A pesar de toda la violencia e injusticia que antecedió a los Juegos Olímpicos de México 1968, éstos se realizaron y dejaron momentos memorables, como lo fue el día que la antorcha olímpica fue trasladada a la milenaria ciudad de Teotihuacán.
Como en cada versión de Juegos Olímpicos, la antorcha olímpica tiene un viacrucis que siempre inicia en la cuna de dicho evento, Grecia, y se traslada al país sede en turno. En el caso de 1968 fue México, pasando por diversos lugares del mundo antes de llegar al puerto de Veracruz y posteriormente a Teotihuacán.
En aquella ocasión, la antorcha inició su camino en Olimpia, Grecia, lugar donde se encendió y tomó su camino hacia Atenas para salir del país helénico. A partir de ese momento tomó un camino que estuvo ligado a la ruta de Cristóbal Colón.
¿Qué ruta tomó la antorcha olímpica para llegar a México?
La primera parada de la antorcha fue en Génova, Italia, lugar en el que se realizó una ceremonia frente a la casa donde había vivido Cristóbal Colón. Posteriormente llegó a Barcelona, ciudad a la que Colón regresó tras su estancia en el "Nuevo Mundo" y de ahí se trasladó por tierra a Madrid.
Tras salir de Europa se dirigió a las Islas Canarias, luego se detuvo en San Salvador en las Bahamas, lugar de gran simbolismo, pues fue donde Colón desembarcó en América en 1492.
Fue así que, el 6 de octubre de 1968, la llama llegó al heroico puerto de Veracruz, fue trasladada por 17 relevistas que nadaron hasta tocar suelo jarocho.
El 11 de octubre fue el día que Teotihuacán fue testigo de cómo la antorcha olímpica era trasladada en la ceremonia de recepción del fuego olímpico, la cual simbolizaba la fusión de las mitologías del Viejo y del Nuevo Mundo.
La ceremonia se celebró ante la mirada de 50 mil espectadores, donde se pudo ver una coreografía masiva organizada por Guillermo Arriaga y posteriormente el recibimiento de la antorcha en la Plaza de la Luna en Teotihuacán.
Enriqueta Basilio hizo historia en los Juegos Olímpicos
Tan sólo un día después del recibimiento del fuego olímpico, el 12 de octubre de 1968, Enriqueta Basilio escribió historia en el Estadio Olímpico Universitario. Se convirtió no sólo en el primer atleta de nacionalidad mexicana en encender el pebetero olímpico, sino también la primera mujer del mundo en hacerlo. Ninguna otra deportista lo había hecho desde la creación de los juegos en Atenas 1896.
Queta, como le gustaba que le dijeran, no sólo fue histórica en ese sentido, pues también ha sido la única mujer en competir en los 80 metros con vallas como en los 400 metros planos. Sin mencionar que también participó en el relevo 4×100.
México 68 marcado por masacre estudiantil
En uno de los hechos más negros de la historia contemporánea de México, la matanza de estudiantes en 1968 marcó un hito en la sociedad mexicana.
1968 estuvo marcado por diversas protestas sociales, protagonizada por estudiantes, profesores, profesionistas, médicos, trabajadores y obreros, las cuales estuvieron rodeadas de represión y violencia estatal, pues se dieron detenciones masivas, arbitrarias e ilegales.
El 2 de octubre de 1968 se dio la Matanza Estudiantil de Tlatelolco, la cual fue orquestada por el Ejército Mexicano bajo órdenes del Estado Mexicano liderado por Gustavo Díaz Ordaz, entonces presidente de la República. Dicho crimen se dio en la Plaza de las Tres Culturas, donde más de 300 personas fueron asesinadas o desaparecidas.
La matanza fue ejecutada por el grupo paramilitar nombrado como "Batallón Olimpia" quienes nombraron la misión armada como “Operación Galeana”, ambas negadas por Díaz Ordaz, quien encubrió a dicho grupo y su actuar violento con la finalidad de que los Juegos Olímpicos de 1968 se dieran sin que el mundo viera el malestar social que había en la capital del país con el gobierno, hecho englobado en un contexto de Guerra Fría.