Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo, más conocida como Alicia Alonso, pasará a la historia como una de las mejores bailarinas en la historia, no por algo era ballerina assoluta, rango que muy pocas han conseguido. Sin embargo, desde los inicios de su carrera tuvo que luchar con los problemas de visión.
Con 20 años, durante su paso por el Ballet Theatre (que en 1956 pasó a llamarse American Ballet Theatre), se le desprendieron las retinas de ambos ojos.
Sufriendo con múltiples operaciones y un año en cama, llena de cojines para moverse lo menos posible, Alicia comentó que ese año le sirvió para evaluar todos los pros y contras de su enfermedad, así como repasar mentalmente todo el repertorio clásico para volver en plenas facultades a los escenarios.
Después de este tiempo bajo los cuidados de su madre, tuvo que recurrir a la cortisona para controlar la visión, lo que la hizo subir de peso.
Decidiendo sacrificar su visión para poder bailar, abandona su tratamiento a base de corticoides y se centra en disfrutar de su gran amor, la danza.
Así nació el mito: Alicia Alonso sólo ve sombras, pero baila como nadie, desarrollando trucos escénicos para combatir esa oscuridad que se cernía en su mirada.
Bajo sombras, bailó hasta que cumplió los 70 años de edad confirmando que percibía más allá que los demás sí veían.
Este jueves, Alicia Alonso murió a los 98 años en un hospital de La Habana.