/ viernes 15 de mayo de 2020

Violencia extrema en México

Por: Alejandro Espinosa Granados

En los últimos años, hemos sido testigos impávidos de la violencia extrema con la cual se cometen los crímenes en el país. La muerte ya no basta para estremecer a la opinión pública; esta tiene que darse de maneras cada vez más crueles y aberrantes para captar la atención. Lamentablemente, las muertes violentas son un hecho tan recurrente, que son parte de la normalidad noticiosa.

El fenómeno de la violencia extrema es invisible en las estadísticas oficiales de inseguridad en México, pues el registro de asesinatos no toma en cuenta para efectos de clasificación, las técnicas empleadas para la ejecución de la muerte. En la “bolsa” de los homicidios dolosos, caben, lo mismo una muerte por arma de fuego, que las muertes por lapidación, desollamiento o decapitación.

Gran parte de estos hechos violentos son cometidos por bandas del crimen organizado, para quienes las técnicas para dar muerte y el manejo de los cuerpos constituyen medios para comunicar mensajes, cobrar venganzas, infundir terror en la población o marcar territorios. Estos crímenes violentos no los cometen, exclusivamente, pandilleros o sicarios. La violencia extrema ha permeado a toda la sociedad mexicana; basta ojear los diarios para encontrar los casos de hombres que matan sádicamente a sus esposas o a niños que juegan al secuestro.

Otro asunto grave es la manipulación y ocultamiento de cadáveres. Con toda impunidad los criminales transportan cadáveres y montan teatros del horror exponiendo cuerpos desmembrados en avenidas, o colgándolos en los puentes peatonales. Cientos de fosas clandestinas han sido halladas en el país, la más reciente con 25 cuerpos en Jalisco.

El tratamiento de esta información es paradójico: la explotan los diarios de nota roja, pero desaparece en los registros oficiales, al no ser éstos lo suficientemente específicos. En vista de ello, Causa en Común ha realizado el proyecto “Eventos de violencia extrema” para contabilizar y clasificarlos.

En el primer trimestre de 2020, los principales hechos de violencia extrema fueron masacres, descuartizamientos y profanación de cadáveres; y los estados con más eventos fueron Michoacán y Guanajuato. Este informe contribuye a visibilizar de forma ética este terrible escenario de violencia y colocar el tema en la palestra.

Consulte el informe completo: https://bit.ly/3by5F97


@causaencomun

Por: Alejandro Espinosa Granados

En los últimos años, hemos sido testigos impávidos de la violencia extrema con la cual se cometen los crímenes en el país. La muerte ya no basta para estremecer a la opinión pública; esta tiene que darse de maneras cada vez más crueles y aberrantes para captar la atención. Lamentablemente, las muertes violentas son un hecho tan recurrente, que son parte de la normalidad noticiosa.

El fenómeno de la violencia extrema es invisible en las estadísticas oficiales de inseguridad en México, pues el registro de asesinatos no toma en cuenta para efectos de clasificación, las técnicas empleadas para la ejecución de la muerte. En la “bolsa” de los homicidios dolosos, caben, lo mismo una muerte por arma de fuego, que las muertes por lapidación, desollamiento o decapitación.

Gran parte de estos hechos violentos son cometidos por bandas del crimen organizado, para quienes las técnicas para dar muerte y el manejo de los cuerpos constituyen medios para comunicar mensajes, cobrar venganzas, infundir terror en la población o marcar territorios. Estos crímenes violentos no los cometen, exclusivamente, pandilleros o sicarios. La violencia extrema ha permeado a toda la sociedad mexicana; basta ojear los diarios para encontrar los casos de hombres que matan sádicamente a sus esposas o a niños que juegan al secuestro.

Otro asunto grave es la manipulación y ocultamiento de cadáveres. Con toda impunidad los criminales transportan cadáveres y montan teatros del horror exponiendo cuerpos desmembrados en avenidas, o colgándolos en los puentes peatonales. Cientos de fosas clandestinas han sido halladas en el país, la más reciente con 25 cuerpos en Jalisco.

El tratamiento de esta información es paradójico: la explotan los diarios de nota roja, pero desaparece en los registros oficiales, al no ser éstos lo suficientemente específicos. En vista de ello, Causa en Común ha realizado el proyecto “Eventos de violencia extrema” para contabilizar y clasificarlos.

En el primer trimestre de 2020, los principales hechos de violencia extrema fueron masacres, descuartizamientos y profanación de cadáveres; y los estados con más eventos fueron Michoacán y Guanajuato. Este informe contribuye a visibilizar de forma ética este terrible escenario de violencia y colocar el tema en la palestra.

Consulte el informe completo: https://bit.ly/3by5F97


@causaencomun