/ viernes 29 de noviembre de 2019

Mónica Lavín | Desafía los estigmas

La escritora cuenta Todo sobre nosotras, su nueva novela, y habla sobre su oficio literario que la ha llevado a realizar una vasta obra

Después de ser conocida como una de las plumas más prolíficas de la actualidad, Mónica Lavín dice encontrarse en un punto donde puede publicar “lo que me da la gana” y con ese sentido libertario se permitió realizar un libro con protagonistas femeninas, para retar el estigma de “mujer que escribe para mujeres”.

La charla con Organización Editorial Mexicana (OEM), la provoca Todo sobre nosotras de editorial Planeta, la reciente obra de la escritora y periodista mexicana, quien ha realizado una veintena de libros de cuentos, novelas y ensayos, dueña de una hiperactividad confesa, ya que no le gusta tener la agenda vacía.

Lo que sí es un hecho, y se nota que disfruta, es que Lavín es una buena conversadora y amante de su oficio, por eso, habla fluido acerca del origen de su nuevo libro que narra un viaje (Portugal) de cuatro amigas, donde se involucra el terremoto en México de 1985, en el cual saldrán secretos a relucir y muchos aspectos de la naturaleza humana.

“A mi me interesaba mucho hablar sobre el 85 y todo lo que nos dejó. También la intención de este libro fue rendirle un homenaje a la amistad y me parece que conforme pasa el tiempo se vuelve una relación única y sutil, porque quién sabe cómo o por qué elegimos a determinados amigos. Lo hacemos desde niños y mantenemos esa reciprocidad por años.

“Yo tengo la fortuna de tener amigas con cimientos profundos y he descubierto que, en esta relación de acompañarse a lo largo de la vida, la vida sabe mejor, es mucho más dulce si uno tiene con quien compartir lo grato e ingrato y creo que pasa en todas las amistades en general, no solo de las mujeres.

“Pero yo quería hablar de ellas en el aspecto de qué es llegar a cierta edad, cómo nos habitan todas las mujeres que hemos sido y tenemos un diálogo con los proyectos que se han tenido, las decisiones que se han tomado, los hombres de nuestra vida.

“La relación con el cuerpo, el decaimiento, yo quería poner eso sobre la mesa, como eje central: la amistad y me parecía que la manera de reunirlas y que se dedicaran tiempo la una a la otra, era hacerlo fuera de los contextos y celebrar a la amiga que vivía en Portugal y sumarla a la convocatoria del 19 de septiembre, era un pretexto para que pudieran estar y hacer evidente quien faltaba del grupo, la otra razón es la muerte de los amigos y como siempre está presente”.

¿Qué tanto identifica en esta historia el término sororidad?

Sororidad (hermandad entre mujeres con respecto a las cuestiones sociales de género) no era una moneda de uso antes, pero también hay toda una corriente de análisis sobre el tema. Se comenta que quienes tienen amigas, cuentan con una mayor expectativa de vida, las colectividades de mujeres han cumplido un rol necesario para las comunidades enteras”.

Para la construcción de los personajes ¿adapta elementos de su relación de amigas?

No quise tomar el modelo de mis amigas para mis personajes, tal vez recuerdos o situaciones, por ejemplo lo que a mí en lo personal me asombraba al ir a las casas de mis amigas, era ver que tenían jardín y luego cómo son las familias y de ahí surgen pequeñas historias, entonces tomo pinceladas de esas convivencias, espacios, circunstancias, a veces anécdotas, pero el perfil de algún personaje diría que no es nadie y son todas, no existe su paralelo, a veces me preguntan hay algo de ti, seguramente si, a mi no me gusta aburrirme como Carla, siempre tengo que tener la agenda llena, aunque escribir es un momento para la calma, yo no quiero los espacios vacíos, creo que no se si mis amigas si se espejeen.

¿Qué descubrió de si misma en esta historia?

Sobre todo en la escritura de esta historia, que me he cuidado mucho de que digan que soy una autora que escribe sobre mujeres y ahorita fue un ejercicio de si voy a decir lo que expresamos nosotras, lo que nos preocupa, escucharme a mi misma y a las otras, con este total desparpajo de que hay que construir esa conversación de mujeres que a mí me interesa, escucharla porque eres parte de esta generación y me importa su voz, ahora no es que vayamos de salida, no me gusta decir eso, pero las preocupaciones de las nuevas generaciones y su forma de mirar el mundo es otra y yo, en este libro quería recoger los ecos de los sueños que tuvimos”.

¿Cómo le ha ido en el mundo editorial?

En el mundo editorial si quieren publicarnos a las mujeres, porque hay lectoras sobre todo, parece que el mayor número de lectores en este país son mujeres, entonces las novelas que provocan empatía con ellas son bienvenidas. Nunca he sentido problema por ser mujer y publicar, me costó trabajo mi primer libro por ser desconocida y yo creo que le costaría trabajo igual a un hombre. En ese tiempo eran los ochentas, mi primer libro se publica en 1986, no nos preocupaba esa idea de que por ser mujer no te van a publicar. No había ese estigma porque había como este aire de equidad setentero, por lo menos así lo viví yo. Lo que he notado es que nos atiende menos la crítica, puede ser prejuicio no sé. Cuando escribí la de Sor Juana (Yo, la peor) era muy bienvenida, le fue muy bien y es una novela que ha encontrado lectores y lectoras, aunque es un mundo femenino, el que ahí exploro”.

También ha escrito ensayos, ¿Qué le falta por escribir?

No sé que me falta pero si se que deseo, se que quiero escribir sólo lo que se me dé la gana, así como mis personajes conquistan la libertad a cierta edad, creo que si nos vamos ganando el derecho de gobernar nuestro mundo de ideas, de deseos y lograr que lleguen a puerto, más allá de las que hemos sido, si me dices ¿quieres escribir una novela histórica’ no, ya lo he hecho y me gustó, necesito riesgos diferentes, no me gustaría repetirme. Mis dos últimas novelas son más exploración sobre lo contemporáneo, de generaciones distintas y va más inclinado hacia el hoy, porque el mundo me está asombrando respecto a cómo piensan los jóvenes que concepto del amor tienen los desarropos generacionales me importan porque tengo una hija y una nieta.

Mónica Lavín reconoce que, aun cuando ha hecho guiones en conjunto, le gustaría hacer uno, pero de una serie, como las que actualmente se pueden ver en las plataformas digitales “que tienen un manejo muy bueno de los personajes y las tramas.

¿Le gustaría que Todo sobre nosotras fuera una serie?

Son cuatro personajes… ¡Por supuesto que me encantaría!, concluye.


Después de ser conocida como una de las plumas más prolíficas de la actualidad, Mónica Lavín dice encontrarse en un punto donde puede publicar “lo que me da la gana” y con ese sentido libertario se permitió realizar un libro con protagonistas femeninas, para retar el estigma de “mujer que escribe para mujeres”.

La charla con Organización Editorial Mexicana (OEM), la provoca Todo sobre nosotras de editorial Planeta, la reciente obra de la escritora y periodista mexicana, quien ha realizado una veintena de libros de cuentos, novelas y ensayos, dueña de una hiperactividad confesa, ya que no le gusta tener la agenda vacía.

Lo que sí es un hecho, y se nota que disfruta, es que Lavín es una buena conversadora y amante de su oficio, por eso, habla fluido acerca del origen de su nuevo libro que narra un viaje (Portugal) de cuatro amigas, donde se involucra el terremoto en México de 1985, en el cual saldrán secretos a relucir y muchos aspectos de la naturaleza humana.

“A mi me interesaba mucho hablar sobre el 85 y todo lo que nos dejó. También la intención de este libro fue rendirle un homenaje a la amistad y me parece que conforme pasa el tiempo se vuelve una relación única y sutil, porque quién sabe cómo o por qué elegimos a determinados amigos. Lo hacemos desde niños y mantenemos esa reciprocidad por años.

“Yo tengo la fortuna de tener amigas con cimientos profundos y he descubierto que, en esta relación de acompañarse a lo largo de la vida, la vida sabe mejor, es mucho más dulce si uno tiene con quien compartir lo grato e ingrato y creo que pasa en todas las amistades en general, no solo de las mujeres.

“Pero yo quería hablar de ellas en el aspecto de qué es llegar a cierta edad, cómo nos habitan todas las mujeres que hemos sido y tenemos un diálogo con los proyectos que se han tenido, las decisiones que se han tomado, los hombres de nuestra vida.

“La relación con el cuerpo, el decaimiento, yo quería poner eso sobre la mesa, como eje central: la amistad y me parecía que la manera de reunirlas y que se dedicaran tiempo la una a la otra, era hacerlo fuera de los contextos y celebrar a la amiga que vivía en Portugal y sumarla a la convocatoria del 19 de septiembre, era un pretexto para que pudieran estar y hacer evidente quien faltaba del grupo, la otra razón es la muerte de los amigos y como siempre está presente”.

¿Qué tanto identifica en esta historia el término sororidad?

Sororidad (hermandad entre mujeres con respecto a las cuestiones sociales de género) no era una moneda de uso antes, pero también hay toda una corriente de análisis sobre el tema. Se comenta que quienes tienen amigas, cuentan con una mayor expectativa de vida, las colectividades de mujeres han cumplido un rol necesario para las comunidades enteras”.

Para la construcción de los personajes ¿adapta elementos de su relación de amigas?

No quise tomar el modelo de mis amigas para mis personajes, tal vez recuerdos o situaciones, por ejemplo lo que a mí en lo personal me asombraba al ir a las casas de mis amigas, era ver que tenían jardín y luego cómo son las familias y de ahí surgen pequeñas historias, entonces tomo pinceladas de esas convivencias, espacios, circunstancias, a veces anécdotas, pero el perfil de algún personaje diría que no es nadie y son todas, no existe su paralelo, a veces me preguntan hay algo de ti, seguramente si, a mi no me gusta aburrirme como Carla, siempre tengo que tener la agenda llena, aunque escribir es un momento para la calma, yo no quiero los espacios vacíos, creo que no se si mis amigas si se espejeen.

¿Qué descubrió de si misma en esta historia?

Sobre todo en la escritura de esta historia, que me he cuidado mucho de que digan que soy una autora que escribe sobre mujeres y ahorita fue un ejercicio de si voy a decir lo que expresamos nosotras, lo que nos preocupa, escucharme a mi misma y a las otras, con este total desparpajo de que hay que construir esa conversación de mujeres que a mí me interesa, escucharla porque eres parte de esta generación y me importa su voz, ahora no es que vayamos de salida, no me gusta decir eso, pero las preocupaciones de las nuevas generaciones y su forma de mirar el mundo es otra y yo, en este libro quería recoger los ecos de los sueños que tuvimos”.

¿Cómo le ha ido en el mundo editorial?

En el mundo editorial si quieren publicarnos a las mujeres, porque hay lectoras sobre todo, parece que el mayor número de lectores en este país son mujeres, entonces las novelas que provocan empatía con ellas son bienvenidas. Nunca he sentido problema por ser mujer y publicar, me costó trabajo mi primer libro por ser desconocida y yo creo que le costaría trabajo igual a un hombre. En ese tiempo eran los ochentas, mi primer libro se publica en 1986, no nos preocupaba esa idea de que por ser mujer no te van a publicar. No había ese estigma porque había como este aire de equidad setentero, por lo menos así lo viví yo. Lo que he notado es que nos atiende menos la crítica, puede ser prejuicio no sé. Cuando escribí la de Sor Juana (Yo, la peor) era muy bienvenida, le fue muy bien y es una novela que ha encontrado lectores y lectoras, aunque es un mundo femenino, el que ahí exploro”.

También ha escrito ensayos, ¿Qué le falta por escribir?

No sé que me falta pero si se que deseo, se que quiero escribir sólo lo que se me dé la gana, así como mis personajes conquistan la libertad a cierta edad, creo que si nos vamos ganando el derecho de gobernar nuestro mundo de ideas, de deseos y lograr que lleguen a puerto, más allá de las que hemos sido, si me dices ¿quieres escribir una novela histórica’ no, ya lo he hecho y me gustó, necesito riesgos diferentes, no me gustaría repetirme. Mis dos últimas novelas son más exploración sobre lo contemporáneo, de generaciones distintas y va más inclinado hacia el hoy, porque el mundo me está asombrando respecto a cómo piensan los jóvenes que concepto del amor tienen los desarropos generacionales me importan porque tengo una hija y una nieta.

Mónica Lavín reconoce que, aun cuando ha hecho guiones en conjunto, le gustaría hacer uno, pero de una serie, como las que actualmente se pueden ver en las plataformas digitales “que tienen un manejo muy bueno de los personajes y las tramas.

¿Le gustaría que Todo sobre nosotras fuera una serie?

Son cuatro personajes… ¡Por supuesto que me encantaría!, concluye.


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