El príncipe Harry se presentó en un juzgado para declarar contra los medios británicos, un hecho inédito, pues desde que lo hizo Eduardo VII en 1891, ningún royal había hecho acusaciones de forma pública frente a un juez.
La mañana de este martes, el hijo de Carlos III llegó formalmente y abandonó las costumbres de la realeza sobre no hablar de política y lanzó una serie de acusaciones contra varias personas también.
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Intervención de líneas telefónicas
Una de las primeras críticas fue contra la editora de Mirror, a quien acusa de interferir sus líneas telefónicas, mientras que el medio insiste en negarlo.
Además, acusó que el grupo Mirror Group Newspapers (MGN) incurrió en prácticas ilegales como la contratación de detectives privados para lograr exclusivas y vender más periódicos.
Posteriormente se refirió a todos los medios en general:
Harry acusó que durante su infancia, adolescencia y adultez los periódicos no han dejado de meterse en su vida, lo cual le ha causado problemas con Megan Markle e incluso con Chelsy Davy, una ex pareja.
Markle ha sido víctima de constantes insultos en los tabloides y de acoso en las calles, mientras que con Davy no fue específico, pero aseguró que los medios causaron su separación.
Además, sostiene que durante años se han intervenido los teléfonos no solamente de él, sino que también de su madre, la princesa Diana, al igual que los de amigos y del personal a su servicio.
Con esta actividad se han alimentado de las conversaciones que, acusa, son privadas y llevadas a la vista del público con la intención de perjudicar.
Toda esta situación lo ha llevado a sentirse constantemente perseguido y ha dejado de sentirse libre de hablar francamente con personas allegadas.
"Diría que afectaron todas las áreas de mi vida, generando muchísima paranoia en mis relaciones, pues desconfiaba de todo el mundo”, declaró.
Paul Burrell contra Lady Di
Era de esperarse que el nombre de Diana saliera a la luz, ya que también era constantemente perseguida por los medios cuando vivía, desde que se conoció que era la prometida de Carlos III y hasta el día de su muerte.
Paul Burrell, quien fuera mayordomo de Lady Di, fue acusado de aprovechar la cercanía de la princesa para tomar información personal que incluso eran considerados secretos y venderla a los medios.
Uno de los ejemplos fue que en un mensaje de voz enviado a su hermano mayor, el príncipe William, en 2003, el Harry llamó "hipócrita de mierda" a Paul Barrell, posteriormente, esta expresión apareció en la prensa.
También reconoció haber averiguado que se efectuaron más de ocho pagos a investigadores privados para vigilar a su madre, expresando que esto lo hace sentir "físicamente enfermo".
El minucioso interrogatorio dejó a la luz información privada como la reacción de su padre a su consumo de drogas, la vigilancia secreta ordenada por su abuela Isabel II durante su año sabático en Australia o las relaciones con su ex novia zimbabuense Chelsy Davy a partir de 2004.
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