París, Francia.- Francia, donde es muy común el tabaquismo durante el embarazo, está probando en las maternidades el método de pagar a las mujeres encintas para incitarlas a dejar de fumar, lo que se considera más positivo y eficaz que la culpabilización.
Abortos anticipados, nacimientos prematuros, retardo del crecimiento 'in utero', riesgo creciente de asma...: muchos estudios científicos prueban el carácter nocivo del tabaco en el feto.
Pese a todo, el 20% de las mujeres encinta siguen fumando durante el embarazo en Francia (donde una tercera parte de la población es fumadora). Un récord europeo revelado en febrero de 2015 por el ministerio de Salud.
Para tratar de remediar el problema, 16 maternidades francesas van a tratar, por primera vez, de convencer a futuras mamás de cesar de fumar ofreciéndoles bonos de compra.
Unas 400 mujeres embarazadas serán reclutadas. Voluntarias, mayores, embarazadas de al menos cuatro meses y medio y que fuman mínimo cinco cigarrillos diarios (o tres enrrollados con papel, pero no otros productos de tabaco ni cigarrillo electrónico).
"La experiencia se inició el 7 de abril y debe durar dos años", explica a la AFP Ivan Berlin, médico del Hospital Pitié-Salpêtrière en París, que dirige el estudio, financiado por el Instituto Nacional del Cáncer.
Las mujeres remuneradas recibirán en promedio 300 euros. Y los médicos supervisarán su abstinencia con pruebas de control biológico.
Un método que puede sorprender, pero que es defendido por los adictólogos.
"Imaginar que estar encinta es un motivo suficiente para dejar un comportamiento tóxico equivale a no medir el potencial de dominio fisiológico y psicológico que representan las substancias psicoactivas", explica el profesor Michel Lejoyeux, responsable del departamento de psiquiatría y adictología en el hospital parisino Bichat-Beaujon.
Aunque conscientes del carácter tóxico del tabaco, las fumadoras dependientes no pueden dejarlo "por razones biológicas y psicológicas", dijo. "En un considerable número de casos, la adicción continúa en medio de la vergüenza y la culpabilidad", constató el profesor.
Y decir a una mujer encinta que el tabaco es malo para su bebé no tiene ninguna eficacia.
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