Por Alejandro Domínguez
MEXICALI, BC (OEM-Informex).- Cada vez va cobrando más fuerza y por ende, más sentido el término de “chinesquear” en el argot cachanilla, en el que cientos de mexicalenses de todas las edades se adentran en las entrañas de Mexicali, para conocer sus orígenes y reafirmar su identidad en esta tierra de migrantes.
Sin mucha publicidad, solo la de boca en boca y claro, con un poco de ayuda de las redes sociales en el portal de Facebook “Esto es Mexicali”, los miércoles y sábados, cientos de mexicalenses se congregan poco antes de las 8 de la noche frente a la antigua Escuela Cuauhtémoc, hoy Casa de la Cultura.
El profesor Víctor Martínez Ceniceros es el responsable de todo este movimiento, señala que inició hace 14 años haciendo estos recorridos, con un grupo de alumnos, pero abierto al público, solo desde el mes de abril.
El recorrido regularmente era de entre 20, 30 o 40 personas, pero en esta ocasión son más de cien, por lo que este demorará poco más de 2 horas.
ALEMANA EN LA CHINESCA
Ceniceros Martínez señala ya han acudido personas de Costa Rica, Brasil, Chile, pero en esta ocasión lo acompaña Jule, una alemana proveniente de un pueblo cerca de Hamburgo, quien está en Mexicali desde hace 5 meses haciendo su servicio social impartiendo clases de alemán en la UABC.
¿Pero qué hace una alemana en los sótanos de Mexicali?
Confiesa que quiere aprender más de la historia de los chinos.
MEXICALI EN SUS INICIOS
Víctor nos lleva a recorrer la historia de Mexicali desde los orígenes de la Escuela Cuauhtémoc, próxima a cumplir 100 años y que es el edificio más antiguo en uso de Baja California, pero que desgraciadamente muchos jóvenes universitarios no lo ubican, dando solo con el sitio de reunión con la Casona, lugar de entretenimiento para varones, que ocupa el lugar de donde alguna vez estuvo la sede del Gobierno municipal en los inicios de esta ciudad y que entonces se le conocía como “La Casona”.
También nos lleva por la historia del florecimiento de Mexicali gracias a la Ley seca impuesta en Estados Unidos a finales de la segunda década del Siglo 20 y que se extendió hasta mediados de los años 30´s, en la que esta ciudad se llenó de casinos para el entretenimiento de los norteamericanos, siendo uno de ellos el “Gambrinus”, en lo que es una letra “G” grabada en el piso del estacionamiento del Hotel del Norte, que por su calidad en la construcción aún sigue ahí.
[caption id="attachment_357250" align="aligncenter" width="615"] Foto: La Voz de la Frontera[/caption]
ESTÁ RE GACHO
La larga fila de curiosos se trasladó hacia el callejón de La Chinesca, que a su paso, atrajo la atención de quienes se encontraban en el paso, más de uno preguntó de qué se trataba este asunto.
Al llegar al punto, la instrucción fue la de ponerse las mascarillas y tener cuidado al bajar la escaleras, ya que al lado de ellas hay una pequeña rampa por la que pueden dar al suelo con toda su humanidad, quien se descuide.
Se abre la puerta y se desciende lentamente para llegar a un lugar caliente y húmedo, se trata de un almacén de unas famosas farmacias, el lugar es sofocante y no apto para quienes sufren de alguna enfermedad respiratoria o para los claustrofóbicos, huele mal, hay charcos, pero eso no impide a quienes ahí se encuentran, recorrer el lugar fascinados por lo que ahí pudieran encontrar… pero no hay vestigios de chinos.
Los que salen del lugar lo hacen a toda prisa, sudorosos y jadeantes pero con la satisfacción de haber experimentado una nueva experiencia y el alivio de respirar aire fresco de las cálidas noches mexicalenses… el comentario es unánime “está re gacho ahí adentro”.
Muchos confiesan haber ido al recorrido para conocer la historia de Mexicali, porque escucharon de sus padres o de sus abuelos que ahí abajo vivía la comunidad china para refugiarse del calor y descansar después de una larga jornada de trabajo, o simplemente refugiarse y no ser vistos por los mexicanos.
ATRAPADO EN EL TIEMPO
El siguiente sitio es exactamente debajo del callejón de la Chinesca, donde alguna vez estuvo lleno de tiendas y de algarabía y que hoy es solo parte de un estacionamiento de lo que fue una empresa de diseño de videojuegos para teléfonos móviles, así como una tienda de autoservicio.
Se ingresa al edificio de lo que fue “Gameloft”, el calor es sofocante, la espera es larga, los niños desesperan por querer entrar pero nadie se mueve… ¡definitivamente hay que ser masoquistas para soportar este martirio!
El turno llega, se desciende por una apertura en el piso por medio de una escalerilla para encontrarse en un espacio atrapado en el tiempo, una dimensión que permaneció perdida por muchas décadas y que encierra muchos misterios y que aún queda mucho por conocer… definitivamente aquí sí vivieron chinos.
En el Centro Histórico aún quedan muchos sitios inexplorados en las entrañas de esta ciudad, los mexicalenses se encuentran ávidos por descubrir estas historias y reafirmar con ello, su identidad cachanilla.
