Todas las tardes Ángeles Mastretta (Puebla, 1949) baila al ritmo de The Beatles, de la Maldita Vecindad, de Café Tacuba o de Armando Manzanero. También canta por el simple gozo de expresar las emociones almacenadas en su cuerpo. Es la alegría de vivir lo que la impulsa a sus 71 años de edad a “brincotear” como jovenzuela: “Yo creo que la felicidad se da en destellos”, ataja la novelista.
En una charla virtual con Laura García en el marco de la 40 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), la autora de “Yo misma” y “Arráncame la vida” contó los libros que la han acompañado estos meses de confinamiento y cómo ha logrado mantener la actitud alegre hacia la vida.
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“He releído mucho, releí Cien años de soledad y El amor en tiempos de cólera, qué puedo decir de García Márquez que es un milagro. Releí también Rayuela, qué me pregunto qué les dirá Rayuela a los jóvenes de ahora”, reflexionó la narradora Premio Rómulo Gallegos 1997.
Aunque la propuesta de la charla era hablar de su más reciente libro Yo misma (Six Barral), Mastretta se soltó en una cadena de confesiones, desde las escritoras que la influyeron como narradora, entre ellas Sor Juana Inés de la Cruz, hasta la importancia emocional de su madre a quien admira por haber cursado la preparatoria a los 60 años de edad.
También contó que el ejercicio de escribir sobre sí misma es una suerte de catarsis no sólo individual sino colectiva, pues ha encontrado lectores de otras nacionalidades y lenguajes reflejados en sus historias. Entonces, afirma, hablar de su vida es hablar de la de los otros como sucede en Yo misma.
“Lo pequeño y privado es universal y cuando llegué a España y Italia y vi que las mujeres iban a mis conferencias y se identificaban con mis personajes me di cuenta que hay una parte de la vida privada que compartes con otros”, confesó la autora quien aconsejó a los jóvenes a escribir por el simple gusto de expresarse.
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