/ sábado 26 de septiembre de 2020

Uno más a la guillotina palaciega

Para el tlatoani no hay más corrupción que la del pasado. A cualquier viso de suciedad en su mandato, saca la escoba y lo esconde bajo la alfombra. Empieza a hacerse visible el chipote, pero, desde su desprestigiada tribuna, desvía el tema o culpa a quienes intentaron barrerla.

Su respuesta, a los que tuvieron la congruencia de renunciar a un cargo, es humillante y ofensiva. Los denigra y exhibe, como si se tratara de lacras o delincuentes que rechazaron que los redimiera.

El bofetón verbal, a Víctor Manuel Toledo –exsecretario del Medio Ambiente-, puso de rodillas a un hombre, cuya historia se caracterizaba por no hacer concesiones. Para su tragedia se hizo pequeño ante la andanada de estulticias que le endilgó AMLO, quien, entre otras necedades dijo que había salido por “estrés”. Cuando se te va encima la fuerza del Estado, hay quien opta por el silencio.

El turno fue ahora de Jaime Cárdenas. El exconsejero electoral, del entonces INE, es un hombre intachable y su congruencia no está a prueba. Abogado y académico, aceptó sustituir a Ricardo Rodríguez al frente del “Instituto para devolverle al pueblo lo robado”, demagógico titulajo.

El tal Rodríguez “renunció”, de acuerdo con los dichos de AMLO, porque se le iba a dar otra encomienda. Nada le dieron y, por la carta de –ésta sí- renuncia de Cárdenas, sale a relucir que lo despidieron por presumirse corrupción.

El también exdiputado escribe que se encontró transas al por mayor. En el organismo que subasta los bienes incautados a los delincuentes, se favorecía a algunos postores, se desaparecían piedras preciosas de joyas y muchas otras violaciones a la normatividad. Intentó limpiar al mentado INDE, pero lo único que encontró fueron puertas cerradas, incluso del mismo tabasqueño.

Uno de los oídos más sordos fue el de Alejandro Esquer, secretario particular del emperador. ¿Sería contubernio, o simple desprecio por tener que tratar con una persona inteligente y preparada en el ámbito jurídico?

El escrito de Cárdenas y su entrevista a Ricardo Rocha, encendieron la mecha corta del protagonista de las mañaneras, quien con su típica hiel verbal agredió a quien fuera su incondicional.

Cárdenas dijo no a convertirse en un lacayo servil, traidor a sus convicciones. A la exigencia de “lealtad ciega” a la 4T, respondió con un “lealtad reflexiva”. Su pecado fue el demandar que, el de arriba escuchara la verdad. Ahora resulta que el culpable fue él, por abandonar una chamba en la que era imposible enderezar el rumbo, sin la colaboración de la “superioridad”.

¿Y Pío y los dineros que recibía de David León? Gozando de cabal salud. ¿Y el resto de la porqueriza que saca las narices en la administración, llenándose las bolsas? Ni mención. Para AMLO sólo existen corruptelas en el pasado, mientras ignora las denuncias, de quienes le eran leales.

El movimiento conocido como FRENAA llega a la Plaza de la Constitución, mediante orden de un Juez. Estoy en desacuerdo con que se pida la renuncia del vecino de Palacio: Ganó con legitimidad. Igual respeto a quienes, en función de su forma de pensar, disienten. Lo que no se vale es recibirlos con miles de policías, enviados por la represora Sheinbaum.

Ante la radicalización y el divisionismo a los que incita el tlatoani, despiertan posturas ultra, peligrosas para la sana convivencia y la vida democrática. De pena un México partido, por la verborrea fanática y de odio.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq


Para el tlatoani no hay más corrupción que la del pasado. A cualquier viso de suciedad en su mandato, saca la escoba y lo esconde bajo la alfombra. Empieza a hacerse visible el chipote, pero, desde su desprestigiada tribuna, desvía el tema o culpa a quienes intentaron barrerla.

Su respuesta, a los que tuvieron la congruencia de renunciar a un cargo, es humillante y ofensiva. Los denigra y exhibe, como si se tratara de lacras o delincuentes que rechazaron que los redimiera.

El bofetón verbal, a Víctor Manuel Toledo –exsecretario del Medio Ambiente-, puso de rodillas a un hombre, cuya historia se caracterizaba por no hacer concesiones. Para su tragedia se hizo pequeño ante la andanada de estulticias que le endilgó AMLO, quien, entre otras necedades dijo que había salido por “estrés”. Cuando se te va encima la fuerza del Estado, hay quien opta por el silencio.

El turno fue ahora de Jaime Cárdenas. El exconsejero electoral, del entonces INE, es un hombre intachable y su congruencia no está a prueba. Abogado y académico, aceptó sustituir a Ricardo Rodríguez al frente del “Instituto para devolverle al pueblo lo robado”, demagógico titulajo.

El tal Rodríguez “renunció”, de acuerdo con los dichos de AMLO, porque se le iba a dar otra encomienda. Nada le dieron y, por la carta de –ésta sí- renuncia de Cárdenas, sale a relucir que lo despidieron por presumirse corrupción.

El también exdiputado escribe que se encontró transas al por mayor. En el organismo que subasta los bienes incautados a los delincuentes, se favorecía a algunos postores, se desaparecían piedras preciosas de joyas y muchas otras violaciones a la normatividad. Intentó limpiar al mentado INDE, pero lo único que encontró fueron puertas cerradas, incluso del mismo tabasqueño.

Uno de los oídos más sordos fue el de Alejandro Esquer, secretario particular del emperador. ¿Sería contubernio, o simple desprecio por tener que tratar con una persona inteligente y preparada en el ámbito jurídico?

El escrito de Cárdenas y su entrevista a Ricardo Rocha, encendieron la mecha corta del protagonista de las mañaneras, quien con su típica hiel verbal agredió a quien fuera su incondicional.

Cárdenas dijo no a convertirse en un lacayo servil, traidor a sus convicciones. A la exigencia de “lealtad ciega” a la 4T, respondió con un “lealtad reflexiva”. Su pecado fue el demandar que, el de arriba escuchara la verdad. Ahora resulta que el culpable fue él, por abandonar una chamba en la que era imposible enderezar el rumbo, sin la colaboración de la “superioridad”.

¿Y Pío y los dineros que recibía de David León? Gozando de cabal salud. ¿Y el resto de la porqueriza que saca las narices en la administración, llenándose las bolsas? Ni mención. Para AMLO sólo existen corruptelas en el pasado, mientras ignora las denuncias, de quienes le eran leales.

El movimiento conocido como FRENAA llega a la Plaza de la Constitución, mediante orden de un Juez. Estoy en desacuerdo con que se pida la renuncia del vecino de Palacio: Ganó con legitimidad. Igual respeto a quienes, en función de su forma de pensar, disienten. Lo que no se vale es recibirlos con miles de policías, enviados por la represora Sheinbaum.

Ante la radicalización y el divisionismo a los que incita el tlatoani, despiertan posturas ultra, peligrosas para la sana convivencia y la vida democrática. De pena un México partido, por la verborrea fanática y de odio.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq