Con una afluencia mayor a los 90 mil visitantes durante su exhibición, concluyó la muestra Otto Dix. Violencia y pasión en el Museo Nacional de Arte, que presentó al público más de 160 obras que reflejan la postura del artista alemán frente a las situaciones de su época.
Esta exposición retrospectiva, que contó con la curaduría de Ulrike Lorenz, especialista en la obra de Dix, recibió la visita de 12 mil personas en sus últimos tres días de exhibición.
Enmarcada en el Año Dual Alemania-México, la muestra Otto Dix. Violencia y pasión dio cuenta de los horrores de la guerra, la inequidad social y la violencia, temas que sirvieron a Dix como impulso artístico en su búsqueda por representar la realidad inmediata y soez, resultantes de la naturaleza salvaje del ser humano.
Otto Dix fue uno de los artistas alemanes más oscuros y censurados de su generación, incluso los nazis destruyeron parte de su obra.
La brutalidad que se vivió en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial, de la cual Otto Dix fue testigo cuando se alistó en 1914, se pudo observar en los grabados que realizó.
El Expresionismo, el Realismo, el Dadaísmo y la Nueva objetividad, fueron algunas de las corrientes artísticas por las que Otto Dix transitó para plasmar su obra, cuya temática principal gira en torno a la vida y la muerte.
También realizó obras que muestran crímenes pasionales y suicidios, acciones que cuestionan los valores de una sociedad en decadencia, diezmada y hundida en la pobreza.
Acusado de obsceno, juzgado por el gobierno y destituido como profesor, Otto Dix generó mayor expectativa, que posteriormente lo catapultó al éxito. Hasta su muerte en 1969, Dix utilizó metáforas políticas, sociales y culturales que plasmó en su trabajo.
Para quienes no tuvieron la oportunidad de ver las obras del artista alemán o quienes deseen conservar la memoria de esta exposición, el Museo Nacional de Arte editó el catálogo de la muestra, con artículos escritos por la curadora Ulrike Lorenz.
