/ viernes 1 de diciembre de 2017

Vorágine de pasiones electorales

Cual si fuera un guion de telenovela, han comenzado a desatarse las pasiones entre los actores políticos inmersos en la contienda electoral del próximo año. Al irse perfilando las diferentes candidaturas ha ido subiendo el tono de los intercambios verbales, mediáticos y de redes sociales.

Que por cierto, los niveles de podredumbre que cualquiera observa en redes, la saturación de mensajes de una obviedad rayana en la imbecilidad, terminará por restarles credibilidad y los ciudadanos que buscan información regresaran buscarla en medios digamos tradicionales, aunque estos también están teñidos de partidarismo.

La candidatura de José Antonio Meade por el PRI, generó una serie de ataques virulentos y descalificatorios en los cuales los adjetivos estrangularon a los sustantivos. En nuestra perspectiva AMLO, al descalificarlo y motejarlo de “señoritingo” perdió toda mesura y nos recordó su desafortunada frase de “cállate chachalaca” o la no menos fatídica para él de “al diablo con sus Instituciones”. Estos deslices verbales fueron acompañados de un torrente de ataques en redes, emitidos por sus huestes, que le pasaran factura. Hasta ahora, los priistas, solo han abusado de “vender” la imagen de su candidato, pero pueden llegar a hastiar por predecibles y repetitivos. Les falta imaginación y frescura a su estrategia de comunicación.

En donde la temperatura está a punto de ebullición es en el denominado Frente Ciudadano por México, todo parece indicar, que el cacareado principio de que este se constituía por el bien del País y que la prioridad sería construir un programa de acción para salvar a la República, dejando de lado las ambiciones personales, fue como siempre, retórica y florilegio verbal. Anaya y Barrales, privilegian sus aspiraciones como candidatos a Presidente y Gobernadora de la CdMx, a costa de lo que sea.

Y es en el frente, donde se escucha una trama de traiciones por alcanzar las candidaturas que involucra a los dos mencionados y en el caso del Pan a MorenoValle, después de la expulsión para efectos prácticos de Margarita Zavala. Al interior del PRD, a quien se acusa de traición es a Alejandra Barrales, quien hubiese traicionado a Mancera, de quien se dice fue anteriormente su pareja sentimental y que ha sido acosada por denuncias de haber acaparado una fortuna inexplicable. La que por cierto, por sentencia del Tribunal Federal Electoral, deberá renunciar a la dirigencia del PRD o dejar el Senado.

Así pues, al interior de todos los partidos y hacia dentro de la posible alianza electoral entre PAN, PRD y MC, existen historias, rumores, trascendidos de las emociones encendidas entre quienes buscan contender para los puestos de elección popular en las elecciones del 2018.

Y de esta comedia no se salva, ni Morena, ahí está la historia de la rebelión de Monreal, cuyo episodio final y desenlace aun no conocemos. En fin, hasta los asuntos serios, tienen un lado chusco y en ocasiones debemos voltear la vista hacia esa arista, para perder el acartonamiento de la solemnidad. Opino.

Cual si fuera un guion de telenovela, han comenzado a desatarse las pasiones entre los actores políticos inmersos en la contienda electoral del próximo año. Al irse perfilando las diferentes candidaturas ha ido subiendo el tono de los intercambios verbales, mediáticos y de redes sociales.

Que por cierto, los niveles de podredumbre que cualquiera observa en redes, la saturación de mensajes de una obviedad rayana en la imbecilidad, terminará por restarles credibilidad y los ciudadanos que buscan información regresaran buscarla en medios digamos tradicionales, aunque estos también están teñidos de partidarismo.

La candidatura de José Antonio Meade por el PRI, generó una serie de ataques virulentos y descalificatorios en los cuales los adjetivos estrangularon a los sustantivos. En nuestra perspectiva AMLO, al descalificarlo y motejarlo de “señoritingo” perdió toda mesura y nos recordó su desafortunada frase de “cállate chachalaca” o la no menos fatídica para él de “al diablo con sus Instituciones”. Estos deslices verbales fueron acompañados de un torrente de ataques en redes, emitidos por sus huestes, que le pasaran factura. Hasta ahora, los priistas, solo han abusado de “vender” la imagen de su candidato, pero pueden llegar a hastiar por predecibles y repetitivos. Les falta imaginación y frescura a su estrategia de comunicación.

En donde la temperatura está a punto de ebullición es en el denominado Frente Ciudadano por México, todo parece indicar, que el cacareado principio de que este se constituía por el bien del País y que la prioridad sería construir un programa de acción para salvar a la República, dejando de lado las ambiciones personales, fue como siempre, retórica y florilegio verbal. Anaya y Barrales, privilegian sus aspiraciones como candidatos a Presidente y Gobernadora de la CdMx, a costa de lo que sea.

Y es en el frente, donde se escucha una trama de traiciones por alcanzar las candidaturas que involucra a los dos mencionados y en el caso del Pan a MorenoValle, después de la expulsión para efectos prácticos de Margarita Zavala. Al interior del PRD, a quien se acusa de traición es a Alejandra Barrales, quien hubiese traicionado a Mancera, de quien se dice fue anteriormente su pareja sentimental y que ha sido acosada por denuncias de haber acaparado una fortuna inexplicable. La que por cierto, por sentencia del Tribunal Federal Electoral, deberá renunciar a la dirigencia del PRD o dejar el Senado.

Así pues, al interior de todos los partidos y hacia dentro de la posible alianza electoral entre PAN, PRD y MC, existen historias, rumores, trascendidos de las emociones encendidas entre quienes buscan contender para los puestos de elección popular en las elecciones del 2018.

Y de esta comedia no se salva, ni Morena, ahí está la historia de la rebelión de Monreal, cuyo episodio final y desenlace aun no conocemos. En fin, hasta los asuntos serios, tienen un lado chusco y en ocasiones debemos voltear la vista hacia esa arista, para perder el acartonamiento de la solemnidad. Opino.