Como parte de las actividades de la 38 edición de la FeriaInternacional del Libro del Palacio de Minería este viernesarrancó el Encuentro de Escritoras Latinoamericanas “Otrosgéneros: otras narrativas”, que reúne a destacadas féminas enla dirección, dramaturgia y traducción.
En el Auditorio Sotero Prieto del recinto capitalino, ladirectora de teatro, Elena Guiochins, comentó que desde tiempossin principio esta disciplina ha explorado la esencia del serhumano.
“La escena desnuda la humanidad para volverla a vestir ydotarlos de nuevos significados. La selva de la sexualidad en eltercer milenio es el paisaje nítido en mucho de mi teatro, permeaen el inconsciente”, agregó la también dramaturgaveracruzana.
“Emprendí ese viaje escénico hace varios años y estaexploración me ha permitido entrar por cualquier resquicio, que vadesde lo mundano hasta los principios espirituales elevados”,expresó. Guiochins, miembro del Sistema Nacional de Creadores deArte, aseguró que el teatro le permite cambiar las reglas de locotidiano y bajo la luz de lo inesperado, revelar loextraordinario; la verdad está en el ojo de quien ve.
En su oportunidad, la poeta y ensayista mexicana, RoxanaElvridge, aseguró que la escritura es su medio de expresión, lamanera que tiene para entrar en contacto con la realidad con elmundo. “Conmigo misma y dentro de la escritura tan plástica hehallado diversos ríos por los cuales transitar”.
Uno de ellos y tal vez el principal afluente es la poesía, supasión estructural, “para mí escribir poesía es adentrarme enun inmenso juego de combinaciones que transforma el lenguaje y queme transforma a mí misma al adentrarme en él”.
También dijo que cuando se entrega al trabajo poético seolvida de todo, el tiempo se borra y solo existe ese entretenidojuego, esa representación que la absorbe por completo y la raptade la realidad y sus miserias. “Todo juego tiene reglas y en lamedida que el jugador las acata se da la transmutación de su almay del mundo; para mí los dos parámetros que rigen mi particularjuego con la poesía son la imagen y el ritmo”, apuntó.
Finalmente, la poeta y traductora mexicana, Paula Abramo, quienestudió letras clásicas en la Universidad Nacional Autónoma deMéxico y es traductora de portugués, mencionó:
“Empecé como traductora y mi trabajo tiene mucho más quéver en el campo de la traducción, por lo que el traductor es unpersonaje invisible, pues en México no tiene mucha visibilidad eltrabajo de los traductores”, señaló.
Para terminar su participación, expresó que elige las obraspara su traducción, que son muchas, “pero no consigo a alguienque lo publique, muchas veces me he esforzado por publicar ciertostextos que elegí y he encontrado editores aventureros que lohacen”.