/ lunes 27 de junio de 2022

Alex Katz y sus retratos múltiples

El pintor, considerado una de las principales figuras del arte norteamericano del siglo XX, sigue activo a sus 94 años y es motivo de una retrospectiva que se presenta en Madrid

El pintor norteamericano Alex Katz es motivo de una muestra que se presenta en la capital española, en donde se han reunir 35 óleos de gran formato que están acompañados de algunos estudios que recorren los temas habituales del pintor, así como sus retratos individuales, de grupos, alternados con sus reconocibles flores y las envolventes obras de paisajes de vivos colores y sus fondos planos.

De acuerdo con la agencia EFE, esta muestra presenta obras que cubren casi seis décadas de trabajo, que abarcan desde 1959 hasta 2018, en donde destaca la renovación constante a la que el artista se ha sometido a lo largo de su carrera, y a la que, a pesar de que recurre siempre a los mismos temas, tampoco renuncia a incorporar nuevas perspectivas.

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El comisario de la muestra y director artístico del museo madrileño, Guillermo Solana, enfatizó que esta es la gran exposición del año del Thyssen:

"Katz es un pintor que no sólo está en activo a sus 94 años, sino que se levanta a las siete de la mañana. Un pintor de grandes formatos que con siete décadas a sus espaldas es la primera vez que tiene una exposición en España que recorre toda su obra: desde sus obras históricas a las más recientes", explicó.


El arte pop de Alex Katz / EFE

ENTRE LA PINTURA Y LA POESÍA

Kratz nació en Brooklyn, Nueva York, y es hijo de unos inmigrantes rusos que estaban interesados en la pintura y la poesía. Fue en 1946 cuando ingresó a la escuela de arte, en donde se inició en las teorías y las técnicas del arte moderno.

En 1949 obtuvo una beca de verano para la escuela de pintura y escultura Skowhegan, y fue ahí donde lo animaron a pintar al natural y esto fue algo que resultó fundamental en su desarrollo como pintor.

Al año, se instaló en Manhattan, donde se ganaba la vida trabajando en una empresa de mercados y con encargos de pinturas murales, pero poco después realizó una primera exposición junto a su mujer, Jean Cohen, y en 1954 expuso por primera vez en solitario en Nueva York.

Para finales de los años cincuenta, el pintor comenzó a interesarse por el retrato y pintaba a su círculo de amigos, pero sobre todo a su segunda esposa, Ada del Moro, que fue su modelo más frecuente

.

El pintor estadounidense ha explicado que él sólo quería plasmar el aspecto del retratado sin implicarse emocionalmente. Y fue entonces cuando se inició en los fondos planos y monocromáticos, que eran tan característicos de su estilo.

Poco después fue influenciado por la pantalla del cine y las vallas publicitarias, desde entonces optó por las pinturas a gran escala, lo cual fue un punto de inflexión en su carrera. El pintor quería llevar la pintura figurativa al lienzo grande, algo que nadie había hecho antes.

En 1977 le encargaron un gran mural en Times Square, en donde podría competir con las vallas publicitarias, llamado Nine women, y que estaba compuesto por 23 primeros planos de mujeres de 6 metros de altura, en un panel de 75 metros de largo y coronado por una torre de 18 metros de alto.


A finales de los años cincuenta el pintor comenzó a interesarse por el retrato

COMPARACIÓN CON ANDY WARHOL

Katz continuó explorando las posibilidades del retrato realizando series del mismo lienzo. El retrato puede ser doble o múltiple, como una versión de la hoja de contactos en fotografía o la serie de fotogramas del cine y continúa sin profundizar en la psicología del retratado.

Sus repeticiones precedieron a las de Andy Warhol y su técnica es completamente diferente: mientras Warhol la automatiza, Katz vuelve a pintar la imagen en cada repetición con resultado diferente.

Desde mediados de los sesenta y durante los años siguientes, Katz retrató grupos de figuras, reflejando el mundo social de pintores, poetas, críticos y fotógrafos de su entorno. Sin embargo, ya no presenta las figuras sobre fondos planos, sino en entornos realistas.

En “The Cocktail Party” (1965) aparecen once amigos del artista, perfectamente reconocibles, compartiendo una velada en su loft. A través de los cristales, se ve la noche de Nueva York, otras ventanas iluminadas y luces de neón, en una estampa que refleja la vida neoyorquina.



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El pintor norteamericano Alex Katz es motivo de una muestra que se presenta en la capital española, en donde se han reunir 35 óleos de gran formato que están acompañados de algunos estudios que recorren los temas habituales del pintor, así como sus retratos individuales, de grupos, alternados con sus reconocibles flores y las envolventes obras de paisajes de vivos colores y sus fondos planos.

De acuerdo con la agencia EFE, esta muestra presenta obras que cubren casi seis décadas de trabajo, que abarcan desde 1959 hasta 2018, en donde destaca la renovación constante a la que el artista se ha sometido a lo largo de su carrera, y a la que, a pesar de que recurre siempre a los mismos temas, tampoco renuncia a incorporar nuevas perspectivas.

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El comisario de la muestra y director artístico del museo madrileño, Guillermo Solana, enfatizó que esta es la gran exposición del año del Thyssen:

"Katz es un pintor que no sólo está en activo a sus 94 años, sino que se levanta a las siete de la mañana. Un pintor de grandes formatos que con siete décadas a sus espaldas es la primera vez que tiene una exposición en España que recorre toda su obra: desde sus obras históricas a las más recientes", explicó.


El arte pop de Alex Katz / EFE

ENTRE LA PINTURA Y LA POESÍA

Kratz nació en Brooklyn, Nueva York, y es hijo de unos inmigrantes rusos que estaban interesados en la pintura y la poesía. Fue en 1946 cuando ingresó a la escuela de arte, en donde se inició en las teorías y las técnicas del arte moderno.

En 1949 obtuvo una beca de verano para la escuela de pintura y escultura Skowhegan, y fue ahí donde lo animaron a pintar al natural y esto fue algo que resultó fundamental en su desarrollo como pintor.

Al año, se instaló en Manhattan, donde se ganaba la vida trabajando en una empresa de mercados y con encargos de pinturas murales, pero poco después realizó una primera exposición junto a su mujer, Jean Cohen, y en 1954 expuso por primera vez en solitario en Nueva York.

Para finales de los años cincuenta, el pintor comenzó a interesarse por el retrato y pintaba a su círculo de amigos, pero sobre todo a su segunda esposa, Ada del Moro, que fue su modelo más frecuente

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El pintor estadounidense ha explicado que él sólo quería plasmar el aspecto del retratado sin implicarse emocionalmente. Y fue entonces cuando se inició en los fondos planos y monocromáticos, que eran tan característicos de su estilo.

Poco después fue influenciado por la pantalla del cine y las vallas publicitarias, desde entonces optó por las pinturas a gran escala, lo cual fue un punto de inflexión en su carrera. El pintor quería llevar la pintura figurativa al lienzo grande, algo que nadie había hecho antes.

En 1977 le encargaron un gran mural en Times Square, en donde podría competir con las vallas publicitarias, llamado Nine women, y que estaba compuesto por 23 primeros planos de mujeres de 6 metros de altura, en un panel de 75 metros de largo y coronado por una torre de 18 metros de alto.


A finales de los años cincuenta el pintor comenzó a interesarse por el retrato

COMPARACIÓN CON ANDY WARHOL

Katz continuó explorando las posibilidades del retrato realizando series del mismo lienzo. El retrato puede ser doble o múltiple, como una versión de la hoja de contactos en fotografía o la serie de fotogramas del cine y continúa sin profundizar en la psicología del retratado.

Sus repeticiones precedieron a las de Andy Warhol y su técnica es completamente diferente: mientras Warhol la automatiza, Katz vuelve a pintar la imagen en cada repetición con resultado diferente.

Desde mediados de los sesenta y durante los años siguientes, Katz retrató grupos de figuras, reflejando el mundo social de pintores, poetas, críticos y fotógrafos de su entorno. Sin embargo, ya no presenta las figuras sobre fondos planos, sino en entornos realistas.

En “The Cocktail Party” (1965) aparecen once amigos del artista, perfectamente reconocibles, compartiendo una velada en su loft. A través de los cristales, se ve la noche de Nueva York, otras ventanas iluminadas y luces de neón, en una estampa que refleja la vida neoyorquina.



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