En primavera podemos apreciar el nacimiento de una amplia diversidad de flores que inundan los árboles de color y belleza; en la herbolaria mexicana, existen un sinfín de flores cuyos beneficios son incontables.
Uno de los árboles favoritos del sureste, es el cacahuananche (gliricidia sepium), el cual puede tener una altura de hasta 20 m y de él, crece una flor que se ha convertido en una de las revelaciones principales para la cosmética, la salud y la gastronomía.
La flor de cacahuananche se caracteriza por su belleza y crece entre febrero y abril; sus colores fusionan los tonos rosa pálido, el blanco y el lila que decoran al árbol con sutileza y encanto. Esta pequeña flor tiene poderosas propiedades antioxidantes que proporcionan a nuestro organismo vitaminas E y D, calcio, selenio, magnesio, fibra, entre otras. Además, se le conoce por contrarrestar la caída del cabello al utilizar productos que la contengan como activo natural.
Perder alrededor de 120 cabellos al día es algo normal; sin embargo, el exceso de tensión provoca que la raíz se debilite y podamos desarrollar incluso alopecia. La flor de cacahuananche previene la caspa, la seborrea y la alopecia; y se utiliza como extracto esencial para productos capilares como Chili&Chili, ya que el uso continuo de este extracto ayuda a regular el exceso de sebo en el cuero cabelludo, uno de los problemas más frecuentes en el pelo del mexicano, haciendo que nuestra melena se vea apelmazada, opaca y difícil de peinar.
Además, estimula la producción de keratina en los folículos pilosos, dando como resultado un pelo fuerte y sedoso.
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La flor de cacahuananche es conocida como cocomuite, cocuitle y muitesmuiti en la zona de Tajín y Veracruz, cacahuano y cocuite en Oaxaca, palo de corral en San Luis Potosí y cuchunuc en Chiapas, este último estado reconocido por utilizarla como uno de los ingredientes más preciados en la gastronomía zoque, incluso existe una feria anual en Tuxtla que celebra su existencia con platillos como tamales, mermeladas, atole y mucho más.
