MONGUÍ, Colombia.- En un pico de la Cordillera Oriental, a 2 mil 900 metros sobre el nivel del mar, emerge imponente la Basílica y el Claustro de Nuestra Señora de Monguí, joya colonial construida en piedra entre 1694 y 1760 y considerada "un tesoro arquitectónico de Latinoamérica".
Y es que lo que comenzó como una pequeña capilla doctrinal donde los misioneros franciscanos comenzaron a evangelizar a los indígenas de la región de Boyacá, en el centro de Colombia, guarda tesoros y leyendas que la hacen única.
Los gruesos muros de la basílica guardan una colección de cuadros de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos (1638-1711), el pintor colombiano más importante de la Colonia.
"Esta colección está bajo llave y esperamos exhibirla en un futuro inmediato", dijo a Efe el alcalde Monguí, Henry Argüello, quien espera construir un museo luego de que el Gobierno invirtiera el equivalente a 2.1 millones de dólares en la restauración del conjunto arquitectónico que amenazaba con venirse abajo por el deterioro.