La lotería mexicana es un juego tradicional que capta la esencia cultural de México a través de las ilustraciones de sus 54 cartas coloridas. Con rimas para nombrar desde ¡la sirena! hasta ¡el borracho!, el juego, ha trascendido con el paso de los años y es común en reuniones.
Sin embargo, contrario a lo que podría creerse, la lotería no es una invención mexicana pues su origen se remonta a Europa, específicamente a Italia en 1940 desde donde recorrería un largo camino para llegar a amenizar el tiempo de los soldados que combatieron en la Independencia de México.
¿Cómo llegó el juego de lotería a México?
El juego de lotería nace en Italia, aproximadamente en el año 1400. En ese entonces se conocía como lotto y se jugaba con números en lugar de cartas ilustradas como se hace actualmente en México.
La lotería europea consistía en sacar 5 números de un total de 90 y cada uno de los números se asociaba con una tarjeta. Este formato de juego adquirió popularidad y se extendió a Europa en el siglo XVIII.
La práctica del juego incluso llegó a España y en el siglo XVII llegó a la Nueva España de mano con los colonizadores. Aunque al principio era jugado por las clases altas de la Colonia, adquirió fuerza entre los soldados que combatieron en la Independencia, explica la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Tamaulipas.
Para sobrellevar el tiempo, los soldados comenzaron a jugar lotería para amenizar el tiempo que pasaban lejos de casa y distraerse de la batalla.
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De hecho, fueron los soldados quienes al regresar de la batalla llevaron a sus hogares el juego de lotería y este poco a poco comenzó a extenderse por México.
Pero las imágenes no eran como se conocen actualmente, pues se fueron transformando con el paso de los años y gran parte de su diseño se debe al empresario francés Clemente Jacques pues en 1887 imprimió su propia versión de la lotería mexicana.
Así se juega la lotería mexicana
Si nunca has jugado a la lotería, debes saber que el juego consiste en un conjunto de cartas o tablas con imágenes que representan personajes, objetos o símbolos culturales mexicanos, como la bandera, el músico o el catrín, así como algunos que podrían asociarse con creencias o historias en el país como la muerte o el diablito.
Además, las reglas del juego son muy sencillas y no tiene un tiempo determinado para finalizar. ¿Quieres intentarlo?, sigue los pasos:
- Elige una tabla con imágenes ilustradas.
- Consigue las fichas. Es tradición que sean frijoles, pero también puedes usar tapas u objetos pequeños que no repasen los bordes de cada ilustración.
- Una vez reunido lo anterior, alguien deberá encargarse de tomar una a una las cartas e ir gritando el nombre, ya sea con los versos clásicos o propios.
- Si tu tabla tiene la imagen que coincide con la que leyeron marcala con una ficha.
- Gana quien complete primero su tabla.
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Lo mejor es que la lotería mexicana brinda la posibilidad de hacer el juego tan divertido como se puede a través de los versos clásicos creados para cada tarjeta o con la invención de algunos propios.
- El gallo: El que le cantó a San Pedro no le volverá a cantar
- El diablo: El diablo son las mujeres cuando se quieren casar
- La dama: La chula de Severiana un tacón quería empeñar
- El catrín: Don Ferruco en la Alameda su bastón quería empeñar
- El paraguas: El paraguas quitasol
- La sirena: Medio cuerpo de sirena, medio cuerpo de mujer
- La escalera: La escalera, siete palos, la escalera del pintor
- La botella: La botella del tequila, la botella del mezcal
- El barril: El barril es quintaleño, el barril de mezcal
- El árbol: El árbol de la esperanza que de venir no se cansa.
- El melón: El melón y sus olores, un pedazo me has de dar.
- El valiente: ’Tate quieto, Valentín, no te vayas a pelear.
- El gorrito: El gorrito ponle al nene, no se te vaya a resfriar.
- La muerte: La muerte siriquiflaca, montada en su burra flaca.
- La pera: Me esperas donde quedamos, para poder platicar.
- La bandera: Bonito cinco de mayo, el pabellón nacional.
- El bandolón: El bandolón ya no suena, hay que llevarlo a afinar.
- El violoncello: El violoncello del maistro, que no deja de sonar.
- La garza: Llegaron los picos largos de la feria de San Juan.
- El pájaro: El pájaro churlumirlo, que no deja de cantar.
- La mano: La mano del escribano, la mano del criminal.
- La bota: La bota rechina, la bota del general.
- La luna: La luna tuerta de un ojo, que no deja de brillar.
- El cotorro: Perico, da’cá la pata y empieza a platicar los trabajos que pasabas cuando no sabías hablar.
- El borracho: Al borracho, mi compañero, ya se lo van a cargar.
- El negrito: Para negros, en La Habana; uno acaba de llegar.
- El corazón:: El corazón de una ingrata yo lo voy a traspasar.
- La sandía: La sandía y su rebanada, un pedazo me has de dar.
- El tambor: No te arrugues cuero viejo, que te quiero pa’ tambor.
- El camarón: Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
- Las jaras: Las jaras o no las jaras, o las dejas de jalar.
- El músico: El músico, trompa de hule.
- La araña: La araña teje su tela.
- El soldado Centinela, ponte alerta, que te habla tu general
- La estrella: La estrella polar del norte, que no deja de brillar.
- El cazo: El caso que te hago es poco; el caso es averiguar.
- El mundo: El mundo es una bola, y nosotros, un bolón.
- El apache Para apaches, en Chihuahua; uno acaba de llegar.
- El nopal: El auxilio de San Luis, que le llaman el nopal.
- El alacrán: ¡No levantes esa piedra, que te pica ese animal!
- La rosa: Rosa, Rosita, Rosaura, Rosita se ha de llamar.
- La calavera: Ya te vide an ca’ la güera.
- La campana: La campana, y tú, debajo.
- El cantarito: Todo cabe en un jarrito, sabiéndolo acomodar.
- El venado: Don Venancio, a la carrera, un balazo le han de dar.
- El sol: Solito me estoy quedando, solito me he de quedar.
- La corona: Si te mueres, te la pongo, la coronita imperial.
- La chalupa: Rema y rema, Joaquinita, y no dejes de remar.
- El pino: Te empino y me voy de paso, y empinado has de quedar.
- El pescado: Me pescaron vacilando en la puerta del zaguán.
- La palma: Sube a la palma, palmero y bájame un cocotal.
- La maceta: En la maceta me dieron, por no saber barajar.
- El arpa: El arpa vieja de mi suegra.
- La rana: ¡Qué saltos pega tu hermana en la puerta del zaguán!