Me gustaría que me recordarán como un ser humano digno, que defendió la dignidad de ser hombres en un mundo desmoronado, inhumano y destruido”, justo así es como el activista, poeta y escritor, Javier Sicilia quiere ser recordado en la posteridad. Que, en la presente Feria Internacional del Libro de Guadalajara, presenta su más reciente novela: “El deshabitado”, la cual es una autobiografía de su lucha contra las injusticias, la cual emprendió tras el asesinato de su hijo, que invita a la lean todos los humanos, pero principalmente a los políticos, pues mucho de lo escrito se los dedica a ellos. Y no fue fácil, por el contrario, Sicilia vivió el proceso más complicado al que se ha enfrentado como escritor, pues abrió viejas heridas, se enfrentó a demonios internos, pero lo hizo porque tenía una deuda.
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Una de las metáforas que utiliza para describir lo que sufrió, es la frase del poeta peruano, César Vallejo, en la que hace referencia a los “golpes como del odio de Dios”, lo cual describe como una “exageración”, pero le tocó estar en una dimensión brutal en la que si Dios odiara serían de ese tamaño.
Si bien su lucha se ha mantenido dentro del pacifismo, de la no violencia y clamar por justicia, Sicilia no juzga a quienes e van a las armas, incluso él mismo hubiera estado dispuesto a hacerlo para salvar la vida de su hijo. Yo trato de aferrarme a lo que me formó que es el amor, la no violencia, creo en la resistencia del amor y la firmeza. Puedo entender que alguien pueda tomar las armas, si yo hubiera sabido dónde estaba mi hijo y hubiera tenido un arma, hubiera ido a buscarlo y habría matado sin ningún remordimiento. Lo que no se puede hacer, es de la no violencia una doctrina inamovible, prefiero la violencia a la cobardía. Entiendo a quienes, desamparados por el estado, como las policías comunitarias y las autodefensas deciden armarse”. Sus ideas políticas y convicciones son las que son incorruptibles, inamovibles, y que no duda en externar, mandando un mensaje a la clase política, aparte de que lean lo que tiene que decir. La culpa del Gobierno es no haber creado ciudadanía ni democracia, haber corrompida el alma de una Nación. El deber del ciudadano es exigirle, cambiarlo, porque la democracia es el poder de la gente, tenemos el poder. Un Estado que privilegia el dinero, la violencia, que crea un sistema basado en el deseo, es un Estado corrupto, que transmite su podredumbre a los ciudadanos, es un crimen contra la humanidad, está creando un sistema corruptor de la sociedad”. No te pierdes:
Finalmente compartió que lo que más ama es la poesía, nunca ha dejado de ser un poeta a pesar de que dejó de escribirla, pues a final de cuentas, es un don y nunca se puede dejar de ejercer, nunca dejará de ser un poeta.