/ martes 6 de abril de 2021

Victoria y el drama de la migración

La muerte de Victoria no fue un accidente, fue un asesinato. Su vida transcurrió y concluyó en la tragedia. En su memoria y por los 72 migrantes masacrados en San Fernando; por los 16 guatemaltecos calcinados; por todos los que cruzan nuestro territorio y son víctimas de la violencia, demandamos justicia.

Visibilizar el éxodo de los migrantes centroamericanos quienes buscan una mejor vida y la genuina ilusión de salir adelante, es narrar la cotidiana vejación a sus derechos humanos, particularmente por las fuerzas de seguridad y las autoridades migratorias. Sin embargo, en esa larga travesía, muchos de ellos son asesinados, secuestrados, violados o desaparecidos. Amnistía Internacional calcula que siete de diez mujeres y niñas migrantes sufren algún tipo de abuso sexual en su paso por nuestro país.

El pasado 15 de diciembre presente ante el pleno del Senado de la República diversas reformas a fin de prohibir la discriminación a cualquier persona por su estatus migratorio. De igual forma, he propuesto que se reconozcan todos los derechos y garantías contemplados en nuestra Constitución y los establecidos en los tratados internacionales.

La propuesta de ley también busca prohibir la detención de cualquier migrante por un plazo mayor a 72 horas en caso de no existir mandamiento judicial; reconoce el derecho de las personas extranjeras y migrantes para acceder a mecanismos de acceso a la justicia pronta y expedita; privilegiar la unidad familiar e inhibir la detención de los menores de edad con situación migratoria irregular. En suma, garantizar los derechos humanos de las y los migrantes.

La migración es la historia de la humanidad, de la riqueza étnica y la diversidad cultural. A través de los siglos, la migración ha consolidado la existencia de diversas naciones. Sin embargo, cuando ignoramos sus raíces y las razones de su movilidad, florece la xenofobia exacerbada.

No debemos catalogar a las personas de primera o segunda categoría, incluyendo cualquier ciudadano del mundo. Debemos abolir las ficticias castas sociales. Cuando logremos esa igualdad sustantiva, nunca más se volverá a repetir una tragedia como la de Victoria.

Senadora por el PT

La muerte de Victoria no fue un accidente, fue un asesinato. Su vida transcurrió y concluyó en la tragedia. En su memoria y por los 72 migrantes masacrados en San Fernando; por los 16 guatemaltecos calcinados; por todos los que cruzan nuestro territorio y son víctimas de la violencia, demandamos justicia.

Visibilizar el éxodo de los migrantes centroamericanos quienes buscan una mejor vida y la genuina ilusión de salir adelante, es narrar la cotidiana vejación a sus derechos humanos, particularmente por las fuerzas de seguridad y las autoridades migratorias. Sin embargo, en esa larga travesía, muchos de ellos son asesinados, secuestrados, violados o desaparecidos. Amnistía Internacional calcula que siete de diez mujeres y niñas migrantes sufren algún tipo de abuso sexual en su paso por nuestro país.

El pasado 15 de diciembre presente ante el pleno del Senado de la República diversas reformas a fin de prohibir la discriminación a cualquier persona por su estatus migratorio. De igual forma, he propuesto que se reconozcan todos los derechos y garantías contemplados en nuestra Constitución y los establecidos en los tratados internacionales.

La propuesta de ley también busca prohibir la detención de cualquier migrante por un plazo mayor a 72 horas en caso de no existir mandamiento judicial; reconoce el derecho de las personas extranjeras y migrantes para acceder a mecanismos de acceso a la justicia pronta y expedita; privilegiar la unidad familiar e inhibir la detención de los menores de edad con situación migratoria irregular. En suma, garantizar los derechos humanos de las y los migrantes.

La migración es la historia de la humanidad, de la riqueza étnica y la diversidad cultural. A través de los siglos, la migración ha consolidado la existencia de diversas naciones. Sin embargo, cuando ignoramos sus raíces y las razones de su movilidad, florece la xenofobia exacerbada.

No debemos catalogar a las personas de primera o segunda categoría, incluyendo cualquier ciudadano del mundo. Debemos abolir las ficticias castas sociales. Cuando logremos esa igualdad sustantiva, nunca más se volverá a repetir una tragedia como la de Victoria.

Senadora por el PT