La artista plástica Karla de Lara, es una joven promesa tapatía que, gracias a su pasión por la pintura, ha ganado reconocimiento internacional, tanto, que se convirtió en la primera mexicana en la historia en ganar el premio Leonardo Da’Vinci en la Bienal de las Naciones de Venecia.
Ella se define como “soñadora, de alma inquieta y artífice de historias que terminan siempre plasmadas en un lienzo”, por eso, decidió unir el significado de sus obras, con una noble causa, que “dará esperanzas a los niños y jóvenes para que hagan sus sueños realidad”, dijo a El Sol de México.
En el restaurante Pubbelly Sushi de Polanco, se organizó una venta privada de arte, donde se exhibieron 20 de sus obras y de las cuales una parte proporcional de las ganancias fueron donadas a la Fundación Renacimiento, que contribuye al desarrollo integral e interdisciplinario de niños, adolescentes y jóvenes en abandono social.
Al evento asistieron amigos y familia de la artista, así como coleccionistas de arte e invitados especiales, quienes, además de deleitar la pupila con el arte pop hiperrealista, degustaron de deliciosos rollos de sushi y cocteles de temporada.