/ viernes 8 de junio de 2018

¿Y el medio ambiente?

La contienda electoral sigue su curso y los aspirantes han dedicado casi todo su tiempo y propuestas hacia temas que nos afectan de manera cotidiana. Esto es entendible, ya que entre los problemas que más preocupan a los mexicanos están: la inseguridad, la corrupción, la impunidad y la pobreza, en ese orden de prioridades.

Pero hay otro gran desafío: el cambio climático. Hasta ahora no sólo ha sido el gran ausente en los discursos, también fue destinado al último lugar del último de los debates presidenciales. Además, los comunicadores y líderes de opinión están más interesados en cuestionar a los candidatos en asuntos que sean noticia; en esta lógica, el medio ambiente se coloca en un segundo plano, si bien nos va.

Prácticamente, en las últimas semanas nos hemos acostumbrado a que cada mes el país siga registrando los niveles más altos en: homicidios; feminicidios; asesinatos de candidatos y periodistas; robo de combustible y autos; saqueo de trenes, asalto a comercios; y, desde luego, ilícitos en contra de ciudadanos.

Pero en el que toca al medio ambiente tampoco nos quedamos atrás de aquellas tendencias que día con día van en aumento. La semana anterior, el miércoles 30 de mayo, se vivió en todo el país el día más caluroso del que se haya tenido conocimiento desde el año 1919. Tal parece que los efectos del cambio climático también están fuera de control.

De no ser porque esta semana se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, no habríamos escuchado mensajes al respecto. Indudablemente, en las plataformas de los candidatos existen apartados y propuestas, pero da la impresión de que sólo aparecen para cumplir con un mero requisito. Tan sólo por citar un ejemplo, hasta ahora no se ha visto ningún spot sobre este punto en particular.

De igual forma, actualmente tenemos a la mano infinidad de encuestas -mucho más en coyunturas electorales- para medir las percepciones ciudadanas en diversas cuestiones de la agenda nacional, pero son muy pocas las que abordan el caso del Cambio Climático o el Medio Ambiente, a pesar de que la conciencia y la participación de la sociedad representan uno de los principales factores de éxito para mitigar sus consecuencias.

En este contexto, adquiere una especial relevancia el reciente “Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones” (SUSMAI) organizado por la UNAM, cuyo propósito fue convocar a los candidatos presidenciales a dar prioridad a diez puntos considerados como urgentes (política ambiental; agua; biodiversidad; bosques; ciudades; costas y mares: energía; minería; agricultura y suelos; y, derecho al medio ambiente) los cuales desde luego no se encuentran abordados a profundidad en los proyectos políticos en disputa.

Dentro de cada apartado hay propuestas específicas; en lo personal me han llamado la atención las siguientes: rediseñar la Comisión Nacional del Agua; prohibir los grandes desarrollos turísticos en Áreas Naturales Protegidas; cancelar el uso de insecticidas tóxicos en cultivos; crear un sistema nacional de monitoreo de costas y mares; e impulsar planes de adaptación al cambio climático en las principales áreas urbanas del país, entre muchas otras más que sugieren los especialistas.

Ciertamente, los mexicanos demandamos más seguridad y menos violencia, así como acabar con el lastre de la corrupción, la impunidad y la pobreza. También aspiramos a una democracia eficaz y de calidad, pero no podemos pasar por alto que de la misma manera tenemos el derecho a vivir en un ambiente sano.

A todos nos preocupa el país que le vamos a transmitir a las futuras generaciones, pero este anhelo también conlleva la responsabilidad de hacer todo lo que esté a nuestro alcance por el Medio Ambiente que les vamos a heredar a nuestros niños y jóvenes.

No podemos dejarles un entorno de más degradación de ríos, lagos y mares, de más deforestación, de una creciente escasez de agua, de más contaminación de suelos y aire; de recursos naturales destrozados; de una fauna en extinción; en fin, no podemos destinarlos a vivir en un ambiente con daños irreversibles, solamente porque no fuimos capaces de cuidar lo que hoy nos queda.

Pero como decía líneas arriba, este es un reto que, para hacerle frente, se requiere de una extraordinaria combinación de conciencia y participación social, pero con el compromiso y voluntad del gobierno.

En el último debate presidencial, veremos hacia dónde vamos en la cuestión ambiental; mientras tanto, cada uno de nosotros no puede esperar más, debemos comenzar a actuar ya.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación.

La contienda electoral sigue su curso y los aspirantes han dedicado casi todo su tiempo y propuestas hacia temas que nos afectan de manera cotidiana. Esto es entendible, ya que entre los problemas que más preocupan a los mexicanos están: la inseguridad, la corrupción, la impunidad y la pobreza, en ese orden de prioridades.

Pero hay otro gran desafío: el cambio climático. Hasta ahora no sólo ha sido el gran ausente en los discursos, también fue destinado al último lugar del último de los debates presidenciales. Además, los comunicadores y líderes de opinión están más interesados en cuestionar a los candidatos en asuntos que sean noticia; en esta lógica, el medio ambiente se coloca en un segundo plano, si bien nos va.

Prácticamente, en las últimas semanas nos hemos acostumbrado a que cada mes el país siga registrando los niveles más altos en: homicidios; feminicidios; asesinatos de candidatos y periodistas; robo de combustible y autos; saqueo de trenes, asalto a comercios; y, desde luego, ilícitos en contra de ciudadanos.

Pero en el que toca al medio ambiente tampoco nos quedamos atrás de aquellas tendencias que día con día van en aumento. La semana anterior, el miércoles 30 de mayo, se vivió en todo el país el día más caluroso del que se haya tenido conocimiento desde el año 1919. Tal parece que los efectos del cambio climático también están fuera de control.

De no ser porque esta semana se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, no habríamos escuchado mensajes al respecto. Indudablemente, en las plataformas de los candidatos existen apartados y propuestas, pero da la impresión de que sólo aparecen para cumplir con un mero requisito. Tan sólo por citar un ejemplo, hasta ahora no se ha visto ningún spot sobre este punto en particular.

De igual forma, actualmente tenemos a la mano infinidad de encuestas -mucho más en coyunturas electorales- para medir las percepciones ciudadanas en diversas cuestiones de la agenda nacional, pero son muy pocas las que abordan el caso del Cambio Climático o el Medio Ambiente, a pesar de que la conciencia y la participación de la sociedad representan uno de los principales factores de éxito para mitigar sus consecuencias.

En este contexto, adquiere una especial relevancia el reciente “Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones” (SUSMAI) organizado por la UNAM, cuyo propósito fue convocar a los candidatos presidenciales a dar prioridad a diez puntos considerados como urgentes (política ambiental; agua; biodiversidad; bosques; ciudades; costas y mares: energía; minería; agricultura y suelos; y, derecho al medio ambiente) los cuales desde luego no se encuentran abordados a profundidad en los proyectos políticos en disputa.

Dentro de cada apartado hay propuestas específicas; en lo personal me han llamado la atención las siguientes: rediseñar la Comisión Nacional del Agua; prohibir los grandes desarrollos turísticos en Áreas Naturales Protegidas; cancelar el uso de insecticidas tóxicos en cultivos; crear un sistema nacional de monitoreo de costas y mares; e impulsar planes de adaptación al cambio climático en las principales áreas urbanas del país, entre muchas otras más que sugieren los especialistas.

Ciertamente, los mexicanos demandamos más seguridad y menos violencia, así como acabar con el lastre de la corrupción, la impunidad y la pobreza. También aspiramos a una democracia eficaz y de calidad, pero no podemos pasar por alto que de la misma manera tenemos el derecho a vivir en un ambiente sano.

A todos nos preocupa el país que le vamos a transmitir a las futuras generaciones, pero este anhelo también conlleva la responsabilidad de hacer todo lo que esté a nuestro alcance por el Medio Ambiente que les vamos a heredar a nuestros niños y jóvenes.

No podemos dejarles un entorno de más degradación de ríos, lagos y mares, de más deforestación, de una creciente escasez de agua, de más contaminación de suelos y aire; de recursos naturales destrozados; de una fauna en extinción; en fin, no podemos destinarlos a vivir en un ambiente con daños irreversibles, solamente porque no fuimos capaces de cuidar lo que hoy nos queda.

Pero como decía líneas arriba, este es un reto que, para hacerle frente, se requiere de una extraordinaria combinación de conciencia y participación social, pero con el compromiso y voluntad del gobierno.

En el último debate presidencial, veremos hacia dónde vamos en la cuestión ambiental; mientras tanto, cada uno de nosotros no puede esperar más, debemos comenzar a actuar ya.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación.