/ viernes 24 de enero de 2020

¿Y la Tercera Guerra Mundial?

Hace unos días se vivió una paranoia colectiva global sobre la tensión entre Irán y Estados Unidos, el asesinato del comandante Iraní, Qasem Soleimani, y las manifestaciones de venganza acabaron en ruido. Al final, no hubo acuerdo de paz ni cumbre diplomática, solo un cese gradual de hostilidades. Mientras, en muchas mesas y algunos analistas auguraban un conflicto global y de gran escala el cual obviamente no se dio, la realidad es que era evidente que se tratara una acción de propaganda del gobierno de Donald Trump.

El uso de guerras como distractor ha sido una constante en tiempo de elecciones en el país norteamericano, han sido usadas indistintamente por Demócratas o Republicanos, ¿Quién recuerda hoy la invasión a Granada por parte del presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan? Incluso, Bill Clinton ha sido llevado al cine con la película “Wag the Dog”, que describe cómo se inventa un héroe de guerra para quitarle la presión al presidente de Estados Unidos.

¿Realmente podemos suponer que el conflicto Irán-Estados Unidos es el eje de la agenda internacional en este momento? La realidad es que no, otros hechos sin estridencia como es el desarrollo de la red 5G, la competencia por el litio, la agenda comercial con China y la elección misma en los Estados Unidos, serán trascendentales.

Lo aterrador del hecho no es la idea de una guerra, es la muerte como instrumento de propaganda, ¿Cuántos conflictos se tendrán que inventar para que Trump distraiga al electorado conservador norteamericano de su juicio político conforme se acerca la elección? Trump necesitará distractores más fuertes, ya pasó del muro a la compra de Groelandia y después al conflicto con Irán, ojalá la sangre no sea una constante de pirotecnia en la elección norteamericana.

Twitter: @LuisH_Fernandez

Hace unos días se vivió una paranoia colectiva global sobre la tensión entre Irán y Estados Unidos, el asesinato del comandante Iraní, Qasem Soleimani, y las manifestaciones de venganza acabaron en ruido. Al final, no hubo acuerdo de paz ni cumbre diplomática, solo un cese gradual de hostilidades. Mientras, en muchas mesas y algunos analistas auguraban un conflicto global y de gran escala el cual obviamente no se dio, la realidad es que era evidente que se tratara una acción de propaganda del gobierno de Donald Trump.

El uso de guerras como distractor ha sido una constante en tiempo de elecciones en el país norteamericano, han sido usadas indistintamente por Demócratas o Republicanos, ¿Quién recuerda hoy la invasión a Granada por parte del presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan? Incluso, Bill Clinton ha sido llevado al cine con la película “Wag the Dog”, que describe cómo se inventa un héroe de guerra para quitarle la presión al presidente de Estados Unidos.

¿Realmente podemos suponer que el conflicto Irán-Estados Unidos es el eje de la agenda internacional en este momento? La realidad es que no, otros hechos sin estridencia como es el desarrollo de la red 5G, la competencia por el litio, la agenda comercial con China y la elección misma en los Estados Unidos, serán trascendentales.

Lo aterrador del hecho no es la idea de una guerra, es la muerte como instrumento de propaganda, ¿Cuántos conflictos se tendrán que inventar para que Trump distraiga al electorado conservador norteamericano de su juicio político conforme se acerca la elección? Trump necesitará distractores más fuertes, ya pasó del muro a la compra de Groelandia y después al conflicto con Irán, ojalá la sangre no sea una constante de pirotecnia en la elección norteamericana.

Twitter: @LuisH_Fernandez