/ viernes 21 de diciembre de 2018

Viviendo hoy la Navidad

Es curioso, pero más allá de política y otros menesteres, en México se respiran aires diferentes, no sé si sea para bien o para mal, pero de una u otra forma, las cosas no son iguales y es algo con lo que tenemos que aprender a vivir, porque finalmente hoy en día la única constante que vivimos es el cambio y sólo podemos hacernos fuertes en la medida en que nos adaptemos a éste o mejor aún, que lo provoquemos.

Ahora vivimos fechas navideñas y más allá de creencias religiosas, se trata de tiempos en los que nos podemos dar márgenes para reflexionar, hacernos algún replanteamiento y entre otras cosas ver de qué forma podemos tomar los cambios a nuestro favor y por supuesto ser partícipes de que éstos ocurran.

Hasta hace no mucho tiempo, considerábamos a las redes sociales todo un símbolo de la transformación de los tiempos actuales, pero como todo en la vida, llega un momento en que se vuelve cotidiano y se convierte en parte de nosotros, como puede serlo un brazo o una pierna y no basta con tenerlo, ahora es necesario ver cuánto podemos hacer con eso y en qué medida beneficia a nuestras labores diarias.

En las redes ganamos oportunidades comerciales, se abren y cierran negocios, se pierde o se gana una campaña política, se colocan o no en el imaginario popular diferentes ideas, a veces ciertas, a veces no, en ocasiones revolucionarias y en otros momentos intrascendentes. Finalmente, las redes sociales por sí solas no son ya el cambio, la transformación viene con el uso que les demos y la forma en que lo dirijamos al público correcto.

Insisto, estamos en fechas navideñas y la ocasión es propicia para que reflexionemos sobre cuánto cambia el mundo, cuánto más lo hace nuestro país y muy especialmente sobre todo aquello que de nosotros mismos se transforma, porque de muy poco sirve que cuanto haya a nuestro alrededor sea diferente, si no le damos un verdadero aprovechamiento a todo ello.

Hoy ya vemos como de un tiempo lejano los días en que esperábamos a ver qué traían los periódicos en las mañanas, pues las noticias no tienen ya los tiempos de los directivos, hoy se viven en tiempo real y difícilmente se nos retiene una información a conveniencia de funcionarios, empresarios o líderes de cualquier naturaleza.

La información ha dejado ya de estar contenida en un noticiero que puede empezar a las 6 de la mañana, la 1 de la tarde o las 10 de la noche; quedaron atrás los tiempos en que las opiniones eran escogidas y exclusivas de encumbrados académicos, literatos o similares, ya que hoy cuenta lo que piensa cada uno de nosotros y hay como difundirlo, algo que se puede notar en las charlas navideñas, de las que podemos hacer llegar cualquier pensamiento o reflexión nuestra a cualquier parte del mundo.

YolandaDeLaTorreV

@Yoladelatorre

Es curioso, pero más allá de política y otros menesteres, en México se respiran aires diferentes, no sé si sea para bien o para mal, pero de una u otra forma, las cosas no son iguales y es algo con lo que tenemos que aprender a vivir, porque finalmente hoy en día la única constante que vivimos es el cambio y sólo podemos hacernos fuertes en la medida en que nos adaptemos a éste o mejor aún, que lo provoquemos.

Ahora vivimos fechas navideñas y más allá de creencias religiosas, se trata de tiempos en los que nos podemos dar márgenes para reflexionar, hacernos algún replanteamiento y entre otras cosas ver de qué forma podemos tomar los cambios a nuestro favor y por supuesto ser partícipes de que éstos ocurran.

Hasta hace no mucho tiempo, considerábamos a las redes sociales todo un símbolo de la transformación de los tiempos actuales, pero como todo en la vida, llega un momento en que se vuelve cotidiano y se convierte en parte de nosotros, como puede serlo un brazo o una pierna y no basta con tenerlo, ahora es necesario ver cuánto podemos hacer con eso y en qué medida beneficia a nuestras labores diarias.

En las redes ganamos oportunidades comerciales, se abren y cierran negocios, se pierde o se gana una campaña política, se colocan o no en el imaginario popular diferentes ideas, a veces ciertas, a veces no, en ocasiones revolucionarias y en otros momentos intrascendentes. Finalmente, las redes sociales por sí solas no son ya el cambio, la transformación viene con el uso que les demos y la forma en que lo dirijamos al público correcto.

Insisto, estamos en fechas navideñas y la ocasión es propicia para que reflexionemos sobre cuánto cambia el mundo, cuánto más lo hace nuestro país y muy especialmente sobre todo aquello que de nosotros mismos se transforma, porque de muy poco sirve que cuanto haya a nuestro alrededor sea diferente, si no le damos un verdadero aprovechamiento a todo ello.

Hoy ya vemos como de un tiempo lejano los días en que esperábamos a ver qué traían los periódicos en las mañanas, pues las noticias no tienen ya los tiempos de los directivos, hoy se viven en tiempo real y difícilmente se nos retiene una información a conveniencia de funcionarios, empresarios o líderes de cualquier naturaleza.

La información ha dejado ya de estar contenida en un noticiero que puede empezar a las 6 de la mañana, la 1 de la tarde o las 10 de la noche; quedaron atrás los tiempos en que las opiniones eran escogidas y exclusivas de encumbrados académicos, literatos o similares, ya que hoy cuenta lo que piensa cada uno de nosotros y hay como difundirlo, algo que se puede notar en las charlas navideñas, de las que podemos hacer llegar cualquier pensamiento o reflexión nuestra a cualquier parte del mundo.

YolandaDeLaTorreV

@Yoladelatorre