/ domingo 8 de septiembre de 2019

Veracruz: Winckler vs Cuitláhuac

Napoleón Fillat

La trágica y muy lamentable versión veracruzana del “Corrido del Caballo Blanco”, se encuentra enmarcada en el pleito callejero que se traen el gobernador Cuitláhuac García y el fiscal de la entidad Jorge Winckler, pues algo que inició por “quítame estas pajas”; desde que el primero estaba en campaña para obtener el cargo que ostenta, ya había advertido su intención de echar fuera al titular de la Fiscalía General en el Estado, tan luego estuviera presidiendo el poder ejecutivo local, puesto que se trata de una herencia que le endosó Miguel Ángel Yunes Linares; rápidamente se convirtió en una bola de nieve que amenaza todo lo que está en su camino, incluida la federación, pues se hizo necesaria la intervención de la Fiscalía General de República para atender el caso del cobarde asalto al bar ubicado en Coatzacoalcos Ver., en el que perdieron la vida alrededor de treinta personas, el pasado 27 de agosto.

El triste acontecimiento, fue aprovechado, según la posición de cada uno, para “jalar agua hacia su molino”, y así el gobernador responsabiliza al fiscal porque en el anterior mes de junio, dice, dejó ir al hoy presunto multihomicida, las dos ocasiones en que miembros de la Marina lo pusieron a su disposición y Winckler se deslindó, afirmando que nunca estuvo bajo su custodia y que en realidad fue la Delegación de la Fiscalía General de la República la que liberó a Ricardo Romero Villegas, alias “La loca”, quien públicamente jura y perjura que él no fue, “que busquen por otra parte”.

Pero ya son varios los casos en que se han enfrentado nuestros “distinguidos” personajes en conflicto, pues con el inicio de la administración de Cuitláhuac, se verificó una reforma a la Constitución del Estado, para estar en condiciones de darles trámite inmediato a un buen número de solicitudes de juicio político que pesaban sobre el desempeño de Jorge Winckler, las que no tuvieron el éxito deseado por sus promotores.

El 19 de abril, en Minatitlán, un comando armado interrumpió en forma brutal una fiesta y mata a trece personas, entre ellas, una bebé. Con el fin de exhibir a Winckler al gobernador provecha para culpar a un tal “El lagarto”, pero ni tardo ni perezoso, el fiscal lo citó a declarar como testigo de hechos que difícilmente le constaban, pero que tuvieron el impacto deseado en los medios y en la opinión pública, ya que además estaban involucrando a Cuitláhuac en un supuesto conflicto de intereses, en complicidad con el entonces superdelegado en Jalisco.

Muy propio de la cultura a la mexicana, es que actualmente en Veracruz no hay acontecimiento que tenga que ver con el combate a la delincuencia en que no surja una escaramuza que los involucre, por lo que tampoco pierden oportunidad para tratar de exhibirse en los medios no como simples adversarios políticos sino como enemigos jurados.

En varias de las entrevistas que le hicieron a Cuitláhuac no entendí su explicación sobre los hechos, me quedó más claro el alegato de Cantinflas en “Ahí está el detalle”, por lo mismo sospecho que no soy el único con esa impresión, puesto que el presidente le dio un espaldarazo para sostenerlo en la contienda mediática y el Congreso Local (morenista), se apresuró a suspender temporalmente al Fiscal Winckler.

Resulta claro que en medio de esta disputa, están en juego más cosas que el simple desahogo de la antipatía que se tienen, también que el gran perdedor es Veracruz, solo falta ver quien termina con:

“el hoci…sangrando”


napoleonef@hotmail.com


Napoleón Fillat

La trágica y muy lamentable versión veracruzana del “Corrido del Caballo Blanco”, se encuentra enmarcada en el pleito callejero que se traen el gobernador Cuitláhuac García y el fiscal de la entidad Jorge Winckler, pues algo que inició por “quítame estas pajas”; desde que el primero estaba en campaña para obtener el cargo que ostenta, ya había advertido su intención de echar fuera al titular de la Fiscalía General en el Estado, tan luego estuviera presidiendo el poder ejecutivo local, puesto que se trata de una herencia que le endosó Miguel Ángel Yunes Linares; rápidamente se convirtió en una bola de nieve que amenaza todo lo que está en su camino, incluida la federación, pues se hizo necesaria la intervención de la Fiscalía General de República para atender el caso del cobarde asalto al bar ubicado en Coatzacoalcos Ver., en el que perdieron la vida alrededor de treinta personas, el pasado 27 de agosto.

El triste acontecimiento, fue aprovechado, según la posición de cada uno, para “jalar agua hacia su molino”, y así el gobernador responsabiliza al fiscal porque en el anterior mes de junio, dice, dejó ir al hoy presunto multihomicida, las dos ocasiones en que miembros de la Marina lo pusieron a su disposición y Winckler se deslindó, afirmando que nunca estuvo bajo su custodia y que en realidad fue la Delegación de la Fiscalía General de la República la que liberó a Ricardo Romero Villegas, alias “La loca”, quien públicamente jura y perjura que él no fue, “que busquen por otra parte”.

Pero ya son varios los casos en que se han enfrentado nuestros “distinguidos” personajes en conflicto, pues con el inicio de la administración de Cuitláhuac, se verificó una reforma a la Constitución del Estado, para estar en condiciones de darles trámite inmediato a un buen número de solicitudes de juicio político que pesaban sobre el desempeño de Jorge Winckler, las que no tuvieron el éxito deseado por sus promotores.

El 19 de abril, en Minatitlán, un comando armado interrumpió en forma brutal una fiesta y mata a trece personas, entre ellas, una bebé. Con el fin de exhibir a Winckler al gobernador provecha para culpar a un tal “El lagarto”, pero ni tardo ni perezoso, el fiscal lo citó a declarar como testigo de hechos que difícilmente le constaban, pero que tuvieron el impacto deseado en los medios y en la opinión pública, ya que además estaban involucrando a Cuitláhuac en un supuesto conflicto de intereses, en complicidad con el entonces superdelegado en Jalisco.

Muy propio de la cultura a la mexicana, es que actualmente en Veracruz no hay acontecimiento que tenga que ver con el combate a la delincuencia en que no surja una escaramuza que los involucre, por lo que tampoco pierden oportunidad para tratar de exhibirse en los medios no como simples adversarios políticos sino como enemigos jurados.

En varias de las entrevistas que le hicieron a Cuitláhuac no entendí su explicación sobre los hechos, me quedó más claro el alegato de Cantinflas en “Ahí está el detalle”, por lo mismo sospecho que no soy el único con esa impresión, puesto que el presidente le dio un espaldarazo para sostenerlo en la contienda mediática y el Congreso Local (morenista), se apresuró a suspender temporalmente al Fiscal Winckler.

Resulta claro que en medio de esta disputa, están en juego más cosas que el simple desahogo de la antipatía que se tienen, también que el gran perdedor es Veracruz, solo falta ver quien termina con:

“el hoci…sangrando”


napoleonef@hotmail.com


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