/ miércoles 7 de noviembre de 2018

El pintor Gauguin creó sus mejores obras en una isla desierta

El Museo Van Gogh presenta una compilación del trabajo del pintor y su paso por Martinica

Paul Gauguin (1848-1903) es un artista francés muy conocido, en especial por sus paisajes de la exótica Tahití donde pasó sus últimos años. Sin embargo, casi nada se sabe de su primera experiencia en una isla casi virgen, Martinica, donde estuvo en 1887 acompañado de su joven amigo Charles Laval (1861-1894) y que dejó profunda huella en su forma de pintar.

El Museo van Gogh dedica una exposición a las obras que ambos crearon durante los cuatro meses que pasaron en esta isla francesa en el Caribe, a donde llegaron buscando “una vida más simple y sencilla”. Hicieron muchos bocetos y dibujos a lápiz, acuarela y pastel que les sirvieron como base para los 20 óleos con paisajes y gente local con que regresaron a París, en los que priman los colores cálidos.

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Paul Gauguin, Self-Portrait, 1889, oil on wood, 79 x 51 cm, National Gallery of Art, Washington. @my_favorite_work_of_art Paul Gauguin, 1848-1903, was a French painter, printmaker, and sculptor who sought to achieve a “primitive” expression of spiritual and emotional states in his work. The artist, whose work has been categorized as Post-Impressionist, Synthetist, and Symbolist, is particularly well known for his creative relationship with Vincent van Gogh as well as for his self-imposed exile in Tahiti, French Polynesia. He influenced many avant-garde developments in the early 20th century. His legacy rests partly in his dramatic decision to reject the materialism of contemporary culture in favour of a more spiritual, unfettered lifestyle. Self–portraiture constituted a significant element of Gauguin's production, particularly in 1888 and 1889. Gauguin's interest was prompted in part by Vincent van Gogh's 1888 portrait series which he knew from his correspondence with Van Gogh and his brother Theo. Gauguin's only known statements about his self–portraiture concern a work similar to the National Gallery’s Self–Portrait. Gauguin refers to "the face of an outlaw . . . with an inner nobility and gentleness," a face that is "symbol of the contemporary impressionist painter" and "a portrait of all wretched victims of society." This Self–Portrait, painted on a cupboard door from the dining room of an inn in Le Pouldu, is one of Gauguin's most important and radical paintings. His haloed head and disembodied right hand, a snake inserted between the fingers, float on amorphous zones of yellow and red. Elements of caricature add an ironic and aggressively ambivalent touch to this painting. #paulgauguin #gauguin #arthistory #historyofart

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Los hermanos Van Gogh, Vincent y Theo, conocieron a Gauguin después de esta aventura. Impresionados por lo innovador de su trabajo, le compraron la pieza más importante de su colección Los árboles de mango, Martinica por 400 francos. Ahí inició su amistad y también una relación de trabajo, puesto que Theo se convertiría en su marchante.

Recorrer la muestra es una oportunidad única para hurgar en la génesis de un artista. Le explico: Aunque Paul Gauguin nació y creció en Francia, hubo un lapso, de los cuatro a los siete años, en que vivió en Perú. Esta cultura latinoamericana quedó enraizada en su visión del mundo. Poco antes de su aventura en Martinica había tomado la decisión de convertir su hobby, pintar, en una actividad de tiempo completo. Previamente había trabajado como agente de bolsa en París y después como vendedor de carpas en Copenhague para mantener a su esposa y sus cinco hijos, a quienes abandonó en su afán por convertirse en pintor.

Viajó a Panamá junto con Laval, pero aunque consiguieron un trabajo que los ayudaba a mantenerse, no encontraron los paisajes que habían soñado. Por eso recalaron en Martinica, el paraíso para sus expectativas. Salieron de ahí enfermos y sin un centavo, pero con un acervo de imágenes y un estilo pictórico innovador que les abriría las puertas del ambiente artístico parisino.

Las hojas de sus tres cuadernos de dibujos acabaron en distintas colecciones alrededor del mundo, lo mismo que sus óleos. Muchos nunca han sido mostrados al público, lo que colabora para hacer de esta una exposición única.

Paul Gauguin (1848-1903) es un artista francés muy conocido, en especial por sus paisajes de la exótica Tahití donde pasó sus últimos años. Sin embargo, casi nada se sabe de su primera experiencia en una isla casi virgen, Martinica, donde estuvo en 1887 acompañado de su joven amigo Charles Laval (1861-1894) y que dejó profunda huella en su forma de pintar.

El Museo van Gogh dedica una exposición a las obras que ambos crearon durante los cuatro meses que pasaron en esta isla francesa en el Caribe, a donde llegaron buscando “una vida más simple y sencilla”. Hicieron muchos bocetos y dibujos a lápiz, acuarela y pastel que les sirvieron como base para los 20 óleos con paisajes y gente local con que regresaron a París, en los que priman los colores cálidos.

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Paul Gauguin, Self-Portrait, 1889, oil on wood, 79 x 51 cm, National Gallery of Art, Washington. @my_favorite_work_of_art Paul Gauguin, 1848-1903, was a French painter, printmaker, and sculptor who sought to achieve a “primitive” expression of spiritual and emotional states in his work. The artist, whose work has been categorized as Post-Impressionist, Synthetist, and Symbolist, is particularly well known for his creative relationship with Vincent van Gogh as well as for his self-imposed exile in Tahiti, French Polynesia. He influenced many avant-garde developments in the early 20th century. His legacy rests partly in his dramatic decision to reject the materialism of contemporary culture in favour of a more spiritual, unfettered lifestyle. Self–portraiture constituted a significant element of Gauguin's production, particularly in 1888 and 1889. Gauguin's interest was prompted in part by Vincent van Gogh's 1888 portrait series which he knew from his correspondence with Van Gogh and his brother Theo. Gauguin's only known statements about his self–portraiture concern a work similar to the National Gallery’s Self–Portrait. Gauguin refers to "the face of an outlaw . . . with an inner nobility and gentleness," a face that is "symbol of the contemporary impressionist painter" and "a portrait of all wretched victims of society." This Self–Portrait, painted on a cupboard door from the dining room of an inn in Le Pouldu, is one of Gauguin's most important and radical paintings. His haloed head and disembodied right hand, a snake inserted between the fingers, float on amorphous zones of yellow and red. Elements of caricature add an ironic and aggressively ambivalent touch to this painting. #paulgauguin #gauguin #arthistory #historyofart

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Los hermanos Van Gogh, Vincent y Theo, conocieron a Gauguin después de esta aventura. Impresionados por lo innovador de su trabajo, le compraron la pieza más importante de su colección Los árboles de mango, Martinica por 400 francos. Ahí inició su amistad y también una relación de trabajo, puesto que Theo se convertiría en su marchante.

Recorrer la muestra es una oportunidad única para hurgar en la génesis de un artista. Le explico: Aunque Paul Gauguin nació y creció en Francia, hubo un lapso, de los cuatro a los siete años, en que vivió en Perú. Esta cultura latinoamericana quedó enraizada en su visión del mundo. Poco antes de su aventura en Martinica había tomado la decisión de convertir su hobby, pintar, en una actividad de tiempo completo. Previamente había trabajado como agente de bolsa en París y después como vendedor de carpas en Copenhague para mantener a su esposa y sus cinco hijos, a quienes abandonó en su afán por convertirse en pintor.

Viajó a Panamá junto con Laval, pero aunque consiguieron un trabajo que los ayudaba a mantenerse, no encontraron los paisajes que habían soñado. Por eso recalaron en Martinica, el paraíso para sus expectativas. Salieron de ahí enfermos y sin un centavo, pero con un acervo de imágenes y un estilo pictórico innovador que les abriría las puertas del ambiente artístico parisino.

Las hojas de sus tres cuadernos de dibujos acabaron en distintas colecciones alrededor del mundo, lo mismo que sus óleos. Muchos nunca han sido mostrados al público, lo que colabora para hacer de esta una exposición única.

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