/ sábado 29 de febrero de 2020

#UnDíaSinMujeres no será un día de asueto

La violencia en contra de ellas no se limita a lo físico, también hay agresiones psicológicas, de sometimiento, verbales, sexuales y muchas otras formas que, lamentablemente, parecían cotidianas pero nunca lo fueron.

La lucha feminista en el país fue creciendo poco a poco, hasta llegar a su punto máximo con la ola de desapariciones y asesinatos que han sido víctimas miles de mujeres y que, lamentablemente, han quedado impunes.

Sorprende en Europa, por ejemplo, la cantidad de asesinatos de género que se registran en la República Mexicana. En el primer mes de este año, perdieron la vida en circunstancias violentas al menos 320, lo que representa 10 homicidios diarios, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Debe distinguirse en el tipo de homicidio por el que ellas mueren. Uno es por odio directo de sus parejas, esposos, hermanos, amigos o desconocidos que les quitan la vida por el simple hecho de ser mujer. Otro, es aquel en donde al caminar por la calle son alcanzadas por balas perdidas, la mala fortuna hace blanco y las mata o también durante un asalto o un enfrentamiento entre delincuentes y policías.

Alejandro Gertz Manero, fiscal General de la República, se atrevió a proponer ante diputados desaparecer el delito de feminicidio, porque al Ministerio Público se le dificulta configurar esa agresión. Ante las críticas, tuvo que corregir y quedaron definidas, en la reforma al sistema judicial que se discute en la Cámara de Diputados, 13 razones de género para tipificar la agresión mortal.

¿QUÉ HACE DIFERENTE UN FEMINICIDIO DE UN HOMICIDIO?

Esas razones son:

- Que la víctima presente signos de violencia sexual o de cualquier tipo en el ámbito familiar, laboral, escolar, comunitario o institucional previa;

–Se le hayan practicado actos de necrofilia;

–Que exista una relación sentimental, afectiva, laboral, docente, de parentesco, matrimonio, concubinato, sociedad de convivencia, noviazgo, amistad;

–Amenazas previas, acoso o lesiones;

–Incomunicación previa;

–Exposición, inhumación, ocultamiento, exhibición o arrojamiento del cuerpo en un lugar público;

–Que se le obligue a realizar actividad o trabajo contra su voluntad o trata de personas;

–Se presente manifestación de desprecio, odio, discriminación o misoginia;

–Que la víctima se encuentre en estado de indefensión o desventaja;

–Que el “sujeto activo” incurra en celotipia;

–El delito se cometa aprovechando un servicio de transporte; y

–Que la víctima sea menor de edad, de más de 65 años, indígena o no tenga capacidad para comprender el hecho o resistirse ante los abusos.

Como todo en el país, parece muy bueno y bien elaborado el proyecto, ojalá y no ocurra lo de siempre, que una vez aprobadas las leyes se haga caso omiso de ellas y, todo se convierta en un gato pardismo de hacer cambios para que todo siga igual.

En la discusión de esta reforma al sistema judicial y de todas las relacionadas con asuntos de género, es imprescindible que las mujeres sean tomadas en cuenta, para no repetir una legislación ideada y ejecutada por hombres, porque entonces sería pan con lo mismo.

EL MOMENTO DECISIVO PARA LA CAUSA FEMINISTA

#UnDíaSinMujeres si se hace con la seriedad y la unidad con que se han llevado al cabo movimientos convocados en redes sociales como el #MeToo, la Primavera Árabe, el 11M, OcupaWallStreet y otros, se logrará la meta de cambiar las leyes, por unas que en realidad protejan a las damas.

La convocatoria recomienda no salir de casa, no es un día de asueto, ni para que la hija vaya al cine con sus amigas, o para visitar a la familia. Deben enclaustrarse por 24 horas, para que se note su ausencia de la vida cotidiana. Algo similar a un día sin mexicanos en California, Estados Unidos, donde hubo tal solidaridad que las leyes se modificaron y se convirtió en Ciudad Santuario.

Eso mismo debe ocurrir en México con #UnDíaSinMujeres, no se trata de una ocurrencia trasnochada, sino de una necesidad para que no sigan ocurriendo casos como el de Fátima, la niña de Tulyehualco, secuestrada y asesinada por una pareja que sabía que a la menor no le prestaban atención sus padres y, pensaron, que nadie notaria su ausencia.

Las cifras del Secretariado revelaron que el mes pasado hubo en México 14 menores de edad víctimas de feminicidio, de los cuales tres se cometieron en Chiapas; dos en la Ciudad de México y otro par en Puebla; mientras que en el Estado de México, Durango, Sonora, Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila y Tabasco, uno en cada uno.

No por sus conferencias mañaneras, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha podido enfrentar la oleada creciente de denuncias de abusos, cometidos por hombres sin conciencia, hacia las mujeres.

En los primeros 14 meses de gobierno de AMLO asesinaron a cuatro mil 470 mujeres en toda la República, 313 muertes más que en los últimos 14 meses de Enrique Peña Nieto.

Por supuesto, que López Obrador enseguida culpó de los feminicidios al neoliberalismo, cuando en realidad los pervertidos y asesinos se criaron en un ambiente sin educación, ni principios, el mejor caldo de cultivo para formar criminales.

Sin temor debe de señalarse al Estado mexicano, y al mismo pueblo de México, de ser responsables del aumento de homicidios, agresiones y otros delitos en contra de las mujeres.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

La violencia en contra de ellas no se limita a lo físico, también hay agresiones psicológicas, de sometimiento, verbales, sexuales y muchas otras formas que, lamentablemente, parecían cotidianas pero nunca lo fueron.

La lucha feminista en el país fue creciendo poco a poco, hasta llegar a su punto máximo con la ola de desapariciones y asesinatos que han sido víctimas miles de mujeres y que, lamentablemente, han quedado impunes.

Sorprende en Europa, por ejemplo, la cantidad de asesinatos de género que se registran en la República Mexicana. En el primer mes de este año, perdieron la vida en circunstancias violentas al menos 320, lo que representa 10 homicidios diarios, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Debe distinguirse en el tipo de homicidio por el que ellas mueren. Uno es por odio directo de sus parejas, esposos, hermanos, amigos o desconocidos que les quitan la vida por el simple hecho de ser mujer. Otro, es aquel en donde al caminar por la calle son alcanzadas por balas perdidas, la mala fortuna hace blanco y las mata o también durante un asalto o un enfrentamiento entre delincuentes y policías.

Alejandro Gertz Manero, fiscal General de la República, se atrevió a proponer ante diputados desaparecer el delito de feminicidio, porque al Ministerio Público se le dificulta configurar esa agresión. Ante las críticas, tuvo que corregir y quedaron definidas, en la reforma al sistema judicial que se discute en la Cámara de Diputados, 13 razones de género para tipificar la agresión mortal.

¿QUÉ HACE DIFERENTE UN FEMINICIDIO DE UN HOMICIDIO?

Esas razones son:

- Que la víctima presente signos de violencia sexual o de cualquier tipo en el ámbito familiar, laboral, escolar, comunitario o institucional previa;

–Se le hayan practicado actos de necrofilia;

–Que exista una relación sentimental, afectiva, laboral, docente, de parentesco, matrimonio, concubinato, sociedad de convivencia, noviazgo, amistad;

–Amenazas previas, acoso o lesiones;

–Incomunicación previa;

–Exposición, inhumación, ocultamiento, exhibición o arrojamiento del cuerpo en un lugar público;

–Que se le obligue a realizar actividad o trabajo contra su voluntad o trata de personas;

–Se presente manifestación de desprecio, odio, discriminación o misoginia;

–Que la víctima se encuentre en estado de indefensión o desventaja;

–Que el “sujeto activo” incurra en celotipia;

–El delito se cometa aprovechando un servicio de transporte; y

–Que la víctima sea menor de edad, de más de 65 años, indígena o no tenga capacidad para comprender el hecho o resistirse ante los abusos.

Como todo en el país, parece muy bueno y bien elaborado el proyecto, ojalá y no ocurra lo de siempre, que una vez aprobadas las leyes se haga caso omiso de ellas y, todo se convierta en un gato pardismo de hacer cambios para que todo siga igual.

En la discusión de esta reforma al sistema judicial y de todas las relacionadas con asuntos de género, es imprescindible que las mujeres sean tomadas en cuenta, para no repetir una legislación ideada y ejecutada por hombres, porque entonces sería pan con lo mismo.

EL MOMENTO DECISIVO PARA LA CAUSA FEMINISTA

#UnDíaSinMujeres si se hace con la seriedad y la unidad con que se han llevado al cabo movimientos convocados en redes sociales como el #MeToo, la Primavera Árabe, el 11M, OcupaWallStreet y otros, se logrará la meta de cambiar las leyes, por unas que en realidad protejan a las damas.

La convocatoria recomienda no salir de casa, no es un día de asueto, ni para que la hija vaya al cine con sus amigas, o para visitar a la familia. Deben enclaustrarse por 24 horas, para que se note su ausencia de la vida cotidiana. Algo similar a un día sin mexicanos en California, Estados Unidos, donde hubo tal solidaridad que las leyes se modificaron y se convirtió en Ciudad Santuario.

Eso mismo debe ocurrir en México con #UnDíaSinMujeres, no se trata de una ocurrencia trasnochada, sino de una necesidad para que no sigan ocurriendo casos como el de Fátima, la niña de Tulyehualco, secuestrada y asesinada por una pareja que sabía que a la menor no le prestaban atención sus padres y, pensaron, que nadie notaria su ausencia.

Las cifras del Secretariado revelaron que el mes pasado hubo en México 14 menores de edad víctimas de feminicidio, de los cuales tres se cometieron en Chiapas; dos en la Ciudad de México y otro par en Puebla; mientras que en el Estado de México, Durango, Sonora, Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila y Tabasco, uno en cada uno.

No por sus conferencias mañaneras, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha podido enfrentar la oleada creciente de denuncias de abusos, cometidos por hombres sin conciencia, hacia las mujeres.

En los primeros 14 meses de gobierno de AMLO asesinaron a cuatro mil 470 mujeres en toda la República, 313 muertes más que en los últimos 14 meses de Enrique Peña Nieto.

Por supuesto, que López Obrador enseguida culpó de los feminicidios al neoliberalismo, cuando en realidad los pervertidos y asesinos se criaron en un ambiente sin educación, ni principios, el mejor caldo de cultivo para formar criminales.

Sin temor debe de señalarse al Estado mexicano, y al mismo pueblo de México, de ser responsables del aumento de homicidios, agresiones y otros delitos en contra de las mujeres.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.