/ miércoles 4 de octubre de 2017

ZEE: la gran oportunidad de desarrollo

El pasado 28 de septiembre, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, firmó la Primera Declaratoria Presidencial de Zonas Económicas Especiales (ZEE). Se trata de impulsar el desarrollo del Sur-Sureste del país, por lo que el acto cobra una relevancia muy importante, ya que se lleva a cabo en un contexto de emergencia social y económica que afecta a la población de varias entidades federativas a consecuencia de los fenómenos naturales, de manera particular, a la de los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero, estadosque, además, presentan características de dispersión poblacional y rezago social.

El objetivo de las Zonas Económicas Especiales es cerrar brechas regionales mediante la creación de nuevos polos de desarrollo industrial que atraigan inversiones, generen empleos, desarrollen cadenas de valor, detonen una demanda de servicios locales y traigan beneficios a la población de las regiones que integran las mismas.

Es importante señalar que en Puerto Chiapas, en septiembre de 2015, el Presidente Peña Nieto, presentó la iniciativa de Ley Federal de Zonas Económicas Especiales, dividiéndolas en tres zonas: 1) Puerto Chiapas; 2) Puerto Lázaro Cárdenas (Municipios colindantes de Guerrero y Michoacán); y 3) Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (Salina Cruz, Oaxaca a Coatzacoalcos, Veracruz), que conlleva a la gran oportunidad para impulsar el desarrollo.

Desde ese momento se hizo explícito el objetivo de beneficiar a Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Veracruz, mediante obras con una inversión en infraestructura cercana a los 115 mil millones de pesos, que incluye gasoductos, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos, puertos y de logística.

La creación de las ZEE ubicadas en Puerto Chiapas, Coatzacoalcos y Lázaro Cárdenas- La Unión, implica definir espacios territoriales que quedan bajo un régimen excepcional para las inversiones y los negocios, a fin de detonar el potencial productivo de las regiones, en este caso para promover el desarrollo de las más rezagadas del país. En ellas se ofrece un entorno para atraer inversiones y generar empleos de calidad, considerando beneficios fiscales y laborales, un régimen aduanero especial, un marco regulatorio ágil, desarrollo de infraestructura de primer nivel, la actuación de diversos programas de apoyo para la formación de capital humano, financiamiento e innovación, así como otros estímulos y condiciones preferenciales.

Las ZEE contemplan la definición de un programa de desarrollo y un plan maestro, así como la firma de Convenios de Coordinación entre los tres órdenes de gobierno y la creación de un Sistema de Ventanilla Única con el fin de agilizar trámites y requisitos necesarios.

El Presidente Peña Nieto señaló que “la inversión productiva, la formación de capital humano, la buena educación que reciban la niñez y la juventud de esta región” transformará la realidad que hoy se vive en el Sur-Sureste del país. Sin políticas asistencialistas, sino con un enfoque productivo que marcará un antes y un después en las oportunidades de superación de los habitantes de la región.

Es de destacar que, así como en el marco de esta iniciativa se logró la coordinación y colaboración entre distintos órdenes de gobierno, la capacidad de concertación gubernamental permitió establecer acuerdos de inversión con el sector privado nacional y extranjero.

De este modo se abre un espacio de gran oportunidad para que el Sur-Sureste cuente con las condiciones necesarias para convertirse en un polo de desarrollo y en una alternativa efectiva en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en la región.En la medida en que este ámbito de conjunción de esfuerzos permita combinar capacidades del sector público y del sector privado habrá nuevas y mejores alternativas para las familias y las comunidades de los estados beneficiados.

Es importante destacar que uno de los actores centrales y beneficiarios de esta iniciativa gubernamental de creación de las ZEE, vienen a ser las familias y comunidades que conforman los pueblos originarios de las regiones donde se encuentran. Por eso el impacto económico y social debe ser tal, que favorezca la inclusión de la población indígena en este proyecto de alcance regional. A través de la educación, la salud y la incorporación productiva, se podrá mejorar la realidad que hoy vive este grupo importante de mexicanos. La apuesta es la de detonar un desarrollo con inclusión social, el objetivo es abatir la brecha que se vive hoy entre el centro-norte del país y un sur-sureste con gran potencial. La Declaratoria de la Zona Económica Especial para el Sur-Sureste es la gran oportunidad de desarrollo para esa región del país.

El pasado 28 de septiembre, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, firmó la Primera Declaratoria Presidencial de Zonas Económicas Especiales (ZEE). Se trata de impulsar el desarrollo del Sur-Sureste del país, por lo que el acto cobra una relevancia muy importante, ya que se lleva a cabo en un contexto de emergencia social y económica que afecta a la población de varias entidades federativas a consecuencia de los fenómenos naturales, de manera particular, a la de los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero, estadosque, además, presentan características de dispersión poblacional y rezago social.

El objetivo de las Zonas Económicas Especiales es cerrar brechas regionales mediante la creación de nuevos polos de desarrollo industrial que atraigan inversiones, generen empleos, desarrollen cadenas de valor, detonen una demanda de servicios locales y traigan beneficios a la población de las regiones que integran las mismas.

Es importante señalar que en Puerto Chiapas, en septiembre de 2015, el Presidente Peña Nieto, presentó la iniciativa de Ley Federal de Zonas Económicas Especiales, dividiéndolas en tres zonas: 1) Puerto Chiapas; 2) Puerto Lázaro Cárdenas (Municipios colindantes de Guerrero y Michoacán); y 3) Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (Salina Cruz, Oaxaca a Coatzacoalcos, Veracruz), que conlleva a la gran oportunidad para impulsar el desarrollo.

Desde ese momento se hizo explícito el objetivo de beneficiar a Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Veracruz, mediante obras con una inversión en infraestructura cercana a los 115 mil millones de pesos, que incluye gasoductos, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos, puertos y de logística.

La creación de las ZEE ubicadas en Puerto Chiapas, Coatzacoalcos y Lázaro Cárdenas- La Unión, implica definir espacios territoriales que quedan bajo un régimen excepcional para las inversiones y los negocios, a fin de detonar el potencial productivo de las regiones, en este caso para promover el desarrollo de las más rezagadas del país. En ellas se ofrece un entorno para atraer inversiones y generar empleos de calidad, considerando beneficios fiscales y laborales, un régimen aduanero especial, un marco regulatorio ágil, desarrollo de infraestructura de primer nivel, la actuación de diversos programas de apoyo para la formación de capital humano, financiamiento e innovación, así como otros estímulos y condiciones preferenciales.

Las ZEE contemplan la definición de un programa de desarrollo y un plan maestro, así como la firma de Convenios de Coordinación entre los tres órdenes de gobierno y la creación de un Sistema de Ventanilla Única con el fin de agilizar trámites y requisitos necesarios.

El Presidente Peña Nieto señaló que “la inversión productiva, la formación de capital humano, la buena educación que reciban la niñez y la juventud de esta región” transformará la realidad que hoy se vive en el Sur-Sureste del país. Sin políticas asistencialistas, sino con un enfoque productivo que marcará un antes y un después en las oportunidades de superación de los habitantes de la región.

Es de destacar que, así como en el marco de esta iniciativa se logró la coordinación y colaboración entre distintos órdenes de gobierno, la capacidad de concertación gubernamental permitió establecer acuerdos de inversión con el sector privado nacional y extranjero.

De este modo se abre un espacio de gran oportunidad para que el Sur-Sureste cuente con las condiciones necesarias para convertirse en un polo de desarrollo y en una alternativa efectiva en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en la región.En la medida en que este ámbito de conjunción de esfuerzos permita combinar capacidades del sector público y del sector privado habrá nuevas y mejores alternativas para las familias y las comunidades de los estados beneficiados.

Es importante destacar que uno de los actores centrales y beneficiarios de esta iniciativa gubernamental de creación de las ZEE, vienen a ser las familias y comunidades que conforman los pueblos originarios de las regiones donde se encuentran. Por eso el impacto económico y social debe ser tal, que favorezca la inclusión de la población indígena en este proyecto de alcance regional. A través de la educación, la salud y la incorporación productiva, se podrá mejorar la realidad que hoy vive este grupo importante de mexicanos. La apuesta es la de detonar un desarrollo con inclusión social, el objetivo es abatir la brecha que se vive hoy entre el centro-norte del país y un sur-sureste con gran potencial. La Declaratoria de la Zona Económica Especial para el Sur-Sureste es la gran oportunidad de desarrollo para esa región del país.