POR ROBERTO RONDERO | El Sol de México
Quién no quisiera superar sus propias barreras, desatar los “Nudos Mentales” (Editorial Vergara, 206 páginas), libro que el reconocido psicólogo y sexólogo clínico Bernardo Stamateas describe como ideas, creencias que nos traen dolor, sufrimiento, limitación y angustia.
¿Acaso nos hemos escuchado interiormente cuando sacamos nuestros nudos? Ejemplos: ‘Me afecta lo que la gente dice de mí, vivo aburrido, perdí un ser querido, soy muy perfeccionista, vivo presionado, me cuesta cambiar mi manera de pensar, no sé priorizar, tengo falta de compromiso afectivos, me siento infeliz, Eres mi todo, estoy en crisis, no sé bien quién soy, no sé qué hacer con mi vida, necesito un gran cambio en mi vida’.
- Mente de 24 horas
“Nuestra mente –refiere Stamateas- funciona las 24 horas, permanentemente estamos pensando. La calidad de los pensamientos determina la calidad de nuestra vida. No podemos ir más lejos que los pensamientos que tenemos. Muchos de ellos son Nudos mentales, que nos limitan y nos traen dolor durante mucho tiempo.
“En este libro menciono los 30 nudos más frecuentes que todos hemos tenido, tenemos o tendremos en algún momento de nuestra vida. No desarrollo mucho el nudo dado que es un pensamiento limitante, claro de entender, sino que pongo el énfasis en una idea para poder pensar de otra manera, ver el problema desde otro lugar y así “desnudarnos”.
El libro de Stamateas provoca el pensamiento y la reflexión, a ver las situaciones de otro modo, pero especialmente a tener un poco de paz mental, esa que tanta falta nos hace a lo largo del día, de la rutina, de la presión laboral, social, familiar y de convivencia.
“Los miedos –dice Stamateas- no se superan, se les pone al lado un sueño más grande”.
“Los pensamientos –agrega el autor- nos generan emociones. Si cambiamos los pensamientos podemos automáticamente cambiar nuestro mundo emocional. La mayor parte de la infelicidad del ser humano es producto de las mentiras que se dice a sí mismo. Nuestros problemas nacen a partir de las mentiras que nos hemos creído. No son las circunstancias las que determinan nuestra calidad de vida, sino lo que elegimos creer sobre esas circunstancias. Si deseamos cambios reales y positivos no debemos intentar modificar circunstancias, sino cambiar nuestro sistema de creencias, porque una creencia errónea solo nos hace sufrir.
“Nuestro diálogo interno siempre está presente, y puede se positivo o “negativo”, es decir, podemos decirnos a nosotros mismos palabras motivadoras o desmotivadoras”…
/arm