Con la intención de centrar la mirada de coleccionistas, museólogos y espectadores en el arte de Latinoamérica, la editorial Act, con sede en Brasil, compiló la historia de 35 espacios entre museos, galerías y sitios independientes avocados a la promoción de artistas contemporáneos locales, y que, en conjunto, hacen un mapa de la producción estética en América Latina.
Se trata del libro Donde vive el arte en América Latina, editado en español, portugués e inglés, que busca visibilizar los sitios donde ocurre el arte para descentralizar las miradas que, por lo regular, están en Estados Unidos y Europa, y poco atienden la escena del sur del continente.
“Elegimos 35 espacios a través de toda Latinoamérica, no son los únicos; fue una selección y siempre hay exclusión. Son diferentes puntos de vista de cómo los espacios de arte pueden circular, exhibir y apoyar el arte, por ejemplo SOMA en México que no es un espacio de exhibición explícitamente pero es muy importante para la educación de los artistas”, detalló el editor Fernando Ticoulat, durante la presentación del libro.
La selección incluye cinco espacios mexicanos: Museo Tamayo, Casa Wabi, Museo Universitario Arte Contemporáneo, SOMA y Museo Tamayo. A decir del editor, estos recintos ofrecen un caleidoscopio de la producción artística actual y, sobre todo, del comportamiento de las instituciones dedicadas a la promoción del arte.
“Son diferentes países y modos de mostrar el arte, desde las grandes instituciones hasta los pequeños espacios y los sitios de residencia y hacer un mapa o un caleidoscopio de las maneras de pensar y hacer arte”, refirió del libro distribuido en colaboración con Turner.
La selección también incluye espacios como Aarea, MAM Rio, LABVERDE, Pivô y Pinacoteca en São Paulo, Brasil; Fragmentos, Espacio de Arte y Memoria, de Colombia; Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, y NuMu, de Guatemala, éste último de apenas 40 metros cuadrados representa a los recintos independientes de la periferia que buscan visibilizar a artistas locales.
“El común denominador de los espacios seleccionados diría que es mucha resistencia, luchan por sobrevivir. Son instituciones que cada día trabajan para el arte, y quien trabaja en arte no tiene un trabajo, tiene un proyecto de vida. También hicimos una selección de imágenes de las exposiciones que mostramos de cada lugar”, acotó.
La publicación ofrece, además de un ensayo introductorio de Julieta González, directora artística del Instituto Inhotim en Brasil, una breve descripción de cada recinto, y destacan las imágenes de los artistas locales. En su texto, González afirma que “los diferentes espacios aquí reunidos comparten en su mayoría un territorio común: dejan que el arte aparezca, lo dejan brotar y producir significado, preservan, cultivan y fomentan el crecimiento”.