieron, cuando organizaba sus jelengues en el entonces DF.

El exgobernador chiapaneco, Manuel Velasco, pagó con creces, los muchos favores que ha recibido de AMLO: El caciquillo militante del Partido Verde –Así niegue que David León era su testaferro para este tipo de componendas-, igual coqueteaba con el PRI, que con quien se convertiría en el creador de Morena.

El circo apenas empieza y quedan por verse horrores de este juego de rehenes. Como en el Gatopardo, ¡todo cambia para seguir igual! De náusea.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

El “juego de los rehenes” se calienta. El video exhibido en Palacio Nacional –en el que un par de asistentes senatoriales llenan bolsas con dinero- tuvo respuesta. Carlos Loret de Mola difundió en su Latinus, al hermano Pío de López Obrador, recibiendo dinero de David León Romero, extitular de Protección Civil del gobierno ¡del cambio!

Las ancestrales prácticas persisten y quien falla a un “pacto de honor” (Concepto que ejercen al estilo mafioso), recibe su merecido. La respuesta a la campaña mediática exorbitante, que surgió del caso Lozoya, desde las entrañas mismas de las “Mañaneras”, rompió con lo que ahora se confirma, el compromiso de AMLO con Peña Nieto, a quien se le garantizó la impunidad de su corrupta gestión.

La tragedia del mal manejo de la pandemia del Covid, empezaba a quitarle puntos a un tlatoani, que no está dispuesto a perder el control absoluto -del que se ha hecho-, para lo que necesita arrasar en las elecciones del próximo año. A pesar de que insiste en que, el número de fallecimientos y contagios bajan, la realidad es que se llegó a lo que López Gatell pronosticó como catástrofe: 60 mil muertos…y contando.

Desbocado, echó mano del delincuente confeso, Emilio Lozoya, con lo que creyó desviaría la atención de la pandemia, la crisis económica y el desastre en la seguridad. Le salió el tiro por la culata.

La desmemoria nacional ya olvidó a la diputada veracruzana, Eva Cadena -1917-, a la que también se video grabó recibiendo medio millón de pesos para AMLO. El asunto se mandó al baúl de los olvidos, junto con los serios rumores del apoyo del exgobernador jarocho, Javier Duarte, a la causa del tabasqueño, con dineros constantes y sonantes.

El cuestionamiento sobre la financiación de 18 años de campaña, jamás ha tenido respuesta, aunque en los corrillos políticos se sabía a ciencia cierta, la procedencia de los recursos. Por poco que costaran los mítines diarios, había que cubrirlos: transporte, alojamiento, alimentación, lonas, sonido y el resto de la parafernalia que implican las giras. Si se hicieran cuentas reales la inversión podría ser superior a la porqueriza de Odebrecht y Lozoya.

Él mismo lo reconoce: “el pueblo bueno me pagaba el sueldo con sus aportaciones”. De ser así, ¿por qué se engañó al Instituto Nacional Electoral y no se registraron estos ingresos, lo que constituye un delito?

Los especialistas en materia electoral emitieron duros juicios contra quien, desde el máximo púlpito, se auto incriminó de delitos de esta índole. Su desdén por la legalidad tiene un límite, que lo es la misma ley, y ya basta de mandar al diablo a las instituciones, al ser el Presidente de esta República.

Sus “mecenas” deben tener constancias miles, de la cantidad de apoyos que le dieron. Desde los tiempos en que Manuel Camacho Solís era regente capitalino y Marcelo Ebrard su mano derecha, se supo de las fuertes dádivas que le hicieron, cuando organizaba sus jelengues en el entonces DF.

El exgobernador chiapaneco, Manuel Velasco, pagó con creces, los muchos favores que ha recibido de AMLO: El caciquillo militante del Partido Verde –Así niegue que David León era su testaferro para este tipo de componendas-, igual coqueteaba con el PRI, que con quien se convertiría en el creador de Morena.

El circo apenas empieza y quedan por verse horrores de este juego de rehenes. Como en el Gatopardo, ¡todo cambia para seguir igual! De náusea.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq