El Jubileo de Platino de la reina Isabel II, es un evento de gran expectación, no sólo de los británicos, sino del mundo entero debido a los acontecimientos que están girando en torno a esta histórica e icónica celebración, que apenas lleva dos de cuatro días de fiesta.
Primero el resultado positivo de Covid-19 del príncipe Andrés, la salud delicada de la monarca británica, los disturbios durante el desfile militar Trooping the colour y ahora, la primera reaparición pública del príncipe Harry y Meghan Markle tras dos años de ausencia en el Reino Unido, durante la misa de Acción de Gracias celebrada esta mañana en la Catedral de San Pablo.
La noticia de que habían sido invitados a los festejos de los 70 años de servicio de la reina, no fue del agrado de muchos, debido a los desaires que le ha hecho el príncipe Harry a su abuela desde que contrajo matrimonio con la actriz estadounidense, Meghan Markle, comenzando por la renuncia a los privilegios de la corona.
Sin embargo, las opiniones estaban dividas, lo cual se comprobó a su llegada al acto religioso. La pareja fue recibida entre abucheos y aplausos de parte de la multitud que se congregó a las afueras del templo más antiguo de Inglaterra.
Aunque ayer pasaron desapercibidos en el desfile militar que enmarcó el comienzo del Jubileo de Platino y no se dejaron ver por completo, hoy parece que fueron los protagonistas del acto religioso, al atraer la atención de los reflectores internacionales.
Arribaron minutos antes de que comenzara la ceremonia, completamente solos, sin compañía de algún otro miembro de la familia real ni de sus dos hijos, Archie y Lilibet, quien cumplirá su primer año de vida este sábado 4 de junio.
Aunque uno de los protocolos reales dicta que no está permitido que las parejas caminen juntas de la mano, ni demostrar su afecto en público, esta, no es válida para la polémica pareja y desde su llegada, el príncipe Harry caminó orgulloso junto a su pareja sin soltarle la mano.
Dentro del templo, los duques de Sussex se sentaron en la segunda fila junto a las princesas Beatriz y Eugenia y otros miembros “de segunda categoría” de la familia real.
Al estar separados de los príncipes Carlos y William, que ocuparon su lugar en la primera fila del otro lado del pasillo central del templo, no fue posible que interactuaran con ellos. A la salida, se les vio junto a sus primos Zara Tindall y Peter Phillips.
Su regreso a tierras londinenses, puede traducirse en una muestra de que las tensiones con su familia real han bajado de nivel, aunque los duques de Cambridge, el príncipe William y Kate Middleton no lo demuestren, pues en ningún momento se les ha visto la intención de acercarse a la pareja que ahora radica en Santa Bárbara, California.
El look de Meghan Markle
En todo momento, ambos lucieron sonrientes y aparentemente tranquilos. Meghan, para la ocasión, eligió un look ‘total white’, compuesto por un vestido blanco de manga francesa, con un cinturón y cuello, que complementó guantes, zapatos Dior y un sombrero de ala ancha.
A diferencia de su atuendo de ayer, Meghan eligió un peinado recogido para dejar descubierto las orejas y lucir en su totalidad los aretes de brillantes, que fueron su único accesorio, mismos que usó durante su primer acto oficial como parte de la monarquía británica en 2018 y en el último servicio que hizo para la Commonwealth en 2020, antes de su salida del país europeo.