/ miércoles 7 de abril de 2021

Vacuna electorera

La pescaron in fraganti. Una presunta enfermera –dicen que era voluntaria-, inyectó a un señor de la tercera edad, con la jeringa vacía. El video que tomó su sobrina inundó las redes sociales y la indignación fue apoteósica. Lo que faltaba, trampas con la inoculación que salva vidas.

La respuesta del tlatoani, patética. Salió con su estulticia de que se podía tratar de un montaje –a cargo de los conservadores-, para luego reconocer que se le había puesto de inmediato al ofendido, el antígeno correspondiente. Palabrería a su conveniencia, en busca de culpar a alguien externo a la patente incapacidad y posible corrupción de su gobierno.

La Jefa de Gobierno de la CDMX se quedó corta, aunque después quiso arreglarlo diciendo que se iba a investigar; el titular del IMSS, Zoé Robledo, incluso más indolente.

La realidad es que el hecho, del cual se han documentado algunos otros casos, conlleva la pérdida de confianza. Encima se atrevieron a declarar que se prohibía en adelante, filmar al pariente o amigo al que se acompañe, aunque en la mayoría de los centros impiden que te acerques.

A estos ínclitos funcionaretes, de todas las jerarquías, les podrá parecer peccata minuta, pero el fondo es serio. El modo de operar es preciso. Una enfermera llena la jeringa y se la entrega a quien la aplicará, en las narices de la supervisora que se coloca justo enfrente. De manera que, quien falló fue la que pasó la jeringa vacía, en primer lugar; luego, quien la recibió y solo la clavó en el brazo del adulto y por último, la jefa de todo el cotarro. Hablar de que fue un error es querernos ver la cara de tontos, en vista de la rigidez del protocolo.

O se están robando vacunas a su antojo, o, la escasez de ellas orilla al gobierno a tomarnos el pelo y fingir que ya estamos inmunizados, consciente del deseo generalizado.

Para AMLO la vacunación es piedra angular de su propaganda electorera. Con más de 200 mil muertos por el Covid, una economía hecha trizas, una violencia imparable, escasez de medicamentos y un notorio aumento de críticas a su gestión, directas y a la cara, en sus repetitivas giras, de poco puede presumir.

Le ha hecho creer a la población, que gracias a su generosidad contamos con la vacuna. De vergüenza que se use como pivote para convocar al sufragio, cuando su obligación prioritaria es la de garantizar la salud.

En el mismo sentido se ha trepado todo el movimiento de la deplorable 4T, haciendo un uso faccioso.

Mientras el personal de salud privado clama por el que es su derecho elemental, antes que el resto de la población. Médicos, enfermeras, camilleros, afanadoras, laboratoristas que trabajan en instituciones particulares o por su cuenta, corren un gravísimo peligro. A ellos llegan infectados, a los que reciben y atienden. Quienes laboran en los consultorios de las farmacias, donde el precio es accesible, no cuentan con la mínima protección.

De nada han servido sus quejas. Antes se atendió a los “siervos de la Nación” y a los profesores campechanos, entidad con el menor número de caso. La vacuna sin vacuna, exige una investigación a fondo, así como la urgente inmunización de todo el personal sanitario.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

La pescaron in fraganti. Una presunta enfermera –dicen que era voluntaria-, inyectó a un señor de la tercera edad, con la jeringa vacía. El video que tomó su sobrina inundó las redes sociales y la indignación fue apoteósica. Lo que faltaba, trampas con la inoculación que salva vidas.

La respuesta del tlatoani, patética. Salió con su estulticia de que se podía tratar de un montaje –a cargo de los conservadores-, para luego reconocer que se le había puesto de inmediato al ofendido, el antígeno correspondiente. Palabrería a su conveniencia, en busca de culpar a alguien externo a la patente incapacidad y posible corrupción de su gobierno.

La Jefa de Gobierno de la CDMX se quedó corta, aunque después quiso arreglarlo diciendo que se iba a investigar; el titular del IMSS, Zoé Robledo, incluso más indolente.

La realidad es que el hecho, del cual se han documentado algunos otros casos, conlleva la pérdida de confianza. Encima se atrevieron a declarar que se prohibía en adelante, filmar al pariente o amigo al que se acompañe, aunque en la mayoría de los centros impiden que te acerques.

A estos ínclitos funcionaretes, de todas las jerarquías, les podrá parecer peccata minuta, pero el fondo es serio. El modo de operar es preciso. Una enfermera llena la jeringa y se la entrega a quien la aplicará, en las narices de la supervisora que se coloca justo enfrente. De manera que, quien falló fue la que pasó la jeringa vacía, en primer lugar; luego, quien la recibió y solo la clavó en el brazo del adulto y por último, la jefa de todo el cotarro. Hablar de que fue un error es querernos ver la cara de tontos, en vista de la rigidez del protocolo.

O se están robando vacunas a su antojo, o, la escasez de ellas orilla al gobierno a tomarnos el pelo y fingir que ya estamos inmunizados, consciente del deseo generalizado.

Para AMLO la vacunación es piedra angular de su propaganda electorera. Con más de 200 mil muertos por el Covid, una economía hecha trizas, una violencia imparable, escasez de medicamentos y un notorio aumento de críticas a su gestión, directas y a la cara, en sus repetitivas giras, de poco puede presumir.

Le ha hecho creer a la población, que gracias a su generosidad contamos con la vacuna. De vergüenza que se use como pivote para convocar al sufragio, cuando su obligación prioritaria es la de garantizar la salud.

En el mismo sentido se ha trepado todo el movimiento de la deplorable 4T, haciendo un uso faccioso.

Mientras el personal de salud privado clama por el que es su derecho elemental, antes que el resto de la población. Médicos, enfermeras, camilleros, afanadoras, laboratoristas que trabajan en instituciones particulares o por su cuenta, corren un gravísimo peligro. A ellos llegan infectados, a los que reciben y atienden. Quienes laboran en los consultorios de las farmacias, donde el precio es accesible, no cuentan con la mínima protección.

De nada han servido sus quejas. Antes se atendió a los “siervos de la Nación” y a los profesores campechanos, entidad con el menor número de caso. La vacuna sin vacuna, exige una investigación a fondo, así como la urgente inmunización de todo el personal sanitario.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq