Uno de los momentos más importantes en la familia real británica fue la boda de la entonces princesa Isabel y el recién nombrado duque de Edimburgo, Felipe Mountbatten, el 20 de noviembre de 1947.
La pareja real se conoció por primera vez en 1934, en la boda de la princesa Marina de Grecia y Dinamarca con el príncipe Jorge, duque de Kent y su compromiso se dio a conocer oficialmente el 9 de julio de 1947, tan solo 4 meses antes de la boda.
La ceremonia real se efectuó 2 años después de la Segunda Guerra Mundial, donde participó el duque de Edimburgo.
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Cabe señalar que Isabel II es la única mujer de la familia real en haber participado en las fuerzas armadas y actualmente es la única jefa de estado que participó en la Segunda Guerra Mundial y aún vive.
La Boda Real, un evento que significa esperanza
El conflicto mundial afectó bastante a Reino Unido, el cual se estaba levantando poco a poco, y tener una boda real, para Winston Churchill, entonces líder del Partido Conservador en la oposición fue "un destello de colores en el camino difícil".
Sin embargo, para los ingleses el compromiso significó una esperanza en un futuro mejor con los recién casados. Y el 20 de noviembre de 1947 en la abadía de Westminster, Isabel contrajo matrimonio con Felipe, duque de Edimburgo.
La ceremonia que contó con 2 mil invitados fue grabada y transmitida por BBC Radio a 200 millones de personas en todo el mundo, donde pudieron ver a la entonces Princesa Isabel con un hermoso vestido el cual cuenta con una historia relacionada a la situación que atravesaba el reino.
Un vestido comprado con cupones de guerra
El famoso vestido de novia de la princesa Isabel fue diseñado por Norman Hartnell , quien durante esos años era reconocido a nivel mundial por vestir a famosos del cine y de la realeza.
Hartnell presentó varios diseños para el vestido, y el que resultó ganador fue aprobado a mediados de agosto, menos de tres meses antes de la boda. De acuerdo con Hartnell, para el vestido tomó inspiración de la pintura Primavera de Botticelli, que simboliza la llegada de la primavera.
Lo curioso de este vestido es que debido a la crisis postguerra que enfrentaba el Reino Unido, la princesa Isabel tuvo que utilizar cupones de racionamiento de ropa para pagar su vestido.
Cientos de personas de todo el Reino Unido, tras conocer la situación de la princesa para conseguir su vestido, enviaron sus cupones para ayudar, sin embargo, la familia real tuvo que devolverlos porque sería ilegal usarlos.
El vestido tenía una cola de 4.5 metros y estaba adornado con más de 10 mil perlas y cristales que se habían ordenado de Estados Unidos; además estaba hecho de satín escocés, el mismo que se utilizó para hacer las zapatillas.
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Hoy en día es considerado uno de los vestidos de bodas reales más hermosos de la historia.
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