/ miércoles 12 de diciembre de 2018

Universidades en apuros

Más de un rector debe estar en la Basílica, de rodillas frente a la Virgen de Guadalupe. Muchas, de las universidades públicas estatales, están sin un quinto y sólo un milagro puede sacarlas del apuro.

En un estupendo reportaje, El Sol de México reveló la crisis financiera en la que se encuentran. Desesperados se unen para tratar de convencer, de entrada al Secretario de Educación, al de Hacienda y al propio Presidente, de que se les amplíe el presupuesto en cuatro mil 400 millones de pesos.

No quisiera estar en el pellejo del señor Urzúa. Por todas partes se escucha el clamor del “no alcanza”, mientras los ingresos se encogen en razón del tutiplén de compromisos de AMLO, con el “pueblo bueno” y la barbaridad del NAIM, al que ya se llama el “Aeroproa” (En memoria del conocido Fobaproa, o “Robaproa”, Zedillista).

El problema de las universidades estatales públicas, viene de lejos. En el reportaje aludido, se hace referencia a un estudio hecho por la administración Peñista, en el que se concluye que “la crisis se origina por la contratación de una plantilla por encima de las posibilidades económicas de las instituciones, ya sea por el número o sueldo; prestaciones a personal docente y administrativo superiores a los del financiamiento que reciben las universidades, malos sistemas de jubilación y pensiones, incumplimiento de gobiernos estatales y un menor subsidio federal”.

Los gastos crecen y ellos siguen castigados, incluso, con un decremento en sus percepciones. Cuando se trató de “recortes”, así se dijera que se quedaría intocable la educación, no ocurrió.

El número de aspirantes se engruesa año con año y rebasa la capacidad de planteles sin posibilidades de crecer, por la carencia económica. Intentan manejarse con un constante déficit, muchas veces a la espera de que salga el gobernador en turno y llegue otro, más comprensivo y generoso.

Son frecuentes las confrontaciones con Ejecutivos estatales que, por animadversión, o por tener a alguien a modo –en vista de lo que representan miles de jóvenes- a quienes están al frente de la universidad, le retiran los apoyos. Morelos es un ejemplo reciente del pleito entre el ahora ex, Graco Ramírez y el también ya exrector, Alejandro Vera.

La de Morelos, como la del Estado de México, entre otras, tuvo señalamientos por estar involucrada en la Estafa Maestra. A raíz de una investigación periodística (Animal Político) se descubrió que, a estas instituciones, desde la Sedesol de Rosario Robles se les pagaba por trabajos que no hacían, dándoles parte de lo facturado.

Argumentaron que se habían elaborado –o mandado hacer- los encargos de Marras, pero algunos eran tan absurdos y tan falsos como el de, ordenarles cachuchas (Como si no hubiera fabricantes de estas prendas).

Arrastran déficits impagables, como servicios, pago de impuestos y adeudos de diversa índole para los que jamás les alcanza. Se ve difícil que puedan enderezar sus finanzas y las cantidades necesarias para hacerlo, no se ve de dónde puedan salir.

López Obrador se compromete a abrir 100 más. Se tendrán que incluir en el presupuesto de la SEP. Cualquier cálculo, por conservador que sea, implicaría elevar con creces el presupuesto educacional. De nuevo, el ¡de dónde!

Muchas las urgencias y pocos los dineros. Habrá que ver si las universidades se consideran prioritarias, o les vuelven a congelar los ingresos, en vista de que no hay más tela para cortar.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Más de un rector debe estar en la Basílica, de rodillas frente a la Virgen de Guadalupe. Muchas, de las universidades públicas estatales, están sin un quinto y sólo un milagro puede sacarlas del apuro.

En un estupendo reportaje, El Sol de México reveló la crisis financiera en la que se encuentran. Desesperados se unen para tratar de convencer, de entrada al Secretario de Educación, al de Hacienda y al propio Presidente, de que se les amplíe el presupuesto en cuatro mil 400 millones de pesos.

No quisiera estar en el pellejo del señor Urzúa. Por todas partes se escucha el clamor del “no alcanza”, mientras los ingresos se encogen en razón del tutiplén de compromisos de AMLO, con el “pueblo bueno” y la barbaridad del NAIM, al que ya se llama el “Aeroproa” (En memoria del conocido Fobaproa, o “Robaproa”, Zedillista).

El problema de las universidades estatales públicas, viene de lejos. En el reportaje aludido, se hace referencia a un estudio hecho por la administración Peñista, en el que se concluye que “la crisis se origina por la contratación de una plantilla por encima de las posibilidades económicas de las instituciones, ya sea por el número o sueldo; prestaciones a personal docente y administrativo superiores a los del financiamiento que reciben las universidades, malos sistemas de jubilación y pensiones, incumplimiento de gobiernos estatales y un menor subsidio federal”.

Los gastos crecen y ellos siguen castigados, incluso, con un decremento en sus percepciones. Cuando se trató de “recortes”, así se dijera que se quedaría intocable la educación, no ocurrió.

El número de aspirantes se engruesa año con año y rebasa la capacidad de planteles sin posibilidades de crecer, por la carencia económica. Intentan manejarse con un constante déficit, muchas veces a la espera de que salga el gobernador en turno y llegue otro, más comprensivo y generoso.

Son frecuentes las confrontaciones con Ejecutivos estatales que, por animadversión, o por tener a alguien a modo –en vista de lo que representan miles de jóvenes- a quienes están al frente de la universidad, le retiran los apoyos. Morelos es un ejemplo reciente del pleito entre el ahora ex, Graco Ramírez y el también ya exrector, Alejandro Vera.

La de Morelos, como la del Estado de México, entre otras, tuvo señalamientos por estar involucrada en la Estafa Maestra. A raíz de una investigación periodística (Animal Político) se descubrió que, a estas instituciones, desde la Sedesol de Rosario Robles se les pagaba por trabajos que no hacían, dándoles parte de lo facturado.

Argumentaron que se habían elaborado –o mandado hacer- los encargos de Marras, pero algunos eran tan absurdos y tan falsos como el de, ordenarles cachuchas (Como si no hubiera fabricantes de estas prendas).

Arrastran déficits impagables, como servicios, pago de impuestos y adeudos de diversa índole para los que jamás les alcanza. Se ve difícil que puedan enderezar sus finanzas y las cantidades necesarias para hacerlo, no se ve de dónde puedan salir.

López Obrador se compromete a abrir 100 más. Se tendrán que incluir en el presupuesto de la SEP. Cualquier cálculo, por conservador que sea, implicaría elevar con creces el presupuesto educacional. De nuevo, el ¡de dónde!

Muchas las urgencias y pocos los dineros. Habrá que ver si las universidades se consideran prioritarias, o les vuelven a congelar los ingresos, en vista de que no hay más tela para cortar.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

ÚLTIMASCOLUMNAS