El creciente intercambio económico que México experimenta se ha traducido en la oferta de mayores servicios y productos al consumidor mexicano. Ello ha permitido que la misma mercancía que se oferta en China o España, también llegue a los lares mexicanos. Pero, ¿qué sucede cuando la calidad no es la misma o la que se esperaba?
De manera visionaria, hace 43 años se creó en nuestro país una institución que a lo largo de cuatro décadas se ha consolidado como la defensora de los derechos del consumidor, los cuales gracias a recientes reformas ya son considerados derechos humanos y gozan de la mayor protección para su observancia, promoción y defensa.
Se trata de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), cuyo titular es el guanajuatense Ricardo Sheffield Padilla, un político joven pero con amplia experiencia administrativa y académica.
El reto que enfrenta esta institución no es menor, pues a pesar de tener a su cargo la vigilancia y conciliación entre proveedores y consumidores, los recursos económicos y materiales con los que cuenta no son numerosos, sino en algunos casos insuficientes.
Ello ha obligado que su titular, quien ha sido diputado federal y local, presidente municipal de León y subsecretario de la Reforma Agraria, encabece un grupo de mujeres y hombres comprometidos con la protección y defensa del consumidor y que trabajan incansablemente.
Y ello quedó demostrado desde un inicio de la actual administración pública federal, cuando en doce entidades federativas (incluida la capital) se presentó el desabasto de gasolina y el personal de la PROFECO se trasladó directamente a las gasolineras, permitiendo con ello resolver directa y sin papeleo de por medio más de seis mil quejas en beneficio del consumidor.
En otra medida inteligente, sensible y bien recibida por la población, la PROFECO decidió suspender temporalmente la supervisión física de bombas de gasolina, ya que por protocolo cada revisión puede llevar hasta cuatro horas, lo cual hubiera obligado a demorar el despacho a los automovilistas, contribuyendo así al caos o al desorden.
Se dice fácil, pero tomar una decisión oportuna como esa no es fácil para una institución pública. Sin embargo, el estrecho contacto que la PROFECO tiene con los consumidores le permite prever comportamientos y deficiencias, lo cual se traduce en acciones preventivas en favor de los compradores.
La apertura que Ricardo Sheffield ha demostrado con el Congreso de la Unión le ha generado reconocimiento por parte de todos los grupos parlamentarios, pues se trata de un servidor público que ha asistido puntual y oportunamente a cada encuentro con el Poder Legislativo Federal, ofreciendo respuestas claras y suficientes ante cada interrogante.
Como pocas instituciones públicas en las que no es sencillo cuantificar directamente su labor en beneficio de la población, tan sólo en la Ciudad de México el trabajo de la PROFECO en lo que va del año se ha traducido en la recuperación de 23 millones 400 mil pesos en favor de los consumidores, cifra que se potencializa contando todo el país.
A 43 años de existencia, la PROFECO se fortalece.
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