/ martes 27 de octubre de 2015

Clausura del 43 Festival Internacional Cervantino

GUANAJUATO, Gto. (Notimex).- Al Ballet Folclórico de México de Amalia Hernández le faltó tiempo para dar más de lo suyo, encender el fervor patrio y motivar el florecimiento del amor a la cultura popular del país, durante su participación extraordinaria en el cierre del 43 Festival Internacional Cervantino (FIC), la noche del domingo en la Alhóndiga de Granaditas.

Del norte al sur, del oriente al poniente, la República mexicana quedó retratada a través de los bailes y la música, el colorido de los vestuarios y el ánimo encendido de quienes forman parte de esa agrupación emblemática del quehacer artístico nacional.

El mariachi, que acompañó cada una de las interpretaciones, vibró también en el escenario señalado.

Temas representativos que evocan los tiempos de la Revolución Mexicana como “La Adelita”, “La Marcha de Zacatecas” y otros, retumbaron en el espacio abierto.

Otro momento glorioso fue obsequiado por un grupo de arpas jarochas. Todos esos bailes y canciones contrastaron eventualmente con la interpretación del danzón Nereidas.

Eso último, a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), con lo que se cocinó un equilibrio entre tradición y contemporaneidad, entre ofrecer una noche gozosa a los niños, a los jóvenes que mayoritariamente llenaron la explanada del viejo edificio, y los adultos y adultos mayores que bailaron en su silla.

De pronto y en un ambiente festivo y carnavalesco, las mojigangas aparecieron para que algunos rieran, otros se asombraran, y no pocos recordaran momentos de una miedosa infancia. Un payaso gigante, el negrito del Batey y otros personajes cabezones hicieron acto de presencia bajo el templete y caminaron entre la sillería dispuesta para el caso. Como innovar, transformar y reconstruir son las estrategias que sigue el Ballet Folclórico de México de Amalia Hernández, agrupación que se creó en 1952, el espectáculo tuvo también estampas ciento por ciento dedicadas al público infantil.

“A la víbora de la mar” y “Doña Blanca” trajeron a la mente los tiempos en que los niños creían en esas letras.

Bajo la dirección artística de Viviana Basanta, la agrupación de fama internacional sabe incorporar música sinfónica en vivo, así como arreglos para orquesta de temas populares.

En colaboración con la BUAP, su propuesta logró un equilibrio perfecto entre la vieja cultura popular y las tendencias de la época moderna con una estética sorprendente.

Cabe recordar que el interés por rescatar y transmitir las tradiciones dancísticas de México, llevó a la bailarina y coreógrafa Amalia Hernández a fundar, en los años 50 del siglo pasado, esta compañía que, gracias a su excelencia artística, se ha consolidado como la más importante del país y una de las más destacadas del mundo, según la crítica.

El Ballet Folclórico de México ha realizado más de 100 giras internacionales, por más de 60 países y 300 ciudades alrededor del mundo, dando gusto a un público de más de 30 millones de personas, lo que le ha granjeado más de 400 premios y reconocimientos, entre los que destacan el Premio de las Naciones como la Mejor Compañía del Mundo en 1962.

Con la incorporación de música sinfónica en el proyecto, inició una nueva época para la agrupación.

El programa que el público presenció la noche del domingo, marcó los primeros pasos hacia una nueva etapa. Y lo hizo junto a la BUAP, organización que a casi una década de existencia, ejecuta conciertos de Big Band Jazz, música mexicana y recientemente, música popular.

GUANAJUATO, Gto. (Notimex).- Al Ballet Folclórico de México de Amalia Hernández le faltó tiempo para dar más de lo suyo, encender el fervor patrio y motivar el florecimiento del amor a la cultura popular del país, durante su participación extraordinaria en el cierre del 43 Festival Internacional Cervantino (FIC), la noche del domingo en la Alhóndiga de Granaditas.

Del norte al sur, del oriente al poniente, la República mexicana quedó retratada a través de los bailes y la música, el colorido de los vestuarios y el ánimo encendido de quienes forman parte de esa agrupación emblemática del quehacer artístico nacional.

El mariachi, que acompañó cada una de las interpretaciones, vibró también en el escenario señalado.

Temas representativos que evocan los tiempos de la Revolución Mexicana como “La Adelita”, “La Marcha de Zacatecas” y otros, retumbaron en el espacio abierto.

Otro momento glorioso fue obsequiado por un grupo de arpas jarochas. Todos esos bailes y canciones contrastaron eventualmente con la interpretación del danzón Nereidas.

Eso último, a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), con lo que se cocinó un equilibrio entre tradición y contemporaneidad, entre ofrecer una noche gozosa a los niños, a los jóvenes que mayoritariamente llenaron la explanada del viejo edificio, y los adultos y adultos mayores que bailaron en su silla.

De pronto y en un ambiente festivo y carnavalesco, las mojigangas aparecieron para que algunos rieran, otros se asombraran, y no pocos recordaran momentos de una miedosa infancia. Un payaso gigante, el negrito del Batey y otros personajes cabezones hicieron acto de presencia bajo el templete y caminaron entre la sillería dispuesta para el caso. Como innovar, transformar y reconstruir son las estrategias que sigue el Ballet Folclórico de México de Amalia Hernández, agrupación que se creó en 1952, el espectáculo tuvo también estampas ciento por ciento dedicadas al público infantil.

“A la víbora de la mar” y “Doña Blanca” trajeron a la mente los tiempos en que los niños creían en esas letras.

Bajo la dirección artística de Viviana Basanta, la agrupación de fama internacional sabe incorporar música sinfónica en vivo, así como arreglos para orquesta de temas populares.

En colaboración con la BUAP, su propuesta logró un equilibrio perfecto entre la vieja cultura popular y las tendencias de la época moderna con una estética sorprendente.

Cabe recordar que el interés por rescatar y transmitir las tradiciones dancísticas de México, llevó a la bailarina y coreógrafa Amalia Hernández a fundar, en los años 50 del siglo pasado, esta compañía que, gracias a su excelencia artística, se ha consolidado como la más importante del país y una de las más destacadas del mundo, según la crítica.

El Ballet Folclórico de México ha realizado más de 100 giras internacionales, por más de 60 países y 300 ciudades alrededor del mundo, dando gusto a un público de más de 30 millones de personas, lo que le ha granjeado más de 400 premios y reconocimientos, entre los que destacan el Premio de las Naciones como la Mejor Compañía del Mundo en 1962.

Con la incorporación de música sinfónica en el proyecto, inició una nueva época para la agrupación.

El programa que el público presenció la noche del domingo, marcó los primeros pasos hacia una nueva etapa. Y lo hizo junto a la BUAP, organización que a casi una década de existencia, ejecuta conciertos de Big Band Jazz, música mexicana y recientemente, música popular.

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