Contrario a lo declarado por la secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel, el Centro de Análisis e Investigación FUNDAR sostiene que la reducción presupuestal del 30.8 por ciento al sector cultural para 2025 no se justifica con la conclusión de los trabajos del Proyecto Chapultepec y de salvamento arqueológico por el Tren Maya, iniciados en el sexenio anterior.
Así lo expuso dicha organización civil durante las Mesas de diálogo bajo el esquema de Parlamento abierto “Rumbo al presupuesto de egresos de la Federación 2025”, convocadas por la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, a la que, en representación de otras asociaciones civiles —entre ellas el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU)— instaron a reconsiderar el presupuesto de Cultura.
“La suma de los recursos para estos proyectos, que ascendía a cuatro mil 450 millones de pesos en 2024, fue una partida importante. No obstante, estos fondos no se redistribuyeron dentro del ramo de Cultura. Incluso, si descontamos dichos recursos del presupuesto para 2024, la propuesta para 2025 sigue siendo 935 millones de pesos menor. Lo que evidencia una disminución sostenida en el financiamiento al sector”, dijo Paulina Castaño Acosta, investigadora del Programa de justicia fiscal de FUNDAR.
“En los últimos días también se ha señalado que los recursos destinados al Tren Maya y Chapultepec serían reorientados para atender las necesidades de las escuelas del INBAL (Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura) en aspectos de estructura y operación. Pero, por el contrario, los cinco mil 383 millones de pesos que representa el recorte no son suficientes para cubrir siquiera las necesidades de las 29 escuelas de educación artística ni de los cuatro centros nacionales de investigación que el INBAL opera”, agregó.
La especialista subrayó que este presupuesto es el más bajo que se la haya asignado a la Secretaría de Cultura desde su creación en 2016, el cual es insuficiente y no le permitirá hacer frente a los desafíos de su sector.
“Según estándares internacionales, México debería destinar a la Cultura al menos el 1 por ciento del gasto público total, lo que equivale a 93 mil millones de pesos. La cifra asignada para 2025 representa tan solo el 0.13 por ciento de la bolsa total del presupuesto”.
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Restricciones operativas severas
Castaño Acosta aseguró que las 29 unidades responsables de Cultura “enfrentarán restricciones operativas severas”, afectando la continuidad de actividades esenciales de dichas dependencias, entre las que se encuentran la conservación del patrimonio artístico y cultural del país, así como de la promoción de la cultura.
Para ejemplificar el “nivel alarmante” que representa este presupuesto, la investigadora afirmó que la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural sufrirá un recorte del 72 por ciento; mientras que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) proyecta una reducción de 47 por ciento y la Subsecretaría de Desarrollo Cultural (responsable de políticas culturales), se verá disminuida en un 46 por ciento. Además, la investigadora dijo que de los 16 programas presupuestarios, 15 sufrirán recortes.
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“Estas cifras no son meros números, son una sentencia para los más de mil 200 recintos culturales, las 193 zonas arqueológicas abiertas al público, los 192 museos nacionales, y las más de siete mil bibliotecas públicas que dependen de este presupuesto. También significan un golpe devastador para casi millón y medio de empleos de dicha secretaría”, dijo la analista.
Desaparición de organismos autónomos no ayudará
Al término de su intervención, Castaño Acosta dijo que de los cuatro mil millones de pesos que podrían destinarse a Cultura de la eliminación de Organismos Autónomos, “es un monto claramente insuficiente para cubrir la reducción proyectada del 30 por ciento”, y puso en duda que incluso estos recursos lleguen a esta dependencia, pues hay otras áreas prioritarias que también tiene recortes significativos como salud, seguridad y medio ambiente.
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“No podemos aceptar que en aras de la austeridad y la consolidación fiscal se sacrifiquen instituciones y programas esenciales para el desarrollo cultural. Es imprescindible reasignar recursos adecuados al sector y proteger las instituciones emblemáticas. (…) La cultura no es un lujo sino una inversión estratégica que fortalece nuestra identidad y cohesión de nuestro país. Instamos a la Cámara de Diputados, en particular a esta comisión para que reconsidere este presupuesto, escuche las voces de las personas que trabajan y viven de la cultura, y que actúen con la responsabilidad y la visión que este sector merece”, finalizó.
