Con cantos en náhuatl y en un evento privado donde estuvieron sus familiares y amigos, se le dio el último adiós al historiador Miguel León-Portilla quien dejó escritas sus memorias y “trabajó hasta el último momento antes de que le diera el paro”, dijo su hija Marisa.
Los restos del académico ya descansan en el Panteón Francés de la Ciudad de México, pero su figura y legado se recordará en los distintos homenajes que se le preparan, como el próximo martes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a las 12:00 horas en la Sala Netzahualcóyotl.
Con la tristeza reflejada en el rostro, Marisa expresó que ella estaría presente en el tributo que el Instituto Getty de Los Ángeles, California le daría a su padre hoy, con la entrega del Premio Tlamatini al que por obvias razones no podrá acudir, pero ya había escrito un discurso del que hablaba de cómo era Miguel León Portilla era como papá y estructuró su vida para organizarla de modo que sus pensamientos coincidieran con sus ideas.
León-Portilla Hernández informó que su padre terminó de escribir el libro, que simplemente se titulará Mis memorias, el cual ella se encargará de revisar y corregir. Aún no sabe con qué institución las editará. Destacó que el filósofo también dejó un estudio introductorio sobre el Popol Vuh y el Colegio Nacional publicará una antología del Teatro Náhuatl que será presentará en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Así como una antología sobre la literatura mesoamericana y un estudio de Cuautitlán, el cual tendrá traducciones del inglés al español y del náhuatl al español.