Hoy se cumplen 100 años del natalicio del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, artífice de la arquitectura moderna de nuestro país, pues vio la primera luz el 16 de abril de 1919 en la capital mexicana.
Absortos en el trajín cotidiano, los transeúntes admiran la majestuosidad de construcciones tales como el Estadio Azteca o la “nueva” Basílica de Guadalupe, ajenos a descubrir que fue él quien diseñó y construyó semejantes obras que son un verdadero deleite para los sentidos de quienes aprecian eso que también se llama arte; tan es así que en 1973, Ramírez Vázquez ganó el Premio Nacional de las Bellas Artes.
Sus líneas sorprenden por la audacia y futurismo de sus trazos. Era, el arquitecto Ramírez Vázquez, un visionario que adelantó en el tiempo a un México en transición que buscaba una imagen distinta en su urbanización, consiguiendo dotarlo de magníficas estructuras que hoy son iconos, sencillamente, de la arquitectura mexicana que revela su genio creador y el legado que heredó a las nuevas generaciones.
Además, urbanista, escritor y servidor público, don Pedro Ramírez Vázquez jugó un papel determinante en la organización de los Juegos Olímpicos de 1968 y a él se atribuyen, también, el Museo Nacional de Antropología e Historia, el Museo del Caracol y el Palacio Legislativo de San Lázaro.
Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ostentó el cargo de secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas durante el sexenio del presidente José López Portillo y fundó y fue rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, lo mismo que fungió como presidente del Comité Olímpico Mexicano.
¿QUIÉN ERA?
Hijo de don Juvencio Max Ramírez y doña Dolores Vázquez Yáñez, el arquitecto que hoy nos ocupa proyectó su propia vida en base al estudio y al conocimiento que desarrolló con talento, dedicación, trabajo y esfuerzo, redundando en una obra arquitectónica que es reconocida en el mundo entero, pues además diseñó escuelas prefabricadas en la India, Tanzania, Yugoslavia e Italia; la Casa Presidencial de Costa Rica, edificios gubernamentales para la nueva capital de Tanzania, el Museo de Nubia en Egipto y, por si fuera poco, entre muchas otras obras, la sede del Comité Olímpico Internacional en Lausana, Suiza.
Se desempeñó, precisamente, como presidente del Comité Organizador de la Olimpiada México 68, diseñando su afiche oficial y su emblema, al tiempo que, a la par con el también artista Mathias Goeritz, realizó la Ruta de la Amistad que une, hasta nuestros días, la entonces Villa Olímpica con el Canal de Cuemanco; sin embargo, su labor trascendió más allá dirigiendo los destinos del Colegio de Arquitectos de México y su obra se extendió a la creación de escuelas en todo el país y al aspecto y servicios urbanos en la modernización de caminos y parques, drenaje, agua, teléfonos y pavimento, entre otras cosas.
A don Pedro Ramírez Vázquez hay que rendirle honores como se merece. Todo un artista en el diseño y la arquitectura moderna, paladín del México contemporáneo que hoy nos identifica en el contexto mundial de las naciones.
Falleció como la diva María Félix, el mismo día en que nació, es decir, vio la primera luz el 16 de abril de 1919 en la capital de la República Mexicana, y dejó de existir el 19 de abril del año 2013, igual, en la Ciudad de México, el antiguo Distrito Federal al que dotó de maravillosas obras.