Cristina Samsa, una vez más da a conocer su más reciente colección de obras de arte, en esta ocasión, caracterizada e inspirada por las formas, colores y texturas minuciosas y casi infinitas de la anatomía de los insectos.
En sus propias palabras, expone que “en el desarrollo de mi obra trato de inducir a pensar en los límites de la especie humana, y en las capacidades desarrolladas por otras entidades vivientes en este caso la morfología de los insectos”.
“Esta premisa la conecto con la biomecánica y mis modelos de interfaces entre especies híbridas, la ciencia ficción aparece como uno de mis temas creando estas escalas entre la ciencia y los muestreos de exoesqueletos secos por dentro, de caparazones brillantes que contrastan con lo endeble de la piel humana o el universo abstracto de las bacterias”.
La pintora, expresa también su propuesta de un viaje virtual “el cual demuestra que las interpretaciones habituales de lo que vemos, suele estar sujeto a la parcialidad, los insectos alineados en procesiones secretas, metafóricamente designan estos lenguajes que solo intuimos parcialmente”. El escarabajo Hércules puesto sobre el pulgar de una mano, “es comparable con un halcón de cacería, la violencia es un componente sutil en los distintos reinos animales, a través de colmillos o tenazas surgen ciertos adornos, alas plegables todos estos corresponden a artilugios de ataque y/o cortejo, los cuales en el óleo ‘Anatomia Insecta’, estarían sujetos por alfileres, comprobando el dominio de un observador que actúa posesionándose de aquello que intenta captar”.
Agregó que en la serie La Caída del Imperio Humano, “los insectos forman parte de la estética a la que recurro para explicar la superioridad del instinto sobre la razón y la futura obsolescencia del animal humano. Mis conjugaciones de cráneos coronados por escarabajos, mantis y avispas combinadas con la estructura integrada a modo de caparazón, dan por resultado un particular cráneo que alguna vez resguardó un cerebro ya obsoleto ante el poderío y perfección de la evolución insecta”. “Descifrar el propósito de estas morfologías que desde los modelos básicos de los microbios evolucionan hacia conjuntos de células, comprende un plano de observación cuyas herramientas fundan teorías sobre la materia viviente”, aseveró.
En pinturas como “Kimera Genomics: Deroplatys Sparverius” expone que trata de combinar la sensación de estética y ferocidad seductora de un mundo sofisticado a nivel de microscopio.
La obsesión laboriosa por los detalles de la anatomía de los insectos de Cristina, la pone en relieve en la obra “Kimera Genomics: Tritonis Nasicornis”, donde la concepción de armado entre variedades de insectos se conjunta para formar un ente que esta blindado frente a futuras batallas postapocalípticas. La poética de las maneras de entender los saltos evolutivos me ha llevado a nutrirme del pensamiento científico, trazando mi itinerario por medio de disecciones, desentrañado acaso esta sucesión de superficies a explorar”. Estas obras pueden apreciarse en:
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