| 2ª y última parte |
En 1883 los neoyorkinos pudieron cruzar por primera vez el puente colgante más grande del mundo (en ese momento) que comunica los distritos de Manhattan y Brooklyn. El día de su inauguración 1800 vehículos y 150 mil personas recorrieron los 1825 metros que mide el Puente de Brooklyn. Pero después dejaron de usarlo porque empezaron los rumores de que los cables de acero que lo soportaban no iban a aguantar el peso. Para probar su resistencia los constructores organizaron, junto con el circo P. T. Barnum, un desfile de 21 elefantes que cruzó el puente “pisando fuerte”. A partir de entonces, y hasta hoy, es una vía de comunicación muy utilizada y uno de los símbolos de Nueva York.
Tras el atentado del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, Nueva York quedó de duelo. Pero a partir de 2014, en esa gran área dentro del Distrito Financiero, se levanta imponente el One World Trade Center (541 metros), desde cuyos miradores se tiene una vista magnífica de la ciudad. Se puede visitar el monumento conmemorativo a las víctimas: dos grandes espejos de agua ubicados donde estuvieron los cimientos de los rascacielos caídos, en cuyo alrededor se encuentran grabados los nombres de las personas que perdieron la vida. El Museo del 11-S les rinde homenaje a las víctimas del lamentable suceso. En el ambiente se sigue percibiendo una mezcla de dolor y esperanza.
Por lo menos una foto se merece la estación del metro que está a un paso, obra del arquitecto español Calatrava. Es un diseño abstracto denominado Oculus, que algunos describen como "las alas de un fénix que vuelve a nacer" mientras que otros hablan de una “espina de pez".
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Otros sitios que visitar
Para oír misa o visitar a la Virgen de Guadalupe, hay que ir a la Catedral de San Patricio. De estilo gótico, con unos vitrales espectaculares que inundan de color el interior en un día luminoso, uno de sus altares está dedicado a nuestra Virgen Morena. ( www.saintpatrickscathedral.org) No deje de admirar su órgano, con 7,885 tubos. Si tiene la suerte de escucharlo funcionar, déjese llevar por la profundidad de su música. A unos pasos de ahí, también sobre la 5ª avenida, está la Iglesia de Santo Tomás, una joya arquitectónica y un remanso de paz.
Sin duda alguna, la Gran Estación Central, construida hace más de 100 años, en sí misma vale una visita. Su hall central, con el techo altísimo, da una sensación de amplitud y acogida a los miles de usuarios de trenes y metro que a diario transitan por ahí. A nivel de calle, no se pierda conocer el mercado, que es como una enorme tienda gourmet: quesos, carnes frías, pasteles, especias, chocolates, en fin, de todo y para todos los gustos. En el nivel inferior hay muchos restaurantes y cafeterías. Le recomiendo el “Oyster Bar”, que no sólo tiene una amplia oferta de ostras, pescados y mariscos, sino que es un sitio donde se dan cita los neoyorkinos.
Chinatown, donde viven unas 150 mil personas de origen asiático, es en sí una ciudad dentro del mismo Manhattan. En esa zona los anuncios de las tiendas están escritos en ese idioma. Comerciantes como son, en Canal Street se puede comprar todo tipo de productos. Para mi sorpresa, vi varias iglesias católicas en el barrio. Por supuesto, es el mejor lugar para comer platos típicos de ese país.
Aunque uno no se hospede en los hoteles más elegantes de la ciudad, muchos bien valen una visita. El Plaza, el Ritz, el St. Pierre o el Waldorf-Astoria son paseo obligado para percibir el ambiente de abundancia que se sigue viviendo en Nueva York. En ese último, fíjese en los azulejos del piso y los muros de la entrada principal. Son una obra de arte.
Museos y teatro
Aparte de los que le mencioné la semana pasado, uno de los más importantes de la ciudad es el de Arte Moderno, mejor conocido por sus siglas: MOMA, donde tienen también obras de artistas mexicanos como Diego Rivera, José Clemente Orozco y Frida Kahlo. La sección que más me gustó es la dedicada a obras creadas entre 1880 y 1940: Monet, Mondrian, Van Gogh, Juan Gris, Gauguin y el movimiento Bauhaus. Si usted tiene el alma joven, disfrutará muchas otras colecciones que aquí se exhiben ( www.moma.org).
Para quienes gustan de las pinturas llenas de luz y color de Joaquín Sorolla, la Hispanic Society es el lugar para ver las obras que pintó por encargo con el tema “Visión de España”. Aunque está fuera de la zona turística, bien vale la pena desplazarse para verlas ( www.hispanicsociety.org).
¡Imposible no ir al teatro en Nueva York! Aquí está Broadway, la meca de las mejores puestas en escena del mundo. También está off-Broadway, con una oferta también muy amplia. En total, en una guía encontré más de 70 opciones diferentes. Por internet puede conseguir los boletos con anticipación, o en TKTS el mismo día de la función y con descuento ( www.tdf.org).
Pasear por la noche en esa parte de Broadway es un espectáculo en sí. A un paso está Times Square, con los grandes anuncios luminosos luchando por llamar la atención del viandante. Esta plaza sí que no duerme.
Comer
Desde un hot dog o un pretzel gigante en un puesto callejero, hasta la delicia gourmet más refinada, de todo se encuentra en Nueva York. Chefs afamados de todo el mundo tienen un restaurante aquí. Guías con sugerencias dónde comer hay muchas, siga sus indicaciones, pero también pregunte a los locales o déjese llevar por su instinto.
Como me encantan los postres, me permito recomendarle donde comer el mejor “cheesecake” de la ciudad: Junior’s. Su receta ha permanecido secreta durante ya tres generaciones. Su sabor es inigualable. Una sucursal está a unos pasos de Times Square y los teatros de Broadway. Su web es: www.juniorscheesecake.com
Movilizarse
Como ya le comenté, el metro me parece la mejor manera para trasladarse, pero no dejo de reconocer que caminar por la ciudad es un placer. Nosotros paseamos por muchos lugares, de día y de noche, y nos sentimos muy seguros. De cualquier manera hay que tener precaución.
En la ciudad es muy fácil orientarse. Las calles están numeradas, así que aún sin conocer Manhattan usted puede saber si está cerca o lejos de su próximo destino, y para donde caminar. Claro que un mapa siempre ayuda.
Impresiones
Nueva York vibra, despliega todo tipo de energías. Sus rascacielos, la cantidad interminable de museos, sus parques, sus tiendas, la energía que genera la sede de las Naciones Unidas y uno de los centros financieros más importantes del mundo, la oferta de diferentes gastronomías, en fin, una vez que uno pone un pie ahí queda prendado de esta maravillosa ciudad. Yo ya tengo la lista de cosas por ver y hacer la próxima vez que pueda darle otra mordidita a esta Gran Manzana.
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