/ domingo 9 de enero de 2022

Vino chihuahuense, ¿accesible?

El vino contiene miles de sustancias tales como vitaminas y minerales, que proceden de las mismas uvas. A lo largo de la historia, se ha utilizado tanto como bebida estimulante y como medicamento. En la antigüedad, era más seguro beber vino que agua. En muchos países forma parte de la cultura y se consume diariamente durante las comidas. Hace años se hizo popular “La paradoja francesa” de un estudio que aludía a que, aunque en Francia se consumían bastantes grasas como en Estados Unidos, las enfermedades coronarias eran 2.5 menores que en ese país. La mortalidad por esta causa era inversamente proporcional al consumo de vino. Su consumo se ha relacionado a la prevención de enfermedades como el Alzheimer. Otros beneficios su consumo con moderación son: aumento de los niveles de omega 3 en los glóbulos rojos y en el plasma en la sangre; disminuye el riesgo de depresión; podría ayudar a la prevención de caries e infecciones en las encías; podría prevenir el desarrollo de la demencia y retrasar el crecimiento de células cancerígenas. Uno de los beneficios que más me gusta, es la de retrasar el envejecimiento ocasionado por los taninos que contiene, sustancia natural que procede de la piel, hollejo y racimos de la uva. Son conocidos como antioxidantes que también se encuentran presentes en frutos rojos, té verde, café y chocolate. Estos componentes se encuentran en el vino tinto mas no en el blanco, rosado y espumoso, de ahí que el tinto sea más consumido en el mundo.

También el mero hecho de sentarse a la mesa con amigos, parientes o pareja para degustar una botella crea una atmósfera agradable de camaradería, reflexión y hasta inspiración para crear. En Chihuahua, cada vez más personas muestran interés por el vino. Ya es común acudir a restaurantes a catas-maridajes e incluso, visitar los viñedos en nuestro estado, pasear por las vides y aprender un poco sobre la degustación e historia del vino. En el 2014 se expidió la Ley de Fomento a la Actividad Vitivinícola del Estado de Chihuahua, la cual ha sido impulsora del desarrollo de esta actividad. De pronto, se encuentran vinos chihuahuenses de gran calidad que incluso han ganado premios nacionales e internacionales. Se ha hecho bastante promoción y da alegría que se vuelve más popular cada día. Debemos apoyar la industria vitivinícola, paulatinamente fomentar una cultura del vino para que algún día las personas elijamos comprar vino a cerveza u otro licor en restaurantes y establecimientos. Esto puede resultar complicado, pues veces la relación precio-calidad de una botella local no es buena. En Europa la cultura del vino es milenaria, su consumo es alto y el precio muy accesible. En nuestro estado que a penas comienza con esta actividad, los precios pudieran ser “irracionales” a lo que verdaderamente cuestan y esto, quizá debido al costo alto de producción y su poca distribución. A veces me sorprendo encontrar vinos chihuahuenses extremadamente caros que rebasan los 500 pesos y generalmente hasta más, por lo que el “sentido común” indica que es mejor llevarse el vino de al lado español Rioja, Malbec argentino de Mendoza o un Bordeaux francés por la mitad del precio y con la garantía de que será muy bueno, a uno regional. Luego, acudir de paseo a un viñedo para comer y degustar vinos puede llegar a costar hasta 3,000 pesos por persona, que con los salarios actualmente, sólo algunos pueden costearlo entonces, si la intención es fomentar el consumo del vino loca, la pregunta es ¿para quién se está creando esta cultura? Esperemos que se invierta fuertemente para que próximamente, vayamos al súper y elegir sin titubear un buen mosto norteño de estas tierras, por lo pronto, la batalla continúa.

El vino contiene miles de sustancias tales como vitaminas y minerales, que proceden de las mismas uvas. A lo largo de la historia, se ha utilizado tanto como bebida estimulante y como medicamento. En la antigüedad, era más seguro beber vino que agua. En muchos países forma parte de la cultura y se consume diariamente durante las comidas. Hace años se hizo popular “La paradoja francesa” de un estudio que aludía a que, aunque en Francia se consumían bastantes grasas como en Estados Unidos, las enfermedades coronarias eran 2.5 menores que en ese país. La mortalidad por esta causa era inversamente proporcional al consumo de vino. Su consumo se ha relacionado a la prevención de enfermedades como el Alzheimer. Otros beneficios su consumo con moderación son: aumento de los niveles de omega 3 en los glóbulos rojos y en el plasma en la sangre; disminuye el riesgo de depresión; podría ayudar a la prevención de caries e infecciones en las encías; podría prevenir el desarrollo de la demencia y retrasar el crecimiento de células cancerígenas. Uno de los beneficios que más me gusta, es la de retrasar el envejecimiento ocasionado por los taninos que contiene, sustancia natural que procede de la piel, hollejo y racimos de la uva. Son conocidos como antioxidantes que también se encuentran presentes en frutos rojos, té verde, café y chocolate. Estos componentes se encuentran en el vino tinto mas no en el blanco, rosado y espumoso, de ahí que el tinto sea más consumido en el mundo.

También el mero hecho de sentarse a la mesa con amigos, parientes o pareja para degustar una botella crea una atmósfera agradable de camaradería, reflexión y hasta inspiración para crear. En Chihuahua, cada vez más personas muestran interés por el vino. Ya es común acudir a restaurantes a catas-maridajes e incluso, visitar los viñedos en nuestro estado, pasear por las vides y aprender un poco sobre la degustación e historia del vino. En el 2014 se expidió la Ley de Fomento a la Actividad Vitivinícola del Estado de Chihuahua, la cual ha sido impulsora del desarrollo de esta actividad. De pronto, se encuentran vinos chihuahuenses de gran calidad que incluso han ganado premios nacionales e internacionales. Se ha hecho bastante promoción y da alegría que se vuelve más popular cada día. Debemos apoyar la industria vitivinícola, paulatinamente fomentar una cultura del vino para que algún día las personas elijamos comprar vino a cerveza u otro licor en restaurantes y establecimientos. Esto puede resultar complicado, pues veces la relación precio-calidad de una botella local no es buena. En Europa la cultura del vino es milenaria, su consumo es alto y el precio muy accesible. En nuestro estado que a penas comienza con esta actividad, los precios pudieran ser “irracionales” a lo que verdaderamente cuestan y esto, quizá debido al costo alto de producción y su poca distribución. A veces me sorprendo encontrar vinos chihuahuenses extremadamente caros que rebasan los 500 pesos y generalmente hasta más, por lo que el “sentido común” indica que es mejor llevarse el vino de al lado español Rioja, Malbec argentino de Mendoza o un Bordeaux francés por la mitad del precio y con la garantía de que será muy bueno, a uno regional. Luego, acudir de paseo a un viñedo para comer y degustar vinos puede llegar a costar hasta 3,000 pesos por persona, que con los salarios actualmente, sólo algunos pueden costearlo entonces, si la intención es fomentar el consumo del vino loca, la pregunta es ¿para quién se está creando esta cultura? Esperemos que se invierta fuertemente para que próximamente, vayamos al súper y elegir sin titubear un buen mosto norteño de estas tierras, por lo pronto, la batalla continúa.