/ jueves 29 de julio de 2021

Valle de Bravo: Una bomba de tiempo

Es lamentable abrir el celular y encontrar varias fotografías de la situación en la que se encuentra el lago de Valle de Bravo hoy en día. Es difícil describir la fotografía sin que haya una mezcla de sentimientos de enojo y frustración; siendo una de las bellezas escénicas del municipio de Valle de Bravo, hoy se ve como un vaso de agua que está perdiendo de manera acelerada el volumen hídrico, y en cuestión de calidad se pueden observar diferentes tonalidades verdes. No es necesario ser un experto en la materia para constatar que el agua está en proceso de eutroficación.

Hay un cúmulo de razones por las que se ha llegado a la penosa situación que hoy presenta el lago. Algunos datos de importancia: el lago forma parte de la Subcuenca Valle de Bravo – Amanalco, integra parte del Sistema Cutzamala que suministra 37% del agua potable que abastece la red de distribución en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) que proporciona agua potable a 13 alcaldías, además de Toluca y 16 municipios del Estado de México

Diversas son las fuentes que originan el problema en el que se encuentra el lago; entre ellas destacan: el crecimiento acelerado del cambio en el uso de suelo forestal, el aumento en la tala de bosques, el mercado de derechos de agua, el aumento justificado de los procesos de erosión de suelo, la pérdida de la biodiversidad y la afectación a la cubierta vegetal.

Además, la población de la Subcuenca es de más de 800,000 personas, con un alto porcentaje de comunidades que se encuentra en condiciones de pobreza y que además carecen de servicios básicos de saneamiento, por lo que las aguas residuales se infiltran al manto freático contaminando las aguas en la parte media y alta. Asimismo aumenta la presencia de residuos sólidos. Hay un listado aún más amplio de causas que van abonando al deterioro ambiental.

Aunado a lo anterior, existe a nivel mundial un problema de crisis climática que trae consigo que los fenómenos meteorológicos naturales hayan sufrido también algún grado de variabilidad; la época de lluvias habitual, que se espera fervientemente desde el pasado 2019, no ha sido tan intensa como solía ser, hecho que agrava, a su vez, la situación del bosque, entendido como la fábrica de agua que alimenta el lago de Valle de Bravo.

Si bien es evidente la serie de fuentes de deterioro, es momento de que se actúe en corresponsabilidad para solucionar el grave problema que hoy se vive. La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), hasta este momento, no ha dado respuesta a ninguna de las solicitudes que ha presentado la sociedad civil organizada, que solicita a la autoridad una respuesta al aumento de la extracción de agua de la Presa Miguel Alemán (conocida coloquialmente como la Cortina de Valle de Bravo ) destinada al Sistema Cutzamala; la cantidad de agua que se está extrayendo constituye el foco rojo. Por su parte, las autoridades estatales y locales deben atender lo relativo al sistema de saneamiento, frenar ya el incremento de la urbanización que trae consigo la disminución de los bosques naturales y amenazas ecosistemicas que afectan los servicios ambientales originales. Nuevamente, la sociedad civil organizada ha realizado ejercicios participativos de análisis de la problemática de la subcuenca, ejercicios demostrativos de soluciones basadas en la naturaleza, y ha informado a los medios de comunicación (tradicional y redes sociales) sobre la situación real del lago, haciendo un llamado a la participación activa de cada vez más actores para la solución del problema. Y aunque sí se ha recibido un apoyo muy importante, tanto de habitantes del municipio como de la población flotante, sigue faltando la estrategia de solución institucional.

CONAGUA, en su calidad de cabeza de sector, debe dar una respuesta sobre la situación del lago de Valle de Bravo. No es posible que muchos estamos viendo el problema de manera presencial, otros estamos enterados por la información que circula y parece que las que no ven nada son las autoridades federales.

Este es el momento, para la administración de la denominada Cuarta Transformación, de actuar de manera congruente y explicar cómo se va a atender el grave problema que sufren el Lago de Valle de Bravo y la Presa Miguel Alemán. Necesitamos que la autoridad encabece el esfuerzo que muchos ciudadanos estamos articulando, para no perder esta belleza escénica.

Ojalá en muy corto tiempo tengamos la respuesta institucional oficial; por nuestra parte, seguiremos construyendo, con las miles de voluntades que se han sumado, y continuar con los esfuerzos de restauración en la cuenca, la actualización de los diagnósticos existentes, la capacitación para las comunidades, la reforestación y la creación de humedales, cuidando de las Areas Naturales Protegidas de la zona y seguir desarrollando e implementando más soluciones basadas en la naturaleza. Por parte de los ciudadanos organizados NO quedará sin atenderse la situación; ojalá que la CONAGUA dé una pronta respuesta a la altura de su obligación. NO QUEREMOS PERDER ESTE CUERPO DE AGUA.

Es lamentable abrir el celular y encontrar varias fotografías de la situación en la que se encuentra el lago de Valle de Bravo hoy en día. Es difícil describir la fotografía sin que haya una mezcla de sentimientos de enojo y frustración; siendo una de las bellezas escénicas del municipio de Valle de Bravo, hoy se ve como un vaso de agua que está perdiendo de manera acelerada el volumen hídrico, y en cuestión de calidad se pueden observar diferentes tonalidades verdes. No es necesario ser un experto en la materia para constatar que el agua está en proceso de eutroficación.

Hay un cúmulo de razones por las que se ha llegado a la penosa situación que hoy presenta el lago. Algunos datos de importancia: el lago forma parte de la Subcuenca Valle de Bravo – Amanalco, integra parte del Sistema Cutzamala que suministra 37% del agua potable que abastece la red de distribución en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) que proporciona agua potable a 13 alcaldías, además de Toluca y 16 municipios del Estado de México

Diversas son las fuentes que originan el problema en el que se encuentra el lago; entre ellas destacan: el crecimiento acelerado del cambio en el uso de suelo forestal, el aumento en la tala de bosques, el mercado de derechos de agua, el aumento justificado de los procesos de erosión de suelo, la pérdida de la biodiversidad y la afectación a la cubierta vegetal.

Además, la población de la Subcuenca es de más de 800,000 personas, con un alto porcentaje de comunidades que se encuentra en condiciones de pobreza y que además carecen de servicios básicos de saneamiento, por lo que las aguas residuales se infiltran al manto freático contaminando las aguas en la parte media y alta. Asimismo aumenta la presencia de residuos sólidos. Hay un listado aún más amplio de causas que van abonando al deterioro ambiental.

Aunado a lo anterior, existe a nivel mundial un problema de crisis climática que trae consigo que los fenómenos meteorológicos naturales hayan sufrido también algún grado de variabilidad; la época de lluvias habitual, que se espera fervientemente desde el pasado 2019, no ha sido tan intensa como solía ser, hecho que agrava, a su vez, la situación del bosque, entendido como la fábrica de agua que alimenta el lago de Valle de Bravo.

Si bien es evidente la serie de fuentes de deterioro, es momento de que se actúe en corresponsabilidad para solucionar el grave problema que hoy se vive. La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), hasta este momento, no ha dado respuesta a ninguna de las solicitudes que ha presentado la sociedad civil organizada, que solicita a la autoridad una respuesta al aumento de la extracción de agua de la Presa Miguel Alemán (conocida coloquialmente como la Cortina de Valle de Bravo ) destinada al Sistema Cutzamala; la cantidad de agua que se está extrayendo constituye el foco rojo. Por su parte, las autoridades estatales y locales deben atender lo relativo al sistema de saneamiento, frenar ya el incremento de la urbanización que trae consigo la disminución de los bosques naturales y amenazas ecosistemicas que afectan los servicios ambientales originales. Nuevamente, la sociedad civil organizada ha realizado ejercicios participativos de análisis de la problemática de la subcuenca, ejercicios demostrativos de soluciones basadas en la naturaleza, y ha informado a los medios de comunicación (tradicional y redes sociales) sobre la situación real del lago, haciendo un llamado a la participación activa de cada vez más actores para la solución del problema. Y aunque sí se ha recibido un apoyo muy importante, tanto de habitantes del municipio como de la población flotante, sigue faltando la estrategia de solución institucional.

CONAGUA, en su calidad de cabeza de sector, debe dar una respuesta sobre la situación del lago de Valle de Bravo. No es posible que muchos estamos viendo el problema de manera presencial, otros estamos enterados por la información que circula y parece que las que no ven nada son las autoridades federales.

Este es el momento, para la administración de la denominada Cuarta Transformación, de actuar de manera congruente y explicar cómo se va a atender el grave problema que sufren el Lago de Valle de Bravo y la Presa Miguel Alemán. Necesitamos que la autoridad encabece el esfuerzo que muchos ciudadanos estamos articulando, para no perder esta belleza escénica.

Ojalá en muy corto tiempo tengamos la respuesta institucional oficial; por nuestra parte, seguiremos construyendo, con las miles de voluntades que se han sumado, y continuar con los esfuerzos de restauración en la cuenca, la actualización de los diagnósticos existentes, la capacitación para las comunidades, la reforestación y la creación de humedales, cuidando de las Areas Naturales Protegidas de la zona y seguir desarrollando e implementando más soluciones basadas en la naturaleza. Por parte de los ciudadanos organizados NO quedará sin atenderse la situación; ojalá que la CONAGUA dé una pronta respuesta a la altura de su obligación. NO QUEREMOS PERDER ESTE CUERPO DE AGUA.