/ martes 10 de mayo de 2022

Violencia contra mujeres, institucionalizada

En México la violencia frecuentemente se percibe como algo normalizado. Millones de niñas, adolescentes y mujeres adultas conocen el riesgo y tienen miedo de la violencia que pudiera ocurrirles y por ello extreman medidas de protección al realizar sus actividades cotidianas tan simples como tomar un transporte, ir a la escuela, ir al trabajo, o caminar en la calle.

Ponerte audífonos sin música para saber qué hablan las personas a tu alrededor, pero sin tener que contestar si te dicen algo horrible, cargar saldo antes de subirte a un transporte para poder hacer una llamada de emergencia, dudar si salir a la tienda sola porque ya es de noche, fingir llamadas con familiares cercanos para lograr evidenciar que hay personas preocupadas por ti y que te buscarán, vestirte tapada y con ropa holgada para reducir el riesgo que existe, voltear hacia atrás cada 10 metros y caminar rápido, cargar cualquier objeto que pueda servir para defenderte. Estas son solo algunas de las acciones que realizan las mujeres de todas las edades para reducir el riesgo de violencia.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) cada día, durante el 2021, asesinaron a 3 mujeres -solo por el hecho de ser mujer (feminicidio)- y lesionaron a 220 mujeres. Tan solo de 2020 a 2021, aumentaron un 30% los delitos de violencia sexual publicados por el SESNSP, que de acuerdo con el Censo Nacional de Procuración y Justicia Estatal (CNPJE) son en su mayoría víctimas mujeres.

Sin embargo, con frecuencia se sigue culpabilizando a la víctima, a la mamá, al papá, a las amigas, y a las personas cercanas, se continúa invisibilizando la impunidad y, sobre todo, permanecen en el silencio miles de delitos que se cometen en contra de niñas, adolescentes y mujeres adultas a diario.

Es necesario enfatizar que los datos que conocemos reflejan, únicamente, a las víctimas de delitos que tienen una denuncia o una carpeta de investigación abierta. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE) 2021, el 93% de los delitos no son denunciados o no se abre una carpeta de investigación, o averiguación previa. Lo anterior implica que muchos de los delitos ejercidos quedan impunes.

Específicamente del 10.1% de delitos que se denuncian, únicamente el 66.9% se inicia una carpeta de investigación. Es por ello, la necesidad de generar mecanismos, en nuestro sistema judicial, capaces de dar respuesta y cumplir con la identificación, investigación y sanción de estas conductas, para que cualquier víctima tenga acceso a la justicia y el delito no quede impune.

Asimismo, no se puede omitir mencionar que es prioritario que las autoridades investiguen con perspectiva de género y se encuentren capacitados(as) y sensibilizados(as) ante estos tipos de violencia.

La violencia en contra de mujeres es una problemática de carácter nacional, es por ello que no debe quedar desatendida. Desde Early Institute hacemos un llamado a las autoridades, no solo para atender sino para mejorar mecanismos de prevención de violencia desde la niñez y hasta la edad adulta de la vida de las mujeres. Solo en la medida en que se mejore la capacidad de respuesta y se implementen las medidas de prevención necesarias, se logrará reducir la violencia en contra de niñas, adolescentes y mujeres de cualquier edad.

Necesitamos construir una sociedad en la que las futuras generaciones no repliquen la violencia sistematizada en contra de las mujeres, y trabajar en conjunto para que la seguridad no dependa de un listado de acciones personales de “precaución”, sino de la responsabilidad de todos y todas de garantizar una vida libre de cualquier forma de violencia.

En México la violencia frecuentemente se percibe como algo normalizado. Millones de niñas, adolescentes y mujeres adultas conocen el riesgo y tienen miedo de la violencia que pudiera ocurrirles y por ello extreman medidas de protección al realizar sus actividades cotidianas tan simples como tomar un transporte, ir a la escuela, ir al trabajo, o caminar en la calle.

Ponerte audífonos sin música para saber qué hablan las personas a tu alrededor, pero sin tener que contestar si te dicen algo horrible, cargar saldo antes de subirte a un transporte para poder hacer una llamada de emergencia, dudar si salir a la tienda sola porque ya es de noche, fingir llamadas con familiares cercanos para lograr evidenciar que hay personas preocupadas por ti y que te buscarán, vestirte tapada y con ropa holgada para reducir el riesgo que existe, voltear hacia atrás cada 10 metros y caminar rápido, cargar cualquier objeto que pueda servir para defenderte. Estas son solo algunas de las acciones que realizan las mujeres de todas las edades para reducir el riesgo de violencia.

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) cada día, durante el 2021, asesinaron a 3 mujeres -solo por el hecho de ser mujer (feminicidio)- y lesionaron a 220 mujeres. Tan solo de 2020 a 2021, aumentaron un 30% los delitos de violencia sexual publicados por el SESNSP, que de acuerdo con el Censo Nacional de Procuración y Justicia Estatal (CNPJE) son en su mayoría víctimas mujeres.

Sin embargo, con frecuencia se sigue culpabilizando a la víctima, a la mamá, al papá, a las amigas, y a las personas cercanas, se continúa invisibilizando la impunidad y, sobre todo, permanecen en el silencio miles de delitos que se cometen en contra de niñas, adolescentes y mujeres adultas a diario.

Es necesario enfatizar que los datos que conocemos reflejan, únicamente, a las víctimas de delitos que tienen una denuncia o una carpeta de investigación abierta. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE) 2021, el 93% de los delitos no son denunciados o no se abre una carpeta de investigación, o averiguación previa. Lo anterior implica que muchos de los delitos ejercidos quedan impunes.

Específicamente del 10.1% de delitos que se denuncian, únicamente el 66.9% se inicia una carpeta de investigación. Es por ello, la necesidad de generar mecanismos, en nuestro sistema judicial, capaces de dar respuesta y cumplir con la identificación, investigación y sanción de estas conductas, para que cualquier víctima tenga acceso a la justicia y el delito no quede impune.

Asimismo, no se puede omitir mencionar que es prioritario que las autoridades investiguen con perspectiva de género y se encuentren capacitados(as) y sensibilizados(as) ante estos tipos de violencia.

La violencia en contra de mujeres es una problemática de carácter nacional, es por ello que no debe quedar desatendida. Desde Early Institute hacemos un llamado a las autoridades, no solo para atender sino para mejorar mecanismos de prevención de violencia desde la niñez y hasta la edad adulta de la vida de las mujeres. Solo en la medida en que se mejore la capacidad de respuesta y se implementen las medidas de prevención necesarias, se logrará reducir la violencia en contra de niñas, adolescentes y mujeres de cualquier edad.

Necesitamos construir una sociedad en la que las futuras generaciones no repliquen la violencia sistematizada en contra de las mujeres, y trabajar en conjunto para que la seguridad no dependa de un listado de acciones personales de “precaución”, sino de la responsabilidad de todos y todas de garantizar una vida libre de cualquier forma de violencia.