por Alejandra de Ávila
Zacatecas.- Fragmentos de huesos humanos, entre ellos algunos pedazos de cráneos, que parecieran ya no tener uso, se convierten en toda una bella obra de arte en las manos del artista plástico Martín Jiménez, quien destaca por manejar este material en su trabajo; “mi arte es conceptual”, así describe su creatividad y propuesta que ahora comparte para El Sol de Zacatecas.
Oriundo de Sombrerete, con dos décadas como artista, Jiménez descubrió un lenguaje inusual, que comenzó como un experimento para después convertirse en una técnica artística, elaborar piezas a base del esqueleto de sus seres queridos que ya habían fallecido.
“Me pregunté, qué hago con mi hermano y sus huesos, pedí permiso a mi madre que era muy tradicionalista, pero que cuando vio mi profesionalismo, logré el permiso de exhumar y obtener los restos para trabajarlos”, declaró en entrevista.
Tras estudiar artes plásticas en Durango, varios diplomados en Suiza y España, también aprendió un curso de preservación de materiales orgánicos en Perú, fue ahí donde ejecutó el tratamiento de desbacterización de los huesos; siendo la herramienta principal para la creación de nacimientos, lámparas, entre otras figuras que fabrica con pedazos de huesos, a veces en polvo, incinerados o como tiza en lugar de carboncillo para dibujar.
El 80 por ciento de su obra, entre escultura y pintura, es producto de los restos de su familia, “es una sensación extraordinaria, es romper un tabú, tratar de sublimar estos restos, nunca con la intención de ofender a los difuntos, sino tratar de traerlos a la vida otra vez por medio de mi obra”.
Cada creación que realiza, indaga con cierta profundidad, provocando en el espectador esa lejanía y proximidad que a la par con la condición humana se convierte en todo un deleite visual.
”Es una obsesión que se remota a los traumas que tiene cada persona, yo tenía una obsesión por la muerte y nuestra condición humana, cuando manejé los huesos, yo me liberé, es una especie de catarsis personal, fue ahí cuando empecé a tener un autocontrol”, descubriendo a través de esta práctica, la curación de sus traumas de la infancia, y una forma de expresarse.
Su polémica técnica artística, ha desatado mucha crítica, parte de sus piezas han sido censuradas en importantes recintos culturales, pero su lenguaje y particularidad de hacer arte, ha trascendido fronteras, pues a lo largo de estos 20 años de trayectoria ha expuesto en las mejores galerías de Centroamérica, Sudamérica y Europa.
La filosofía es el ingrediente que lo inspira a la hora de producir, el estar aislado es otra motivación, mencionó durante la charla, pues según explicó, su obra no es hablar mal de la muerte, sino honrarla bajo un método conceptual. Próximamente, el 28 de diciembre, Martín Jiménez expondrá “Adlerhorst” en Rabat, Marruecos, 38 piezas de reciente creación, se trata de una colección de pinturas, objetos, esculturas, ensambles y dibujos. Como proyectos para el 2017, el artista exhibirá su talento en Túnez y Emiratos Árabes, lugares donde actualmente se ha ampliado la difusión del arte contemporáneo internacional.
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