La sofisticación y originalidad del arte chino moderno y contemporáneo es presentado en la exposición "Obras maestras del Museo Nacional de Arte de China", montada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso hasta el domingo 19 de febrero de este año.
La presentación es parte de las celebraciones por el 45 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la República Popular China y México.
La exhibición fue organizada por la Embajada de ese país asiático y el Museo Nacional de Arte de China y está conformada por 151 obras, que son una aproximación a las expresiones modernas y contemporáneas de la cultura y el arte chino.
Asimismo, su visita es una oportunidad excelente para apreciar sus manifestaciones artísticas y tradiciones populares vivas, que aún son fuente de inspiración para las nuevas generaciones de artistas chinos.
En la presentación web de la exposición se afirma que el espíritu de coexistencia, la búsqueda constante de nuevos horizontes y la apertura al mundo han mediado en las nuevas expresiones artísticas que hoy se aprecian influenciadas por la cultura occidental sin menoscabo de sus cualidades distintivas conceptuales y formales.
"Los especialistas chinos decidieron estructurar la exposición a través de tres importantes temas: Dimensiones múltiples, la aguada en tinta y color en el arte contemporáneo de China: Integración Occidente y la expresión Xieyi en el arte contemporáneo de China; y Cantos de Idilio: Obras de Arte Popular de China".
Así aguadas en tinta y color, óleo, grabado, escultura, artes mixtas y del arte popular; marionetas del teatro de sombras de la Dinastía Quing y pintadas sobre cuero, que aún se sigan produciendo por comunidades de artesanos, conforman la exposición.
Bajo la mano de los talladores Guizhou, Hunan, Guangxi, y del Tíbet causan asombro las máscaras exuberantes. Igualmente, los esplendidos trabajos de papel recortado con tijera, algunos deslumbrantes por el gran formato que ocupan como soporte.
El encuentro con el arte antiguo, moderno y contemporáneo chino revela espontaneidad, fidelidad a las tradiciones, sutileza y sofisticación en un contexto propio.
"Su apreciación amerita una mirada abierta y atenta a los impactos y transformaciones que el desarrollo económico y la globalización generan. Este análisis debe hacerse sin cerrarse a la comprensión de la sabiduría, al lenguaje y tradiciones que sostienen su registro estético", concluyó.