El regreso a lo básico
ÁMSTERDAM, Holanda. En Holanda, en 2017 se celebra el centenario del movimiento artístico conocido como De Stijl (El Estilo). Sus principales impulsores, Piet Mondrian, Gerrit Rietveld y Theo van Doesburg buscaban crear un nuevo mundo en el que todos pudiéramos vivir en equilibrio con las leyes del universo y para ello redujeron sus lenguajes pictóricos, arquitectónicos y escultóricos a los elementos y las formas básicas.
Para conmemorarlo y resaltar la influencia que sigue teniendo De Stijl en el arte, se han organizado diversos eventos alrededor de sus protagonistas.
Dado que el Museo Municipal de La Haya (Gemeentemuseum) posee la mayor colección de obras de Piet Mondrian en todo el mundo, 300 entre dibujos y óleos, las presenta todas en su exhibición temporal El descubrimiento de Mondrian que estará abierta hasta el 24 de septiembre.
UN ENCUENTRO CON MONDRIAN
Para esta exposición el equipo de conservación del museo revisó todas las obras de Mondrian que tienen en su acervo. Algunas no se habían expuesto al público nunca, otras requerían restauración, a lo que se dedicaron 6 expertos durante dos años. El resultado es espectacular.
En la primera sala de la exposición nos reciben tres óleos que pintó en el inicio de su carrera. Al mirar Liebre muerta, 1891, una obra realista hasta el más mínimo detalle, me sorprendió todo lo que tuvo que evolucionar Mondrian hasta llegar a su última obra, Victoria Boogie-Woogie, con solo cuadros de colores básicos.
Este hombre tan comprometido con su proyecto vital siempre disfrutó de la música de jazz, un género en el que prima la improvisación. SU VIDA
Pieter Cornelis Mondriaan (1872-1944) nació en el seno de una familia calvinista muy religiosa. Su padre, director de una escuela primaria, lo enseñó a dibujar. Entre 1892 y 1897 estudió en la Academia de Bellas Artes en Ámsterdam.
Empezó dedicándose al paisajismo, inspirándose en los molinos y las granjas locales. Años después se pasó al impresionismo, en búsqueda de un estilo más simbólico.
En 2011 se fue a París. En ese momento la capital francesa era un caldo de cultivo donde Pablo Picasso y Juan Gris, con la influencia de Paul Cézanne, iniciaban el movimiento pictórico que se conoció como cubismo, en el que se representan todas las partes de un objeto en un mismo plano y se eliminan los detalles. Casi de inmediato Mondriaan comenzó a adaptar estos preceptos a sus obras, transformando los objetos en la suma de las formas que los componen.
En esta tendencia a la simplificación le quitó una letra a su apellido, que a partir de entonces cambió a Mondrian. En lo artístico empezó a evitar las líneas curvas y diagonales, utilizando cada vez más sólo líneas verticales y horizontales.
A principios de 1914 Mondrian volvió a Holanda para visitar a su padre. Trajo consigo sus pinturas parisinas con las que organizó una exhibición en La Haya. Eran apenas 16 composiciones, pero muy diferentes a lo que se estilaba en los Países Bajos en ese momento.
¿Qué veía el visitante? Cuadrados y rectángulos, algunas de las líneas perfectamente delineadas, gruesas, y otras borrosas. Unos espacios rellenos perfectamente mientras otros dejaban áreas en blanco. Las esquinas de los lienzos borrosas o absolutamente libres.
El estallido de la Primera Guerra Mundial le impidió regresar a París, por lo que se quedó en los Países Bajos, se mantuvieron neutrales. Ahí conoció a Theo van Doesburg, con quien fundó en 1917 la revista De Stijl que planteaba la reducción del lenguaje pictórico a sus elementos básicos.
En 1919 se instaló nuevamente en París, donde redujo su paleta a los colores primarios (rojo, azul y amarillo) y a la ausencia de color (blanco, gris y negro). Siempre se daba tiempo para salir y disfrutar de la bohemia parisina y combinar la pintura con el baile y la música, sus otras dos pasiones.
En septiembre de 1938 se mudó a Londres, huyendo del inminente inicio de la Segunda Guerra Mundial. Tuvo varias exhibiciones. A pesar de estos éxitos Piet vivía atemorizado de una invasión nazi porque, aunque no era judío, dos de sus pinturas se habían incluido en la exhibición de Arte degenerado que Hitler organizó en 1937. Su nombre estaba, por lo tanto, en la lista negra. El hecho de que Alemania hubiera invadido en 1940 los Países Bajos, que pretendían ser neutrales, atizaba su aprensión.
El 21 de septiembre de 1940 inició la travesía que lo llevaría a los Estados Unidos. A sus 68 años una nueva vida le esperaba en Nueva York, a donde llegó el 3 de octubre.
Su amigo Harry Holtzmanle consiguió un estudio, mismo que decoró con sencillez espartana siguiendo su teoría del neoplasticismo. Una vez ahí Mondrian se integró en el ambiente artístico y logró gran reconocimiento.
Para la que sería su última obra (que dejó inacabada) Victoria Boogie-Woogie, 1942-44, Mondrian se inspiró en ese movimiento jazzístico, así como en la vida moderna y dinámica de Nueva York. Esto lo llevó a eliminar las líneas negras y a usar pequeños recuadros de color.
El 1 de febrero de 1944, Piet Mondrian murió de neumonía, rodeado de algunos amigos fieles del mundo del arte.
UNO DE LOS TRES GRANDES
Hay quienes piensan que en los Países Bajos han nacido tres grandes pintores: Rembrandt, Van Gogh y Mondrian. De estos dos últimos se mencionan las similitudes: solteros, innovadores, dedicados por completo a la pintura y prolíficos escritores. Entre sus diferencias están que la obra de Mondrian sí tuvo reconocimiento en vida y que a él sí se le conoce una amiga-novia, Willy Wentholt, cuya relación duró de 1918 a 1931.
Piet Mondrian era de la idea de vivir “ligero de equipaje”. Entre otros aspectos concretos de su forma de pensar estaba el vestir siempre elegantemente y el destruir las cartas que recibía una vez que las había leído y pedía a sus interlocutores que hicieran lo mismo con las suyas. Sin embargo, algunos no le hicieron caso y hoy se conocen unas mil 650 misivas (cartas, telegramas, postales) que envió a familiares, amigos, coleccionistas y artistas. También una docena de artículos que escribió para revistas en Europa y Estados Unidos. Todo se publicará en la web. En el otoño se podrá ver un avance de este proyecto en www.mondrianpapers.org MONDRIAN SIGUE SIENDO FUENTE DE INSPIRACIÓN
Inspirados en los últimos trabajos de Mondrian, en 1930 Hermès diseñó un conjunto de bolsas y maletas. Los vestidos con recuadros de colores primarios separados por bordes negros de la colección de otoño de 1965 de Yves Saint Laurent causaron furor.
Estos y otros modelos de diseñadores como Prada y los contemporáneos Marlies Dekkers y Michael Barnaart van Bergen se podrán ver en la exposición “Moda de estilo” (del 15 de julio al 13 de agosto) también en el Museo Municipal de La Haya.
Sin duda, Mondrian seguirá dando de qué hablar.
Para mayor información: www.gemeentemuseum.nl
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