POR ARLENE ORTEGA Superando todas la barreras de discriminación de género, Patricia Campos Domenech es la única mujer entrenadora profesional de futbol en Estados Unidos, la primera piloto militar de reactor y voluntaria en África para entrenar a un equipo de futbol de niños, niñas y otro de mujeres con Sida.
Sin embargo todos estos logros no han sido fáciles, pues como ya ha declarado en otros medios, tuvo que ser fuerte y superar los prejuicios y sobre todo luchar contra el machismo
Ahora es conocida por ser la primera piloto militar de reactor en España, pero para llegar hasta ahí tuvo que aguantar comentarios machistas y discriminación por ser homosexual, así lo mencionó a una entrevista con Cadena SER.
Tras poder lograr ser piloto, su segunda pasión es el futbol, por eso en cuanto tuvo la oportunidad de entrenar un equipo en Estados Unidos ni siquiera lo dudó
“Aquí conocen que en Europa, y especialmente en España, se juega muy bien al futbol. Los americanos son muy inteligentes y siempre dan oportunidades a todo el mundo. Eso sí, tienes que demostrar que vales”, comentó Campos al Diario de México Edición USA.
Pero no solo ha logrado demostrar que las mujeres pueden ocupar puestos que regularmente son ocupados por hombres, Campos decidió poner su granito de arena humanitario y es por eso que viajó a África para entrenar equipos de futbol de niños, pero no solo esa es la razón, también trata de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los infantes, quienes carecen de educación, alimento, agua potable, etc.
Ahora Patricia es muy reconocida y ha sido ganadora de varios premios como el “Women in Aviation 2008”, “Mujer del Año 2010”, “Premio Isabel Ferrer 2012”, “Mención Especial al Mérito Deportivo 2014”, y “Premio Al Altruismo 2015”.
Sin embargo, su infancia no fue fácil, pues ella misma cuenta en su libro Tierra, Mar y Aire que su padre fue borracho y maltratador quien no aceptaba el camino quería tomar, pero afortunadamente fue su madre quien la apoyó y la impulsó a ser quien es hoy.
El camino fue difícil, empezando por su padre y después en el Ejército en el que pese a que denunció el trato machista y homófobo no consiguió nada, pero hoy puede decir que no es imposible y se coloca como la primera y única mujer en romper “las costumbres” en las que una mujer no puede hacer un trabajo de hombres.
Campos es una ferviente activista a favor de la equidad que trata de dejar su marca e inspirar a jóvenes y mujeres que con perseverancia pueden lograr sus metas y sobre todo a las mujeres a que no se dejen intimidar por el machismo o las críticas solo por su género.