/ viernes 13 de marzo de 2020

UNAM, ejemplo de excelencia y fortaleza

Cuando en el país se agudizan distintos problemas que impactan en la seguridad, la salud y el bienestar de millones de mexicanas y mexicanos; y también, cuando solamente observamos insensibilidad, cerrazón y desaciertos por parte del gobierno federal, bien vale la pena rescatar algunos hechos que son motivo de satisfacción, aún en medio de la encrucijada en que nos encontramos.

Nuestra querida Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha sido y seguirá siendo orgullo de este país; este mismo sentimiento lo compartimos tanto quienes en su momento transitamos por sus aulas, como aquellos jóvenes, mujeres y hombres, que actualmente se forman en sus diferentes facultades, planteles y niveles educativos.

Por esta razón, nos congratula que la semana pasada se haya dado a conocer que la UNAM se encuentra entre las mejores universidades del mundo, ocupando el lugar 103 en cuatro áreas de estudio, de acuerdo con el “ranking” mundial de universidades que realiza la “QS World University Rankings 2020”, consultora especializada en educación superior.

Las áreas reconocidas son: Artes y Humanidades (pasó del lugar 32 en 2019 al 26 en el 2020); Ingenierías y Tecnología (ascendió del 105 al 99); Ciencias Naturales (subió del 102 al 88); y, Ciencias Sociales y Administración (avanzó del lugar 53 al 42). Entre las disciplinas que comprenden estos campos de estudio se encuentran: artes y diseño, lenguas modernas, arquitectura, ingeniería en minería, estudios de desarrollo, derecho, sociología, antropología, historia, arqueología, geografía y educación.

Lo anterior significa que, actualmente,nuestra máxima casa de estudios es considerada como una de las dos mejores de Iberoamérica.

A lo anterior, hay que agregar que apenas el mes pasado la UNAM también fue calificada como la mejor universidad de México con presencia en internet. En este caso, se tomaron en cuenta valores como: número de páginas web, impacto o visibilidad (redes externas), apertura (citas por trabajo académico en Google Scholar) y excelencia académica (trabajos más citados durante los últimos cinco años).

Esta evaluación fue realizada por el Laboratorio de Cibermetría del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, adscrito al Ministerio de Educación del gobierno de este país.

En realidad, no es la primera vez que nuestra Universidad es reconocida mundialmente; tampoco es la primera ocasión que en este espacio abordo los logros obtenidos, pues cada uno es resultado de la calidad alcanzada no sólo en el campo de la docencia, sino también en el de la investigación, la innovación, el deporte y la cultura; sin dejar de considerar, desde luego, el compromiso social y la pluralidad que en todo momento la han distinguido.

Sin embargo, también hay que decir que nuestra Universidad no está exenta de nuevos desafíos. La UNAM, al igual que el conjunto de instituciones educativas, no puede evitar ser alcanzada por las amenazas que se ciernen sobre la sociedad mexicana, particularmente en el tema de la violencia en contra de las mujeres.

Por esta razón, en lo personal, celebro la reciente creación de la Coordinación de Igualdad de Género de la UNAM, que tiene el objetivo de atender los legítimos reclamos de las mujeres estudiantes, así como desplegar estrategias y acciones específicas para prevenir la violencia de género en cualquiera de sus expresiones.

Justo cuando la lucha de las mujeres se extiende como nunca antes hacia todo el país, exigiendo justicia, alto a la violencia y respeto a sus derechos, la comunidad universitaria necesita cerrar filas, unirse y contribuir desde sus diferentes espacios a propiciar ambientes en donde las mujeres –alumnas, trabajadoras, docentes e investigadoras– se sientan totalmente seguras, libres y respetadas.

Este llamado a la unidad y a la solidaridad, igualmente obedece a que nuestra Universidad tampoco ha estado a salvo de aquellos intentos que buscan desestabilizarla o violentar su autonomía, pero que no han prosperado porque, por encima de todo, ha prevalecido siempre el espíritu universitario y su fortaleza institucional.

Por estas razones, los recientes reconocimientos que la UNAM obtuvo a nivel internacional son ampliamente valorados, ya que constituyen el mejor testimonio de una Universidad vigorosa e innovadora,que ha sabido hacer frente a sus diferentes retos.

Muy pocas universidades públicas podrían alcanzar la posición de privilegio que hoy ocupa la UNAM dentro y fuera del país. Con casi 110 años de vida, nuestra Universidad representa un patrimonio invaluable para México,que todos debemos cuidar y acrecentar.

*Presidente de la Academia Mexicana de Educación.

Cuando en el país se agudizan distintos problemas que impactan en la seguridad, la salud y el bienestar de millones de mexicanas y mexicanos; y también, cuando solamente observamos insensibilidad, cerrazón y desaciertos por parte del gobierno federal, bien vale la pena rescatar algunos hechos que son motivo de satisfacción, aún en medio de la encrucijada en que nos encontramos.

Nuestra querida Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha sido y seguirá siendo orgullo de este país; este mismo sentimiento lo compartimos tanto quienes en su momento transitamos por sus aulas, como aquellos jóvenes, mujeres y hombres, que actualmente se forman en sus diferentes facultades, planteles y niveles educativos.

Por esta razón, nos congratula que la semana pasada se haya dado a conocer que la UNAM se encuentra entre las mejores universidades del mundo, ocupando el lugar 103 en cuatro áreas de estudio, de acuerdo con el “ranking” mundial de universidades que realiza la “QS World University Rankings 2020”, consultora especializada en educación superior.

Las áreas reconocidas son: Artes y Humanidades (pasó del lugar 32 en 2019 al 26 en el 2020); Ingenierías y Tecnología (ascendió del 105 al 99); Ciencias Naturales (subió del 102 al 88); y, Ciencias Sociales y Administración (avanzó del lugar 53 al 42). Entre las disciplinas que comprenden estos campos de estudio se encuentran: artes y diseño, lenguas modernas, arquitectura, ingeniería en minería, estudios de desarrollo, derecho, sociología, antropología, historia, arqueología, geografía y educación.

Lo anterior significa que, actualmente,nuestra máxima casa de estudios es considerada como una de las dos mejores de Iberoamérica.

A lo anterior, hay que agregar que apenas el mes pasado la UNAM también fue calificada como la mejor universidad de México con presencia en internet. En este caso, se tomaron en cuenta valores como: número de páginas web, impacto o visibilidad (redes externas), apertura (citas por trabajo académico en Google Scholar) y excelencia académica (trabajos más citados durante los últimos cinco años).

Esta evaluación fue realizada por el Laboratorio de Cibermetría del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, adscrito al Ministerio de Educación del gobierno de este país.

En realidad, no es la primera vez que nuestra Universidad es reconocida mundialmente; tampoco es la primera ocasión que en este espacio abordo los logros obtenidos, pues cada uno es resultado de la calidad alcanzada no sólo en el campo de la docencia, sino también en el de la investigación, la innovación, el deporte y la cultura; sin dejar de considerar, desde luego, el compromiso social y la pluralidad que en todo momento la han distinguido.

Sin embargo, también hay que decir que nuestra Universidad no está exenta de nuevos desafíos. La UNAM, al igual que el conjunto de instituciones educativas, no puede evitar ser alcanzada por las amenazas que se ciernen sobre la sociedad mexicana, particularmente en el tema de la violencia en contra de las mujeres.

Por esta razón, en lo personal, celebro la reciente creación de la Coordinación de Igualdad de Género de la UNAM, que tiene el objetivo de atender los legítimos reclamos de las mujeres estudiantes, así como desplegar estrategias y acciones específicas para prevenir la violencia de género en cualquiera de sus expresiones.

Justo cuando la lucha de las mujeres se extiende como nunca antes hacia todo el país, exigiendo justicia, alto a la violencia y respeto a sus derechos, la comunidad universitaria necesita cerrar filas, unirse y contribuir desde sus diferentes espacios a propiciar ambientes en donde las mujeres –alumnas, trabajadoras, docentes e investigadoras– se sientan totalmente seguras, libres y respetadas.

Este llamado a la unidad y a la solidaridad, igualmente obedece a que nuestra Universidad tampoco ha estado a salvo de aquellos intentos que buscan desestabilizarla o violentar su autonomía, pero que no han prosperado porque, por encima de todo, ha prevalecido siempre el espíritu universitario y su fortaleza institucional.

Por estas razones, los recientes reconocimientos que la UNAM obtuvo a nivel internacional son ampliamente valorados, ya que constituyen el mejor testimonio de una Universidad vigorosa e innovadora,que ha sabido hacer frente a sus diferentes retos.

Muy pocas universidades públicas podrían alcanzar la posición de privilegio que hoy ocupa la UNAM dentro y fuera del país. Con casi 110 años de vida, nuestra Universidad representa un patrimonio invaluable para México,que todos debemos cuidar y acrecentar.

*Presidente de la Academia Mexicana de Educación.