/ martes 20 de julio de 2021

Y ahora Cuba

Después de lo vivido durante la pandemia de SARS-COV-2, Latinoamérica ha cimentado un proceso de reconfiguración política importante en donde los ciudadanos y las redes sociales se han convertido en los ejes centrales de los cambios sociales. Como nunca antes, el mundo ha visto las ventajas y desventajas de la hiperconectividad y el hiperintercambio que los seres humanos hemos logrado gracias a la globalización, pero estos efectos han puesto bajo el escrutinio el manejo político de las naciones que conforman a la región.

Los gobiernos de Colombia, Venezuela, Nicaragua y ahora de Cuba se han visto fuerte cuestionados por sus manejo e implementación de políticas públicas y sobre todo las que están relacionadas con el manejo de la pandemia. Entre escasez, hambruna y crisis económicas, la población civil ha demandado que sus gobernantes actúen con sus necesidades en mente y con el fin de traer alivio económico a la burocracia estatal. Sin embargo, la respuesta ha sido la de la represión, la violencia y el silencio. La memoria de lo sucedido en Colombia sigue muy fresca pero, aún no hay una respuesta conciliadora por parte de sus autoridades.

Con el estallido de las protestas ahora en Cuba, las demandas son las mismas: respeto a las libertades, mejoras en las condiciones de la vida de los cubanos y el abastecimiento de bienes fundamentales. Pero, algo que distingue a el caso cubano es el surgimiento de exigencias que piden la renuncia del presidente Miguel Díaz- Canel para poner así fin a los gobiernos que surgieron de la revolución. Frente a esta situación la pregunta que surge es ¿Será este el fin de lo que conocemos con Cuba en la actualidad?

Las opiniones de los agentes internacionales no tardo en emitirse. Tanto las Naciones Unidas como la Organización de los Estados Americanos han establecido que el gobierno cubano debe velar por los derechos de su ciudadanía a manifestarse y poner fin a la represión que los mandos policiacos han ejercido sobre el pueblo. Asimismo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, le pide a su contraparte cubana que le haga caso a su población, siendo que una de las causantes del crecimiento de la crisis económica es gracias a las sanciones que su país impuso durante el gobierno de Donald Trump y que un no se suspenden a pesar de la influencia de la comunidad cubana en Florida, bastión republicano. Por el contario, los aliados cubanos, Rusia y Nicaragua, secundaron las medidas que ha realizado el gobierno y utilizará todos los recursos necesarios para superar la situación.

Poco se puede concluir del desenlace de la situación en Cuba, aún hay muchos cabos sueltos que están por definirse. Entre el silencio impuesto al suspender el internet y las expresiones de solidaridad de la diáspora cubana en el mundo, ahora los ojos están puestos sobre la isla. Sin embargo, lo que es un hecho es que Latinoamérica esta inquieta, frustrada y esperando que sus gobiernos se pongan a la altura de las exigencias que la pandemia y su pueblo demandan.

Asistente académico de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.

Después de lo vivido durante la pandemia de SARS-COV-2, Latinoamérica ha cimentado un proceso de reconfiguración política importante en donde los ciudadanos y las redes sociales se han convertido en los ejes centrales de los cambios sociales. Como nunca antes, el mundo ha visto las ventajas y desventajas de la hiperconectividad y el hiperintercambio que los seres humanos hemos logrado gracias a la globalización, pero estos efectos han puesto bajo el escrutinio el manejo político de las naciones que conforman a la región.

Los gobiernos de Colombia, Venezuela, Nicaragua y ahora de Cuba se han visto fuerte cuestionados por sus manejo e implementación de políticas públicas y sobre todo las que están relacionadas con el manejo de la pandemia. Entre escasez, hambruna y crisis económicas, la población civil ha demandado que sus gobernantes actúen con sus necesidades en mente y con el fin de traer alivio económico a la burocracia estatal. Sin embargo, la respuesta ha sido la de la represión, la violencia y el silencio. La memoria de lo sucedido en Colombia sigue muy fresca pero, aún no hay una respuesta conciliadora por parte de sus autoridades.

Con el estallido de las protestas ahora en Cuba, las demandas son las mismas: respeto a las libertades, mejoras en las condiciones de la vida de los cubanos y el abastecimiento de bienes fundamentales. Pero, algo que distingue a el caso cubano es el surgimiento de exigencias que piden la renuncia del presidente Miguel Díaz- Canel para poner así fin a los gobiernos que surgieron de la revolución. Frente a esta situación la pregunta que surge es ¿Será este el fin de lo que conocemos con Cuba en la actualidad?

Las opiniones de los agentes internacionales no tardo en emitirse. Tanto las Naciones Unidas como la Organización de los Estados Americanos han establecido que el gobierno cubano debe velar por los derechos de su ciudadanía a manifestarse y poner fin a la represión que los mandos policiacos han ejercido sobre el pueblo. Asimismo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, le pide a su contraparte cubana que le haga caso a su población, siendo que una de las causantes del crecimiento de la crisis económica es gracias a las sanciones que su país impuso durante el gobierno de Donald Trump y que un no se suspenden a pesar de la influencia de la comunidad cubana en Florida, bastión republicano. Por el contario, los aliados cubanos, Rusia y Nicaragua, secundaron las medidas que ha realizado el gobierno y utilizará todos los recursos necesarios para superar la situación.

Poco se puede concluir del desenlace de la situación en Cuba, aún hay muchos cabos sueltos que están por definirse. Entre el silencio impuesto al suspender el internet y las expresiones de solidaridad de la diáspora cubana en el mundo, ahora los ojos están puestos sobre la isla. Sin embargo, lo que es un hecho es que Latinoamérica esta inquieta, frustrada y esperando que sus gobiernos se pongan a la altura de las exigencias que la pandemia y su pueblo demandan.

Asistente académico de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.